El Notting Hill bilbaíno y otros lugares secretos para tu segunda o tercera vez en la ciudad

BILBAO TIENE UNA ISLA

¿Una isla en Bilbao? Pues sí, Zorrozaurre. Y no es la única que ha tenido a lo largo de su ría, aunque ya se hayan integrado en la ciudad. Antes de esta ya estaban las de Uribitarte, en el lugar de las torres Isozaki, y la de San Cristóbal, que forma parte del barrio de La Peña. La de Zorrozaurre es muy reciente, de 2018, y se creó por la apertura del canal de Deusto. Hoy despierta interés por el Espacio Open (espacioopen.com), un centro cultural que ocupa la antigua fábrica de Galletas Artiach y por su Jardín Secreto que es un oasis en la ciudad, donde se han rodado recientemente escenas de la serie Intimidad, de Netflix.

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LAS BICICLETAS ACUÁTICAS DE LA RÍA

Bilbao se descubre la primera vez andando, pero cuando se vuelve una segunda o una tercera, una buena idea es probar la experiencia de recorrer su ría subido a una de las bicicletas acuáticas que se desplazan entre Deusto y el casco viejo y ver el Guggenheim o San Mamés desde otro punto de vista. Las rutas de Waterbike (rutaswaterbike.es) se pueden hacer por libre o guiadas y tienen como punto de partida el Cargadero.

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LAS CASAS INGLESAS DE IRALA

Los más atrevidos lo llaman el Notting Hill bilbaíno, un título que el barrio de Irala, apartado de los lugares más turísticos de Bilbao, se ha ganado por este conjunto de chalets, villas y viviendas adosadas de estética british, con elementos de estilo neovasco y guiños modernistas, que se pueden ver entre las calles Baiona, Kirikiño y Zuberoa. Se construyeron a principios del siglo XIX por esa historia de relaciones comerciales que siempre ha unido a estos dos lugares, pero Instagram se ha encargado de viralizarlas.

LA PISCINA TRANSPARENTE DEL CENTRO AZKUNA

Para los amantes de la arquitectura, el diseño y la buena vida es el Azkuna Zentroa (azkunazentroa.eus), un espectacular centro de ocio, deporte y cultura, con interiores de Philippe Starck, que ha insuflado nueva vida al edificio modernista de la Alhóndiga, un antiguo almacén de vino de principios del siglo XX. Hay gimnasio, cines, auditorio, sala de exposiciones, mediateka, un reconocido restaurante y una piscina ¡con fondo de cristal!, que si no se quiere reservar siempre se puede ver desde la singular sala de columnas.

LA IGLESIA MÁS ROCKERA

Vista desde fuera nadie diría que la iglesia del siglo XVII que fue convento para monjas de clausura de la Orden de la Merced, a un lado del puente del mismo nombre, es, desde hace 27 años, una sala de conciertos por la que han pasado artistas internacionales de la talla de Robbie Williams, que compartió cartel con The Corrs en su inauguración. Y no solo conciertos, pues Bilborock acoge también otras actividades, desde cine y presentaciones discográficas a desfiles de moda.

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LA VIDRIERA DE LA ESTACIÓN DE ABANDO

El principal intercambiador de transportes de la ciudad tiene un secreto que está a la vista y en el que muchos bilbaínos enfrascados en su día a día apenas reparan. Es la espectacular vidriera que luce desde que fue inaugurada en 1948. Una artística obra de 15 metros de largo y una altura de 10 metros que hace alusión a la historia de la ciudad, con referencias pesqueras y siderúrgicas, elementos relacionados con el deporte y lugares icónicos, como el puente de San Antón. Allí mismo se pueden ver una colección de esculturas del vizcaíno Agustín Ibarrola.

EL MOISÉS DE MIGUEL ÁNGEL ESTÁ EN BILBAO

Para dar un paseo por los mejores museos del mundo no hace falta salir de Bilbao, porque en el Museo de Reproducciones se puede admirar el Moisés de Miguel Ángel, la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia o el Laoconte. Réplicas de las grandes obras maestras de la escultura de todos los tiempos (bilbokoberreginenmuseoa.eus).

EL MONTE PAGASARRI

Si eres de asfalto, pasa página, pero si quieres disfrutar de la naturaleza y de las vistas de la ciudad, tienes que subir al 'Paga', la montaña más clásica de la capital bilbaína, que no es la cumbre muy elevada (673 metros), pero es un agradable y fácil reto para los más andarines. La ruta empieza en el aparcamiento del Pagasarri y sus 13 kilómetros se pueden cubrir en algo más de 4 horas.

LOS TRIÁNGULOS DEL EME

No hay bilbaíno que no conozca el sándwich del Eme (baremebilbao.com) y no haya probado la especialidad de este céntrico bar familiar abierto en 1950 no una sino decenas de veces, pues cualquier excusa es buena para pasarse por él y hasta armarse de paciencia esperando la cola que se monta en su puerta. Para los nuevos en la ciudad, es un lugar por descubrir, como la famosa salsa que acompaña estos triángulos y cuya receta, cuatro generaciones después, sigue siendo un secreto.

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