Son las nueve de la mañana y la actividad en Great Dixter House & Gardens es ya una realidad. Las botas de faena manchadas de barro y apiñadas normalmente en el recibidor del caserón del siglo XV, que constituye el epicentro de la finca, las calzan una decena de voluntarios que dedican cuidados y atenciones a su verdadera pasión: la jardinería. Un amor inculcado por el escritor y destacado jardinero inglés Christopher Lloyd, ya desaparecido, quien a su vez aprendió este arte de sus padres, que compraron la propiedad a comienzos del siglo XX para convertirla en lo que es hoy: posiblemente, el jardín más bello de todo el Reino Unido.
El condado de East Sussex reúne jardines bellísimos, pueblos medievales y un sistema dunar único
Este paraíso natural en manos del Great Dixter Charitable Trust se encuentra a menos de dos horas del centro de Londres, en el condado de East Sussex, y oculto entre bosques y extensas praderas que se extienden a lo largo de Rother Valley. Con solo echar un vistazo al paisaje se entiende que no se trata de un lugar cualquiera, pero una visita a sus dominios lo deja aún más claro. Perderse por senderos flanqueados de tupidas jardineras donde las plantas crecen semisalvajes y descubrir estanques y alfombras de flores, huertos y parcelas que son una auténtica oda a la botánica, invita a inspirar profundamente ese aroma a campo que lo conquista todo. En el interior de la casa, que posee el salón con estructura de madera más grande del país, se ahonda en la historia de quienes hicieron posible este lugar mágico. Continuar tomándole el pulso a la vida rural británica pasa por parar en los castillos que salpican el paisaje.
El de Bodiam, del siglo XIV queda a solo diez minutos en coche. Aquí hay que ascender por las estrechas escalinatas hasta sus torreones para divisar el horizonte y, de paso, aprender sobre el pasado. Un té y un pastel en su coqueta cafetería reconfortan antes de descubrir otro tesoro de East Sussex.
En Oxney Organic Estate, entre vides de pinot noir y chardonnay, aguarda Kristin Syltevic, una escandinava que no se lo pensó dos veces a la hora de cambiar el estrés de la vida urbana por la emocionante aventura de fundar, junto a su pareja, la que se ha convertido en la bodega orgánica más grande de Reino Unido. No en vano, en sus 14 hectáreas de cultivo crece el 20% de la uva orgánica producida en el país, con la que elaboran una deliciosa gama de vinos tranquilos y espumosos. Se puede conocer el proceso completo de elaboración y acabar catando el producto entre viñedos.
Con una selección de quesos, encurtidos y embutidos sobre la mesa culmina la mejor de las experiencias. No hay que conducir mucho por las sinuosas carreteras del condado para alcanzar Rye, el bastión de la belleza inglesa. Reconocido en numerosas ocasiones como el pueblo medieval mejor conservado del país, deslumbra con sus cuestas adoquinadas, balcones floridos e imponentes jardines demostrando que aquí el tiempo decidió pararse muchos siglos atrás. Es este, sin duda, el lugar ideal para establecer el campo base desde el que explorar los alrededores, sobre todo si se escoge para alojarse el exclusivo hotel The George in Rye, ubicado en un edificio de 1575. En pleno corazón de la localidad, solo unos pasos lo separan de la Ypres Tower o de St. Mary’s Church, pero también de tiendas de diseño, galerías de arte o la playa de Camber Sands.
Ya en el condado de Kent, la ruta avanza entre campos colmados de rebaños de ovejas hasta Sissinghurst Castle Garden, un verdadero templo a la belleza que toma forma, una vez más, de cuidados parterres y laberintos de rosas. Fue adquirido en 1930 por la escritora y poetisa Vita Sackville-West y su marido, Harold Nicolson, quienes volcaron en él toda su creatividad para diseñar los jardines más estilosos jamás imaginados. Hoy el deseo del matrimonio se mantiene vivo de la mano del National Trust, y es el preludio ideal antes de escudriñar los terrenos del cercano castillo de Leeds, que se extienden a lo largo de 200 hectáreas. Más jardines y más flores, más estanques y tupidos bosques conquistan el paisaje, que no escatima ni en senderos ni en fotogénicas estampas.
Hasta seis reinas de Inglaterra se alojaron en el Castillo de Leeds en el Medievo
En el interior, sus 900 años de historia se traducen en estancias conservadas con fidelidad donde llegaron a hospedarse hasta seis reinas de Inglaterra de la Edad Media, y no es de extrañar, pues esta suerte de refugio era el enclave ideal para el descanso, pero también para el disfrute y la diversión. A menos de una hora, se alcanza el lugar idóneo en el que poner fin al viaje: The Pig at Bridge Place, un hotel boutique con vistas a la campiña de Kent y deliciosas habitaciones desde las que olvidarse del mundanal ruido o, mucho mejor, entregarse al hedonismo más puro. Una maravillosa fantasía hecha realidad.
El apunte experto
- Disfrutar de un pícnic entre viñedos a base de productos locales en Oxney Organic Estate es toda una experiencia.
- Por los extensos jardines del castillo de Leeds hay butacas repartidas para sentarse a leer un buen libro al cobijo de un árbol.
- A lo largo de las carreteras secundarias del sur inglés los granjeros locales venden huevos frescos, miel o dulces caseros.
- Pasear, al caer la noche y en solitario, por las calles medievales de la hipnótica Rye.
- En los dominios de Great Dixter Gardens, apuntarse a una visita guiada para descubrir los detalles de la apasionante vida de Christopher Lloyd.
Guía de viaje
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