Verano en las playas de Zambujeira do Mar en el Alentejo portugués© Turismo de Alentejo

Alentejo desde la costa, un paraíso de playas, dunas y delicias marineras

Nos sentamos en las mejores mesas de esta bella región portuguesa, desde los preciosos pueblos de Comporta o Melides a Zambujeira do Mar, para descubrir sus sabores más genuinos, entre arrozales, viñedos y el Atlántico infinito


24 de junio de 2024 - 16:22 CEST

Comporta y Melides son los destinos más buscados en el salvaje litoral de Alentejo. Pero un recorrido por toda la costa con el océano de fondo nos descubrirá muchos otros pueblos marineros, pintados en blanco y azul, donde se respira calma… y se comen exquisitos pescados, mariscos y arroces de mil sabores.

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© Stuart Black / Alamy Stock Photo

ETERNAS PLAYAS DE TROIA

Cuando divisamos el litoral alentejano nos encontramos con una de las costas más imponentes del mundo, pueblos bañados por el Océano Atlántico y los ríos Sado y Mira. En el norte, haciendo frontera con Lisboa, nuestra primera parada será en Troia con sus maravillosas playas y los restos arqueológicos de la Lusitania Romana. Podemos llegar a Troia por Alcácer do Sal o en ferry desde Setúbal, atravesando el estuario del río Sado. Desde el puerto también salen ferries para avistar delfines. 

Además de mariscos y pescados a la parrilla, aquí hay que probar las sopas de pescados, caldeiradas, los guisos de anguila, los arroces con gambas o navajas y las feijoadas de bígaros o de chocos. Troia cuenta con alojamientos eco-chicque se mimetizan con la naturaleza, como Cocoon Design Lodges (cocoonlodges.com) y el Pestana Troia Eco-Resort (pestanatroia.com). 

Otra estampa que no hay que perderse (y subir a las redes sociales) es la del puerto Palafítico de Carrasqueira. Una curiosa estructura de pasarelas sobre pilotes de madera que crearon los pescadores a mediados del siglo pasado para salvar el paso de las barcas en marea baja, entre marismas, arrozales y salinas, que se ha convertido en un atractivo turístico. Es habitual encontrar pescadores vendiendo ostras, almejas, navajas o lo que hayan recogido ese día.  

© Mauricio Abreu / Alamy Stock Pho

VERANO EN COMPORTA

Después de Troia, Comporta se ha convertido desde hace unos años en un paraíso de sol, dunas y playa y refugio de celebrities atraídos por su, aún, naturaleza salvaje y muy bien conservada, y su sabrosa cocina alentejana. Es, también, una región de arrozales y verás que en muchos sitios se anuncia como especialidad los arroces, así es que no dudes en pedirlos. La bodega Herdade da Comporta produce vinos (excelentes los rosados y espumosos) y también arroz y le ha dedicado hasta un Museo del Arroz en el que conocerás todas sus curiosidades si te apuntas a la visita guiada conjunta.  

 

© Cavalariça Comporta

 El restaurante Cavalariça Comporta (cavalarica.com) es un lugar fantástico para sentarse a la mesa asomados al mar. El antiguo establo se ha convertido en un restaurante moderno, decorado en blanco y azul, que se confunde con el paisaje. Seguro que te cruzas con algún grupo de caballos paseando por los inmensos arenales, es un plan que puedes hacer con los guías de Cavalo na Areira, o apuntarte a clases de surf y paddle sur en las playas de Pego y Carvalhal. Aprovecha para probar aquí las famosas ostras. En Portugal se cultivan en tres zonas: en la Ría de Aveiro, en la Ría de Formosa en el Algarve y muy cerca de Comporta, las ostras de Sado. El chef Bruno Casiro las prepara en Cavalarica al natural y con diferentes aliños, con toques picantes o cítricos. Restaurante SAL es uno de los chiringuitos más conocidos de Comporta, en playa do Carvalhal, tiene unas vistas privilegiadas y debes reservar con tiempo porque siempre está lleno. Para comer, cualquier pescado del día (no son baratos) y los arroces. No falla.

