Un sinfín de mitos y leyendas rodean Stonehenge, el curioso y enigmático conjunto megalítico más famoso de Europa, situado sobre una verde llanura cerca de Salisbury, y cuya función continúa hoy en día siendo un misterio sin resolver.
Parece haber consenso entre los historiadores en que fue construido hace unos cinco mil años. También sobre que sus creadores tenían buenos conocimientos de astronomía y que algunas de las grandes moles de piedra que lo forman fueron acarreadas nada menos que desde las montañas galesas de Preseli, a casi 400 kilómetros de esta llanura. Toda una proeza si se tienen en cuenta los medios de transporte que debían existir allá por el 3000 a.C., que es cuando se estima que se comenzara a erigir este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
A la dificultad de traer hasta aquí estas piedras gigantes –algunas de más de 50 toneladas- se añade el trabajo de darles forma, puliéndolas y recortándolas, con las herramientas que había en la Edad de Bronce, o la complejidad de alzar los monolitos y fijarlos sin que se desmoronaran. Por lo que Stonehenge es todo un hito de la ingeniería prehistórica.
¿CÓMO LLEGAR A STONEHENGE?
Las poblaciones más cercanas son Amesbury (a 3 kilómetros) y Salisbury (a unos 13 kilómetros). En tren desde Londres partiendo de la estación de Waterloo en un trayecto de hora y media hasta Salisbury. Una vez allí hay autobuses hasta Stonehenge. En coche la distancia que separa Londres de Stonehenge es 136 kilómetros. También es posible contratar excursiones desde Londres con empresas como Civitatis (civitatis.com), o con Visit Britain (visitbritainshop.com).