La vieja Stone Town se despereza con la llamada a la oración desde las mezquitas repartidas por la ciudad, transportándonos, en esta medina musulmana, a otro tiempo y a otros lugares, pero con el color y los sonidos del África negra impregnando cada esquina. En este laberinto de calles estrechas aparecen, entre casas decrépitas, edificios de piedra coralina con balaustradas y antiguas puertas de madera talladas con pasajes del Corán y protegidas con puntas de metal para evitar las embestidas de los elefantes. Emblema de Zanzíbar, estas puertas nos dan pistas del pasado ilustre de una isla donde árabes, indios, portugueses, británicos y africanos dejaron su huella a lo largo de los siglos, cuando fue el principal centro comercial de África del este y puerto de marfil, especias y esclavos.
Ningún edificio representaba mejor esa época que La Casa de las Maravillas, con su majestuosa torre del reloj, pero su derrumbe accidental en 2020 se llevó por delante parte del alma de la ciudad (las labores de reconstrucción durarán años). Afortunadamente, lugares como el evocativo hotel Emerson Spice, antiguo almacén de especias con balconadas de ébano y vidrieras de colores, siguen conectando con la nostalgia.
Aunque la primera sensación sea de una ciudad anclada en el tiempo, entre sus decadentes edificios surgen modernos lugares, como el colmado gourmet 1001 Organic Spicery, el café Puzzle Coffee Shop y la tienda de moda y diseño local Zivansh, que nos hablan de una ciudad con un corazón joven que tiene la cultura y la música como carta de presentación. Música taarab y melodías indias, pulsadas con laudes y acompañadas de tambores africanos, suenan en las esquinas y en los locales tradicionales. Freddy Mercury es embajador musical de excepción, quien nació en la ciudad vieja (su casa es hoy un museo) y pasó aquí sus años escolares, cuando su nombre aún era Farrokh Bulsara. Más actual, el festival Sauti za Busara llena las calles de sonidos africanos, soul, blues y música electrónica.
En verano, el Jahazi Literary & Jazz Festival hace rejuvenecer la vieja ciudad de piedra con proyecciones al aire libre, conciertos de jazz y veladas literarias en el bar Livingstone’s. Pero el verdadero espectáculo de la ciudad es gratis y sucede a diario en el parque Forodhani. Al atardecer, grupos de jóvenes se lucen haciendo piruetas imposibles saltando al mar. Al caer la noche, la comida es la protagonista, cocinada en barbacoas en decenas de puestos callejeros que convierten el parque en una fiesta al aire libre.
Zanzíbar es destino tradicional de lunas de miel y lugar de descanso tras un safari por el Serengeti y el Ngorongoro
Además de Stone Town, el gran atractivo de Zanzíbar, destino tradicional de lunas de miel y lugar de descanso tras un safari en Ngorongoro y Serengeti, es tener algunas de las playas más bellas de África. Cuando baja la marea, el agua se retira desnudando los arrecifes y formando lagunas coralinas con todas las tonalidades posibles de verdes y azules. En Bwejuu están algunos de los mejores hoteles boutique de la isla, desde la opulencia árabe del mítico Baraza hasta el romántico Zawadi. En ellos, las imponentes figuras de los centinelas masáis se encargan de la seguridad, siempre en vela como buenos cazadores que son.
La isla llegó a ser el principal centro comercial de África del Este y puerto de marfil, especias y esclavos
Un poco más al norte, en la playa de Pingwe, el hotel boutique Matlai reinventa el lujo con la simplicidad de sus techos de cañizo, sus camas hechas con madera de barcos antiguos y sus bañeras de cobre. Desde la piscina a pie de playa se ven cada mañana a grupos de mujeres ataviadas con kangas (tejidos) de colores brillantes, caminando en dirección a los arrecifes de coral para pescar pulpos con un gancho y cebo fresco. A poca distancia de aquí, está el Blue Lagoon, el mejor lugar para bucear junto a peces tropicales que se esconden entre los corales y comparten el fondo marino con estrellas de mar rojas, amarillas y verdes.
Blue Lagoon es el mejor lugar para bucear entre peces tropicales, corales y estrellas de mar de colores
Y entre el mar y la tierra, el mayor reclamo turístico de la isla: el fotogénico restaurante The Rock, en lo alto de un diminuto islote que apenas consigue albergar sus límites. Aunque es accesible a pie con marea baja, con marea alta una barca acerca, apenas 50 metros, hasta este increíble lugar. Por la noche, cenando con la luna llena reflejando en el mar, un sauvignon blanc sudafricano en la copa y unos tagliatelle con langosta en el plato, la magia continúa hasta que zarpa la última barca.
La mejor época para visitar Zanzíbar es en la temporada seca, desde julio hasta octubre, cuando el clima es cálido y soleado
El apunte experto
- Los mejores atardeceres en la costa norte de la isla se disfrutan en silencio a bordo de un dhow tradicional de madera mecido por el viento.
- El olfato y el gusto se ponen a prueba en las granjas de especias, donde disfrutar del clavo, cardamomo, nuez moscada y vainilla en su hábitat natural.
- Cientos de artistas, varios escenarios y un desfile de carnaval se concentran, durante tres días en febrero, en Sauti za Busara, uno de los festivales de música más importantes de África.
- En la playa de Paje, grupos de mujeres recogen ramilletes de algas en granjas, que, mezcladas con aceite de coco, cera de abeja y aromas naturales, se convierten en jabones y cosméticos orgánicos.
- Los únicos ejemplares del mono colobo rojo, especie en peligro de extinción, se encuentran en el bosque de Jozani. El recorrido por esta reserva nacional se combina con una visita a un mariposario.
Guía de viaje