En ningún otro lugar del mundo existe una concentración de artesanos cristaleros como en el Valle del Cristal, el área enmarcada por las montañas Lusacias, las Jizera, las Gigantes y el Paraíso de Bohemia –el primer geoparque de la República Checa–, en la región de Liberec. La tradición se remonta al siglo XIII. Las afloraciones de cuarzo y las canteras de arena rica en sílice de la zona proporcionaban el material fundamental para la elaboración del vidrio, y la madera de los bosques de estos montes, la energía para alimentar los hornos. Fue en el siglo XVII cuando comenzó a fundirse un cristal con unas características únicas de claridad, brillo y dureza, especialmente adecuado para grabar y esmerilar. Era el cristal de Bohemia , que acabaría siendo el más demandado del mundo en el siglo siguiente. La herencia de aquella tradición sigue viva en este territorio a través de decenas de fábricas y artesanos que se fueron especializando en diferentes productos, desde copas o lámparas a objetos de decoración y adornos navideños.
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Muchas de las factorías de cristal de Bohemia cuentan con su propia cervecería
Liberec es la ciudad que sirve de base para recorrer el Valle del Cristal. Su pasado está más relacionado con la industria textil, pero la Torre de Cristal de su Museo de Bohemia del Norte cuenta su historia y es buen punto de partida para conocerlo. En Kunratice u Cvikova, la manufactura de Jiri Pacinek, especializada en vidrio artístico y decorativo, ha creado el Glass Garden, un delirio de jardín en el que todo son piezas que imitan formas de plantas o animales. La Iglesia de Cristal, a pocos metros, completa el conjunto. Se trata de un antiguo templo al que se le ha dado un nuevo uso convirtiéndolo en una especie de galería de arte.
No muy lejos está Lindava y la factoría Ajeto, donde se elaboran las cotizadas piezas de Lasvit . Se puede visitar y ver en directo el proceso de producción recorriendo los almacenes donde se guardan los componentes básicos (potasio, calcio, sodio, sílice y arena), el taller de los moldes de madera y la sala de los hornos. Tampoco hay que perderse la cantina, pues, además de estar abierta como restaurante, se ha habilitado un espacio en el que los visitantes realizan talleres.
La creación artesana de adornos navideños de cristal soplado es patrimonio inmaterial de la humanidad
Nový Bor es el centro de la cristalería checa. En esta ciudad están las casas cristaleras más renombradas, como Lasvit. Es aquí donde se diseñan los trofeos del Tour de Francia, auténticas obras de arte, cuyas réplicas se ven en la sede de esta marca en la parte antigua de la ciudad.
Novosad & Syn es la factoría cristalera más antigua de Europa Central. Lleva más de 300 años fabricando cristal de Bohemia de manera artesanal y su mayor tesoro es que conserva todos los diseños que han realizado a lo largo de ese tiempo. Para visitarla hay que ir hasta Harrachov, en las montañas Gigantes, una ciudad que también atrae a los amantes de la cerveza. Como ocurre en otras manufacturas, tiene su propia cervecería. No es capricho, tiene que ver con las altas temperaturas que soportan los trabajadores junto a los hornos. Esta bebida les ayuda a refrescarse y, puesto que se consumen muchos litros al cabo del día, resulta más rentable elaborarla que comprarla.
El recorrido lleva a Poniklá, un tranquilo pueblo que ha mantenido una tradición relacionada con el cristal reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Se trata de la creación artesana de adornos navideños con cuentas de cristal soplado. Comenzó en 1840, cuando empezaron a usarse en los árboles de Navidad, pasó de generación en generación, pero hoy solo queda una empresa que fabrique a mano este tipo de piezas: Rautis. En su tienda realizan demostraciones del proceso de elaboración y, al lado, se visitan los talleres.
La historia y todos los diseños se pueden descubrir en WOW (World of Wonders), el Museo de los Adornos Navideños, abierto en 2022 como parte de otro museo único, el de Cristal y Bisutería, que está en Jablonec nad Nisou. Por cierto, este es el lugar donde conseguir auténticas bolas de cristal de Bohemia.
El apunte experto
- La experiencia de soplar vidrio y crear tu propia vasija puedes tenerla en la fábrica de Ajeto, en Lindava.
- En Granát Turnov, en Turnov, se conoce la historia de los granates checos y el taller de tallado de estas piedras de origen volcánico.
- La cerveza elaborada en la microcervecería Novosad & Syn, ubicada en la fábrica de cristal más antigua de Europa Central, en Harrachov.
- Una visita a la casa natal de Ferdinand Porsche, en Liberec, convertida en un atractivo y moderno museo en el que descubrir la historia del fundador de la famosa marca automovilística.
- La Farola de Edisson, en la plaza Dr. Edvard Benes, en Liberec. Se trata de una llamativa escultura de gran formato creada para celebrar el 130 aniversario de la invención de la bombilla. Es uno de los rincones más fotografiados de la ciudad.
- Panská skála es una formación geológica de columnas de basalto, resultado del pasado volcánico de la comarca de las montañas de Lusacia, en Bohemia. Un pequeño lago junto a esta curiosa colina y los senderos que la rodean hacen de ella un lugar aún más llamativo.
GUÍA DE VIAE