Dice el dicho popular que hay tres jueves en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. El del Corpus es muy especial en Ponteareas, su fiesta más importante –aunque se traslada al domingo siguiente, 2 de junio– y volverá a llenar sus calles de decoraciones florales. Una fiesta que se ha ganado ser declarada de interés turístico internacional, como las de Toledo y Béjar (Salamanca), y que en 2024 añade a este reconocimiento el de Bien de Interés Cultural, al que espera sumar próximamente el de Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
El arte y el fervor religioso se unen estos días en esta localidad de las Rías Baixas, cuyos vecinos dedican horas y horas a crear cada año las preciosas alfombras florales que se han convertido en la muestra más vistosa de esta celebración del calendario católico, que tiene lugar 60 días después del Domingo de Ramos. En una veintena de calles se pueden admirar mosaicos multicolor creados con miles de flores, material vegetal y arbustos cubriendo sus suelos con diferentes motivos, entre los que destacan los de carácter geométrico y las cenefas, que comenzaron a dibujarse en las primeras décadas del siglo XX.
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Por estas obras de arte efímero desfilará el domingo la solemne procesión del Santísimo Sacramento bajo una lluvia de pétalos lanzados desde los balcones. La plaza Mayor, escenario de la alfombra de mayores dimensiones, es una de las paradas del itinerario, que continuará por la calle Gregorio, la plaza de Bugallal, la calle de Oriente, Os Ferreiros, la del Doctor Fernández de la Vega, la avenida de la Constitución o la de Abaixo o calle Real, donde tiene su origen, para luego extenderse a otras zonas.
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La noche anterior se darán los últimos preparativos, porque al alba las alfombras y los ornamentos florales tienen que estar listos, aunque el trabajo de su confección empieza muchos días antes. Todo el trabajo está perfectamente organizado. Los vecinos reparten la tarea por portales o bajos, donde deshojan las flores. Cada uno tiene su tarea, desde el almacenamiento o la distribución de los pétalos hasta a la creación de los dibujos y su relleno con plantillas.
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Unas semanas antes se recolectan los vegetales y, posteriormente, las flores. Ya sobre el asfalto, el sábado por la tarde, se cubrirán de flores los tapices, una auténtica obra de arte efímera que son la expresión de la cultura popular de las gentes de Ponteareas.
TRADICIÓN DE SIGLOS
Desde el siglo XII se tienen documentos que acreditan la confección de las alfombras de flores en Europa, aunque no será hasta 1857 cuando comenzara la tradición de cubrir el suelo de pétalos de flor en Ponteareas. Sobre su origen no hay una teoría unificada, se dice que es una costumbre heredada de manifestaciones paganas propias del mes de mayo, que conmemoran el florecimiento de la naturaleza.
Con el tiempo, los vecinos empezaron a tapar con flores los baches que había a lo largo del recorrido de la procesión y, dada su vistosidad, se empezaron a realizar dibujos más elaborados, imitando los tapices de tela que adornaban las casas pudientes, hasta los actuales de tema religioso. Un espectáculo visual y aromático que asombra a quien lo vive en esta villa pontevedresa.