CAMPO DE CRIPTANA (CIUDAD REAL)
Y viajamos “allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes”. El allí de Don Quijote es Campo de Criptana y aquellos gigantes, sus molinos. De ellos se mantienen en pie solo una decena y tres conservan la estructura y el mecanismo original. En la escapada al pueblo manchego que inspiró a Miguel de Cervantes no debes perderte también el ‘Albaicín’ criptanense –con sus casas blancas encaladas y el zócalo añil–, el pozo de nieve –ejemplo de arquitectura popular– y disfrutar de otro de los principales tesoros del municipio: su mar de viñas y el fruto que sale de ellas haciendo una visita con degustación en la bodega Castiblanque (bodegascastilblanque.com).
Seguro que todavía no conoces estos pueblos de Ciudad Real (y lo merecen)
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Y UN PLAN GASTRONÓMICO
El remate perfecto a la excursión será degustar, en diferentes ambientes y con una extraordinaria vista desde el cerro de los molinos, la mejor gastronomía regional de la mano de Las Musas (restaurantelasmusas.com), cuya carta respira tradición y ‘mancheguismo’, con toques de autor e imaginación en sus platos.
CAÑETE Y LA SERRANÍA DE CUENCA
En el camino al nacimiento del río Cuervo y sus saltos de agua, el pueblo de Cañete es una parada-sorpresa, con un cinturón de murallas del siglo X que conserva íntegro, puertas-torre y su castillo-alcazaba en lo alto. Tiene también dos iglesias, una castiza plaza mayor porticada, buena arquitectura y los parajes naturales de El Postigo y El Chorreadero. Siguiendo 45 minutos la carretera comarcal CM-2106 que se adentra en la Serranía de Cuenca se alcanza la cascada del Molino de la Chorrera y, ya cerca, el famoso salto por el que se despeñan las aguas del río Cuervo al poco de nacer. El sendero que conduce hasta él arranca en el aparcamiento de la carretera situado a 4 kilómetros de Vega del Codorno.
Y UN PLAN GASTRONÓMICO
Después de ver cómo las aguas tumultuosas del Cuervo surgen por una pequeña grieta del cerro de San Felipe, a casi 1500 metros de altura, en el corazón de la Serranía de Cuenca, qué mejor que saborear la propuesta gastronómica personal de Fuentelgato (fuentelgato.com), basada en el respeto por el producto y por los productores que marcan un recetario estacional. A elegir su menú de 9 pases (65 €) o el Carta Blanca (s/m) para disfrutones “sin ningún tipo de manía”.
SIGÜENZA Y EL BARRANCO DEL RÍO DULCE (GUADALAJARA)
Sigüenza es un continuo disfrute de principio a fin, desde su castillo momumental dominando el pueblo, hasta el jardín de la Alameda, el paseo habitual de los seguntinos. Tiene un bonito conjunto de callejuelas que aquí llaman travesañas, plazuelas con soportales, una catedral llena de obras de arte, iglesias románicas, arcos y soberbios edificios de piedra que gustan a los que van en busca de conjuntos medievales auténticos. Y ahí al lado tiene el barranco del río Dulce, con una sucesión de gargantas, una bonita cascada y un panorámico mirador sobre las hoces dedicado al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente.
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Y UN PLAN GASTRONÓMICO
A pocos pasos de Sigüenza, los hermanos Blanca y Samuel Moreno dirigen el Molino de Alcuneza (molinodealcuneza.com), un antiguo molino del siglo XV transformado en hotel y restaurante, perteneciente a la exclusiva marca Relais & Châteaux. La experiencia de probar su excepcional cocina tan ligada a la tierra y reconocida por la Guía Michelin con sus codiciadas estrellas –la última de color Verde–, dice mucho de sus propuestas a la mesa. La caza, las setas, la miel y otros ingredientes locales, como los cereales que emplean a diario en elaborar los panes artesanales, forman parte de su variada y atrevida selección de platos.
ALCALÁ DEL JÚCAR (ALBACETE)
El Júcar, que fluye por la comarca de La Manchuela, ese territorio que no es Serranía ni Mancha entre Cuenca y Albacete, es el responsable de paisajes tan espectaculares como el que rodea a este pueblo, uno de los más pintorescos de toda Castilla-La Mancha. Extendido por la ladera de un cañón, formado por la erosión del río, está declarado conjunto histórico y todo él es un disfrute, desde sus calles estrechas y empinadas, pasando por sus casas de arquitectura popular excavadas en la montaña, hasta el castillo almohade que despunta sobre una muela formada por la hoz del río. La playa fluvial y el recorrido por las hoces completan una escapada inolvidable.
Y UN PLAN GASTRONÓMICO
A 15 kilómetros de Alcalá del Júcar está Casas Ibáñez, otro pueblo en el que recalan los que van a perderse por la naturaleza de su entorno, pues es centro de servicios, y, desde hace pocos años, los que quieren descubrir la cocina de Javier Sanz y Juan Sahuquillo, dos jóvenes cocineros que han revolucionado la comarca desde que ganaron el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2021 en Madrid Fusión. Son tres sus propuestas gastronómicas para elegir: Cañitas Maite, Oba (una estrella Michelin y una verde) y la cocina más informal y canalla de La Taberñita.
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BARRANCAS DE CASTREJÓN (TOLEDO)
Un paseo circular de 4,5 kilómetros señalizado (2 horas, incluidas paradas contemplativas) permite a senderistas de cualquier condición física descubrir un paisaje insólito, el de las cárcavas de la orilla norte del embalse de Castrejón, en el Tajo, cerca de Burujón. En ella se han rodado vídeos musicales, anuncios, series, películas... En el filo de los acantilados hay varios miradores y un merendero (burujon.es) y también se hacen visitas guiadas casi todos los fines de semana (areasprotegidas.castillalamancha.es). Pinta (y es) un buen plan para una escapada muy cerquita de Toledo.
Y UN PLAN GASTRONÓMICO
En Las Ventas con Peña Aguilar está Casa Parrilla (casaparrilla.es), un restaurante castellano de tradición con propuestas de la cocina de siempre y los sabores de los montes de Toledo con una presentación contemporánea. Al frente de él está la segunda generación de la familia que, desde hace más de 20 años, han sido premiados con un sol de la Guía Repsol. Vinos de pequeños productos y grandes bodegas y una especial atención al aceite de oliva virgen extra, los panes, los quesos artesanos y los productos autóctonos se disfrutan a la mesa.