GRANDES CELEBRACIONES, DE LA BASÍLICA DE SAN PEDRO AL COLISEO
La Semana Santa es un momento muy especial en Roma. Las calles se llenan de gente y fervor, especialmente en la Basílica de San Pedro, donde se viven con devocación algunos de los actos religiosos más importantes del año cristiano y que también se extienden al resto de la ciudad. Uno de los momentos más importantes es el Via Crucis del Viernes Santo en el Coliseo (a las 21:15) . Una tradición que se remonta al siglo XVIII y que pasa por el interior del famoso monumento romano. Impresiona verlo iluminado con velas y antorchas. El Sábado Santo se celebra la Vigilia Pascual y, al día siguiente, el Domingo de Pascua tiene lugar la tradicional misa y la bendición Urbi et Orbi desde el balcón central de la basílica vaticana. El lunes de Pascua es un día festivo durante el cual muchos romanos aprovechan para comer en familia.
La Capilla Sixtina, como nunca antes la habías visto
Para quienes quieran asistir a un concierto de música sacra, en estas fechas (hasta el 19 de mayo) se celebra el Festival de Pascua (festivaldipasqua.org) en algunas de las iglesias más importantes de la ciudad.
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EXPOSICIONES TEMPORALES QUE MERECEN UNA VISITA
Más allá de las celebraciones religiosas es posible asistir a alguna de las exposiciones que se celebran en los grandes museos de la ciudad. Entre las más destacadas abiertas al público la que, hasta el 30 de abril, descubre los secretos de la construcción de la Columna del emperador Trajano, uno de los símbolos más destacados de la Antigua Roma, en el Coliseo. La muestra desvela los detalles de la creación de esta obra de 38 metros de altura y más de mil toneladas, erigida hace casi dos milenios y que aún permanece en pie.
Hasta el 30 de junio, en el Museo Nacional del Castillo de Sant'Angelo se puede visitar la exposición Jubileo 2025. Los caminos de la fe, relacionada con el gran acontecimiento mundial que se celebrará el próximo año en Roma.
Y también es una buena oportunidad para visitar la Domus Tiberiana, la que fuera primera residencia de los gobernantes de Roma, que ha reabierto sus puertas después de 50 años cerrada al público. Se encuentra justo enfrente del Foro Romano.
VACACIONES EN ROMA... Y EN VESPA
Aunque en cuestiones meteorológicas todo puede pasar y la Semana Santa no empieza con las buenas temperaturas que se esperaban, en Roma se espera que el sol luzca a partir del Jueves Santo. ¿Por qué no animarse a recorrer las calles de la ciudad en motorino? Pocas cosas tan fotogénicas como subirse a una vespa y emular a una elegante Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma, eso sí, nosotros con casco.
Los tour se pueden contratar en varias plataformas, con o sin conductor, para quienes no quieran o no se atrevan a conducir por la caótica Roma, e incluso con sidecar. En las rutas guiadas es posible recorrer los escenarios de la película o realizar un tour por la Roma más clásica. On Movo (onmovo.com), Get Your Guide (getyourguide.es) y En Roma (enroma.com/vespa-moto-roma) son algunas de ellas.
POR EL TRASTEVERE, EL BARRIO MÁS AUTÉNTICO
Da igual si se visita por primera vez o ya se ha estado antes, porque el Trastevere siempre tiene algo nuevo que ofrecer. Comenzamos por su corazón, la plaza de Santa María in Trastevere, donde se encuentra la basílica del mismo nombre. A partir de ahí habrá que callejear e ir descubriendo sus rincones más secretos. Para disfrutar del barrio más especial de Roma hay que entrar en sus cafés y comprar algo en sus tiendas más auténticas. El Café di Marzio, en la misma plaza, es perfecto para comer o tomar un aperitivo. En la osteria Rugantino (anticaosteriarugantino.com) puedes hacer una degustación de pasta auténtica. En Antica Caciara, una tienda de las de toda la vida, puedes comprar sus famosos embutidos, quesos y vinos.