© Sublime Comporta Country

Acertarás también si te alojas y disfrutas de la comida en Sublime Comporta (sublimecomporta.pt). Un hotel metido en un bosque de pinos y alcornoques, rodeado de dunas de arena, viñedos y playas vírgenes, con un magnífico restaurante de productos orgánicos, Food Circle, muchos salidos de su propio huerto, y la posibilidad de comer en la barra (solo para 14 comensales) mientras el chef Pedro Calhau cocina ante nuestros ojos. El hotel acaba de estrenar otro restaurante, Canalha Comporta, del chef Joao Rodrigues, abierto hasta octubre.

© Sublime Comporta, Portugal

Si prefieres comer en la playa, el chiringuito del hotel, Sublime Comporta Beach Club, tiene una rica cocina de mar y arroces como el negro de choco o su versión de la paella. Los atardeceres aquí son antológicos, mejor con un cóctel en la mano. Algunos kilómetros más al sur se encuentra la playa de Almograve ideal para la práctica del surf y el bodyboard.

© Hotel Vermelho

PLAYAS INFINITAS Y GUISOS MARINEROS

Hasta Sines la costa es una continua combinación de grandes arenales con playas desiertas y tan agradables como las de Pinheirinho y de Galé, por ejemplo. Melides es otro pueblo de playas tranquilas que cobija famosos nombres del arte y la moda, como el diseñador de zapatos Louis Louboutin, que además de su residencia privada ha creado un hotel, Vermelho (vermelhohotel.com, en la imagen), como el color de las cotizadas suelas de sus stiletos. Cuenta con 13 habitaciones y el restaurante Xtian, y la promesa de un descanso tranquilo. Para comer con los pies en la arena, en la playa de Melides se encuentra el conocido restaurante Flor de Sal by Melides, con tapas y pescados frescos del día, almejas o el guiso de anguila. Y en la Tía Rosa, aprovecha para probar el típico plato de carne de porco à alentejana, con cerdo y almejas.

© Hemis / Alamy Stock Photo

SINES, UN FESTIVAL JUNTO AL CASTILO

Sines es muy diferente a todo lo visto hasta ahora. Se trata de una ciudad de 10.000 habitantes que nació como pequeño puerto pesquero. Hoy es una de las ciudades más importantes del litoral alentejano y también un puerto industrial y un cabo de mar que lo convierten en una parada natural. Aquí nació Vasco de Gama, el gran navegante y explorador que llegó a las Indias Orientales. En la caminata por la ciudad no puede faltar una parada en el castillo, sobre la bahía, con la estatua del descubridor en la entrada. Dentro alberga un museo con entrada gratuita y en verano se celebra el Festival de Músicas del Mundo.

© Jan Wlodarczyk / Alamy Stock Pho

Desde el puerto de Sines iremos enlazando suaves bahías y playas vírgenes con formaciones rocosas, ideales para practicar submarisnismo. Entre todas ellas, las playas de São Torpes, Morgável y Vale Figueiros merecen una parada con más calma. Hacia el sur el viaje se adentra en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano, zona de acantilados y de especies de flora y fauna única. Playas bien dotadas con servicios para el turismo, como las de Morgavel, Vale de Figueiros (Figueirinha), Praia Grande de Porto Covo y la de Ilha do Pessegueiro.

© Turismo del Alentejo

Verano en las playas de Playa de Zambujeira do Mar en el Alentejo portugués

En la playa de Malhão aparecen pequeñas calas, como la playa de la Cruz, de Saltinho o la de los Nascedios, nada que ver con la extensa playa de Malhãodonde no tendrás problema para encontrar sitio junto al agua. El final de la ruta costera está en Zambujeira do Mar, su playa es una de las más conocidas de Alentejo, rodeada de acantilados y de una naturaleza inigualable. Es destino favorito de surfista y el pueblo recuerda a los blancos andaluces, muy animado en los meses de verano, sobre todo durante el Festival de Verano del Sudeste, una de las grandes citas musicales de Portugal. Para comer, entra en A Barca Traquitanas, una cabaña junto al puerto pesquero perfecto para cenar pescado fresco y sencillas recetas marineras.