En el mismo centro del mapa asturiano, entre el oriente y occidente, está el cabo de Peñas, un saliente de tierra volcado al mar y azotado por los vientos que se levanta sobre acantilados imposibles. Lo tomamos como referencia para trazar una ruta en coche llena de sorpresas para la vista y los sentidos que comienza en Candás. La primera villa marinera de este itinerario costero que atraviesa un paisaje entre el azul y el verde de lo más singular está a solo una veintena de kilómetros de Gijón, a las que seguirán otras paradas como Luanco, los faros de Cabo de Peñas y San Juan de Nieva y las playas de Verdicio y Riba de Pachón.
Lugares de Asturias que quizá no conoces para descubrir en 2024
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Candás, la capital del concejo de Carreño, merece un largo paseo y un vistazo desde abajo para ver el trajín de barcos de su puerto pesquero, pero también desde arriba, bien desde la cuesta de La Formiga, en el monte Fuxa, que lleva a la ermita de San Roque; bien desde el mirador del faro, después de ascender hasta la de San Antonio y contemplar las espectaculares vistas. Hay otros paseos para el recreo visual, como el que bordeando la playa de Candás –con la peña Furada como insignia, con su agujero horadado por la fuerza del mar– y la de la Palmera, enlaza el paseo marítimo con Perlora, tan frecuentado por los lugareños. La joya románica de Santa María de Piedeloro también merece ser admirada.
SIDRERÍAS, MODERNISMO Y MUCHA VIDA EN LUANCO
A solo cinco kilómetros de Candás, Luanco es capital del concejo vecino, el de Gozón. Esta villa marinera que preside una amplia ensenada con buenas playas y cuyo antiguo puerto rivalizó en el pasado con Candás como plaza ballenera, tiene mucha animación veraniega, que se concentra en sus terracitas, sidrerías y restaurantes donde se come una buena cocina marinera. Y en su casco histórico, sobre todo en la calle de la Riba, con una buena colección de edificios notables, entre los que destaca la torre del Reloj y la iglesia de Santa María mirando al mar, y también casas singulares, como el palacio de los Menéndez de la Pola o la modernista casa Mori.
Una ruta cántabro-asturiana por alguno de los pueblos más bonitos de España
En la calle Gijón abre sus puertas el Museo Marítimo de Asturias (museomaritimodeasturias.com), que ha cumplido 75 años y merece una visita detenida. Recomendable después la senda costera que arranca en el paseo de la playa de La Ribera y conduce hasta Bañugues, 4 kilómetros sin perder la vista del mar que no pueden ser más agradables para la vista.
CABO DE PEÑAS
Por la senda costera, después de las playas de Llumeres y Viodo, o tomando la carretera GO-1, se alcanza el cabo de Peñas. Si cada lugar alardea de faro, el de este saliente de tierra no iba a ser menos. La Torre de Hércules de ser el más antiguo, el de Chipiona, el más alto, y el de Cabo de Peñas, el de más alcance, ¡hasta 35 millas llega a alumbrar! En sus bajos acoge un centro de interpretación dedicado al medio marino del cabo.
Pero hay que asomarse a los escarpados acantilados que quedan a espaldas para sentir la fuerza y la belleza del mar, con más de 100 metros de altura. Un auténtico observatorio del Cantábrico desde el que se contemplan los islotes de la Erbosa y El Sabín y el vuelo de las aves marinas que frecuentan el cabo mientras. Caminando por la senda se irán descubriendo, de manera didáctica, los valores más importantes del espacio natural.
FARO DE SAN JUAN DE NIEVA
Siguiendo la AS-238, el recorrido continúa por la costa occidental de Gozón hasta llegar al faro de San Juan de Nieva, algo más de 16 kilómetros que discurren por la senda costera del Cantábrico, uno de los tramos de ese otro sendero europeo de largo recorrido que es el GR-E9.
LAS DUNAS DE VERDICIO
Sorteando acantilados se hilvanan un puñado de playas naturales y calas, como la de Verdicio –un interesante campo dunar bañado por un fuerte oleaje y escoltado por un anfiteatro de verdes prados– y después Riba de Pachón, hasta poner un pie en las dunas de Xagó, casi 2 kilómetros de arenal donde los baños pueden ser peligrosos, pero con unas olas gigantes perfectas para el surf. Todo el recorrido puede ser realizado por una senda de tierra que, junto a los acantilados, parte del faro de Peñas hasta el de San Juan de Nieva, en el borde de la ría de Avilés.
Playas, villas marineras y una senda costera, una ruta redonda por el occidente asturiano
PARADA PARA COMER
En Luanco, en Guernica (restauranteguernica.es), donde los mariscos y pescados de la zona y platos tradicionales de la cocina asturiana se degustan en un comedor con grandes cristaleras asomadas a la bahía de Luanco; y en La Playa by Chus (restaurantelaplayabychus.es), un moderno restaurante de cocina de mercado a pie de playa con divertidas y sofisticadas presentaciones. En verano su terraza es punto de encuentro también para degustar helados artesanales y cócteles. Buena elección son también Casa Maravilla y El Tormentín (eltormentin.com).
Busto, ese rincón de la costa asturiana para los viajeros más golosos
DÓNDE DORMIR
En La Llosa de Fombona (lallosadefombona.com), un hotel rural con encanto en Susacasa, Luanco, que ocupa una gran casona tradicional rodeada de prados y con coloridas habitaciones, todas diferentes, y cuidadas zonas comunes. Con la banda sonora natural del mar se descansa en Casa Maravilla (hotelmaravilla.es), un hotel-restaurante de solo seis habitaciones en Ferrero, Viodo. Y en Luanco, en La Plaza II (laplazahotel.net), un hotelito junto al puerto marítimo repartido en dos edificios, unas de corte clásico y el resto, contemporáneas y con todos los detalles.