SABORES DE SEMANA SANTA
Más allá de la famosa pasta –alguna de las especialidades locales son los bucatini alla amatriciana, unos espaguetis pero más gruesos, o los rigatoni alla romana, unos macarrones rizados–, en Semana Santa hay que degustar alguna de las especialidades propias de estas fechas.
Si queremos algo salado, la torta pasqualina, una tarta que se elabora con huevos, queso y verduras. Para quienes prefieren el dulce, un uovo di Pascua, el tradicional huevo de chocolate, o los famosos colomba, el dulce de pascua que se vende por todas partes. Algo parecido al panettone, en realidad es un bizcocho esponjoso con forma de paloma que al final va cubierto con un glaseado de almendras.
Diez pistas para ser un auténtico romano en Roma
También tradicional la pizza di Pascua, que pese a su nombre no es una pizza sino un dulce tradicional que se come en la mañana del Domingo de Resurreción y, a veces, se acompaña de embutido, como la corallina, o huevos duros.
EL BARRIO ESCONDIDO DE COPPEDÉ
Si ya has visitado las zonas más clásicas de la ciudad, toca descubrir algún barrio más alejado de los habituales circuitos turísticos pero con rincones muy interesantes, como el de Coppedé. Una pequeña y desconocida joya que recibe su nombre del arquitecto que lo diseñó, Gino Coppedé, y está repleto de elegantes villas y palacetes que pertenecieron a la alta burguesía romana de comienzos del siglo XX (nada menos que 18 palacios y 27 palacetes).
En realidad no es un barrio, más bien es una zona dentro del barrio de Trieste, y su centro neurálgico es la plaza Mincio, con la bella fuente de las Ranas. Paseando por sus calles se descubren edificios muy originales, entre los más bonitos el palacio dei Ambasciatori (palacio de los Embajadores), el del Ragno (palacio de la Araña) o la villa delle Fate (de las Hadas). Toda una mezcla de estilos arquitectónicos y una curiosa decoración con símbolos o animales en bajorrelieve en las fachadas.
UN RESPIRO EN EL 'CENTRAL PARK' DE ROMA
Si estamos cansados de tanto arte, arquitectura y grandes monumentos es el momento de tomarse un respiro en uno de los parques más bellos de al ciudad, por algo le llaman el 'Central Park' romano. Villa Borghese es enorme, uno de los parques urbanos más grandes de Europa, además de un espacio verde ideal para disfrutar de la naturaleza y donde hacer un pícnic si el tiempo acompaña. En el centro se encuentra un jardín con un lago y un templo, donde además se puede alquilar una barquita.
CRUCERO POR EL TÍBER
Si cuando visitamos París hacemos un crucero por el Sena, en Roma el protagonismo se lo lleva el Tíber. Desde el embarcadero de Sant’Angelo parten los barcos que permiten conocer la ciudad desde otra perspectiva. Los hay de día, de noche con aperitivo, con música en directo…, que cada uno elija el suyo en función de sus gustos. Pueden contratarse con empresas como Civitatis (civitatis.com), Tiquets (tiqets.com) o Get Your Guide (getyourguide.es).
DORMIR CON VISTAS A LA PLAZA DE VENEZIA
Para disfrutar aún más de esta ciudad lo ideal es alojarse en el centro. Junto a la plaza de Venezia, muy próximo al Foro Romano, la Fontana di Trevi o el Coliseo está el nuevo H10 Palazzo Galla (h10hotels.com), ubicado en dos edificios, uno de finales del XIX y otro más moderno. Sus rehabilitados espacios interiores se han inspirado en el clasicismo romano e incorporan elementos contemporáneos que le aportan personalidad.
Nada más entrar sorprende su acogedor hall, con una elegantísima mesa de mármol blanco. Junto al lobby, el bar Massimo para tomar un rico café italiano o unos cócteles. Las habitaciones son amplias y luminosas y sobre todo, con estupendas vistas a la ciudad. Y para vistas 360º, las del Traiano Rooftop Bar, el espacio perfecto para desconectar después de un día recorriendo la Ciudad Eterna.