El que es uno de los espacios naturales más bellos de Alemania se encuentra a solo una hora en tren de la estación central de Berlín. Un bosque milenario, único en Centroeuropa, repleto de brazos de agua que salen del río Spree y que empezaron a canalizarse en el Medievo. Al Spreewald se puede acceder por Lübben y Cottbus, pero el punto más atractivo es Lübbenau, en el estado federal de Brandeburgo.
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LÜBBENAU
Desde hace más de un siglo, Lübbenau es una villa de veraneantes y aficionados a las escapadas verdes los fines de semana, sobre todo berlineses. Algunas de sus casas tienen más de 300 años y son más antiguas que el país. Los vecinos hablan sorbio, una lengua eslava occidental de la que se calcula hay unos 60.000 hablantes activos.
EN BOTE POR LOS CANALES
La mejor manera de conocer el Spreewald es alquilar una piragua, una canoa o una embarcación familiar con su barquero nada más salir de la estación de tren de Lübbenau. El recorrido medio ronda los 20 kilómetros, unas cuatro horas en el agua bajo la atenta mirada de nutrias y cigüeñas blancas. Los viejos puentes de madera sortean los canales en un paisaje de naturaleza exuberante, con más de cinco mil especies de animales y plantas. Se atraviesan hasta cinco esclusas y merece la pena parar en lugares como la aldea de Leipe, de donde sale un bonito sendero de 14 kilómetros creado en 1935 que llega a Lehde.
En Lehde, pese a que todo se hace en el agua (no solo el reparto postal, también la recogida de basuras o incluso los bomberos tienen sus barcazas), también se puede seguir una ruta a pie de unos 5 kilómetros gracias a una red de puentes que conectan las diferentes islas.
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La construcción de embarcaciones conserva su importancia en el lugar y se mantiene en activo. Hay incluso un museo al aire libre, el Freilandmuseum Lehde, al que se llega en bote. En él los artesanos enseñan cómo fabrican estas barcas.
TAMBIÉN EN BICICLETA POR SUS CAMINOS
Se pueden hacer incluso rutas en bicicleta de montaña, algunas con guía y organizadas por la oficina de turismo de Lübbenau, como la Die Spreewälder Handwerkstour, un recorrido de 40 kilómetros por pistas de arena que se completa en unas 8 horas si se aprovechan bien las paradas en las granjas familiares para conocer las artesanías locales. Pero cuando se está en el Spreewald lo suyo es tirarse al agua.
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GUÍA PRÁCTICA
Hay vuelos directos diarios entre España y los dos aeropuertos internacionales de Berlín, Tegel y Schönefeld, con buenas tarifas de las aerolíneas Iberia, Iberia Express e easyJet. El tren regional hasta Lübbenau-Spreewald se puede coger en la estación Berlín-Ostbahnhof de la capital alemana y lleva unos 50 minutos. La escapada es perfecta para ir y volver en el mismo día.
Nada más dejar la estación de tren en Lübbenau empiezan a aparecer ofertas en el pueblo para alquilar piraguas y embarcaciones, el mejor modo de conocer en profundidad el bosque. Si se quiere preparar de antemano, entre las opciones están Bootsverleih Richter (bootsverleih-richter.de, con información en alemán e inglés) y Bootsverleih Hannemann (bootsverleih-hannemann.de).
LO QUE HAY QUE PROBAR EN EL LUGAR
Y después de bajarse de la barca o de piragua, hay que probar el producto estrella de Lübbenau: el pepinillo. Esta pequeña comunidad produce más de 40.000 toneladas de pepinillos cada año en un inimaginable número de variedades. Para muchos son los mejores del mundo y es de los pocos productos heredados de la antigua RDA que no desaparecieron tras la caída del Muro de Berlín. Se pueden degustar en los puestos de encurtidos en el pequeño puerto de Lübbenau.
DÓNDE DORMIR
Se puede hacer noche en pleno Spreewald en un castillo, el soberbio Schloss Lübbenau (schloss-luebbenau.de). Una opción más modesta y familiar es el hotel Spreewaldeck (spreewaldeck.de). Los que opten por dormir en Berlín pueden hacerlo en The Yard (hotel-theyard.berlin), un hotel boutique de diseño moderno y minimalista situado en el centro de la capital alemana.
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DÓNDE COMER
Gasthaus Quappenschänke (spreewald-starick.de), en Lehde, prepara veladas gastronómicas todos los martes, viernes y sábados entre los meses de mayo y octubre, con gran bufé de especialidades locales y noches de folclore. La posada Wotschofska (gasthaus-wotschofska.de), sobre todo su terraza junto al bosque, es uno de los establecimientos más agradables del Spreewald. Para cenar o comer, con cierto aire italiano, otra buena alternativa es el Café Fontane (cafe-fontane.de).