La más grande de las Islas Canarias ofrece naturaleza, tradición, gastronomía e historia para todos los públicos. Su buen clima todo el año la posiciona como la mejor opción para visitar en cualquier época del año, y el macizo volcánico de Las Cañadas, sobre el que se alza el cono del Teide, divide la isla en dos vertientes muy diferenciadas: frente al sur, más cálido y enfocado al ocio y a las playas; y el norte, que se perfila como un horizonte escarpado, en donde los charcos naturales de sus costas son protagonistas de experiencias inolvidables.
Junto a esto, un ritmo pausado que invita a explorarlo todo en calma, disfrutando de cada instante como si fuera un preciado regalo, hacen de Tenerife la escapada que todos estamos buscando. Un lugar cuyos encantos no dejan indiferente a nadie. Aunque solo sea por el Teide y sus imponentes 3.715 metros de altura, uno ya se siente atraído por esta isla que, en realidad, es mucho más que el lugar en el que se encuentra el pico más alto de España. A continuación, recopilamos ocho motivos por los que merece la pena explorar a fondo un lugar extraordinario.
1. Sus maravillosas playas
A lo largo de su costa, el mar dibuja dos caras muy diferentes. La del norte, con playas de arena volcánica, verdes barrancos y pueblos de arquitectura tradicional, y la del sur, con playas de arena blanca y enclaves donde disfrutar de lo que Los Cristianos, Las Américas, Costa Adeje y demás opciones te ofrecen. En el norte, los tinerfeños disfrutan de escondidas playas como la de Benijo, de arena negra, mientras el sur ofrece lugares para disfrutar del kitesurf, windfoil o windsurf tan mágicos como El Médano. Las opciones son (casi) infinitas, y lo mejor de todo es que, gracias a sus microclimas, puedes disfrutar de un chapuzón en cualquier estación del año.
2. Adentrarse en su espectacular naturaleza
Hay tantas cosas que hacer en Tenerife que es uno de esos lugares en los que resulta imposible aburrirse. Su indómita y salvaje naturaleza es uno de los motivos por los que siempre volver. Cuenta con 43 espacios protegidos que ocupan la mitad de su territorio. Entre ellos, por supuesto, el Parque Nacional del Teide, declarado por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad. Pero también el Parque Rural de Anaga —Reserva de la Biosfera—, y el de Teno, con sus bosques de laurisilva, sus helechos gigantes y su aire de cuento de hadas. El Acantilado de Los Gigantes, con una altura de hasta 600 metros sobre el mar, es otro de los lugares de visita obligada para los que quieran disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.
3. Experiencias deportivas
Las olas y la tabla son una de las combinaciones deportivas favoritas en Tenerife. Los principales spots de surf son la Playa de las Américas, Punta Blanca, El Socorro, la Playa de los Patos y Punta del Hidalgo. Si lo tuyo es el windsurf o el kitesurf, es en El Médano y El Cabezo donde soplan los vientos más fuertes. El senderismo es otra de las experiencias deportivas más top, ya que Tenerife cuenta con una red de senderos que ofrece rutas que atraviesan bosques o parques naturales, así como el golf –cuenta con 9 campos de golf repartidos por toda la isla– y el parapente. Asimismo, el ciclismo, mountain bike y buceo también son posibles en la isla.
4. Descubrir sus ciudades y pueblos con encanto
A la sombra del macizo de Anaga se erige Santa Cruz de Tenerife, la capital. Su arquitectura vanguardista es uno de sus grandes atractivos. El Auditorio de Tenerife, el Centro Internacional de Ferias y Congresos, ambos, obras de Santiago Calatrava, o el TEA, Tenerife Espacio de las Artes, de Herzog y De Meuron, son una excelente muestra. En San Cristóbal de La Laguna, siempre animada y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destacan sus casonas y patios tradicionales, igual de bellos que los de otros cascos históricos que también merecen ser descubiertos, como los de La Orotava, Garachico o Icod de Los Vinos, por mencionar solo tres de entre todos los que aguardan al viajero en su recorrido por la isla.
5. Su exquisita gastronomía
Tenerife cuenta con un clima que favorece al cultivo, sobre todo en la zona norte, donde se encuentran las tierras más fértiles. Especialidades culinarias como el gofio, los mojos, las papas antiguas, el queso, el aguacate… hacen de la despensa tinerfeña un despliegue de sabores que no ha parado de evolucionar en los últimos años, dando lugar a una cocina creativa y original. Mención especial merecen sus quesos canarios y sus vinos, cuya historia se remonta al siglo XV y cuentan con una calidad y personalidad únicas.
6. Su amplia oferta hotelera
En Tenerife encontrarás alojamientos para todos los gustos y modalidades de viaje, podrás disfrutar de las instalaciones o hacer de tu hotel el campamento base para explorar la isla sin parar. También encontrarás alguno de los hoteles más caros y lujosos de España, para hacer de tu escapada una experiencia inolvidable y exclusiva. La isla también cuenta con la alternativa perfecta para ir con niños, hoteles divertidos, con gran cantidad de animación y actividades que harán las delicias de los más pequeños. Y no faltan los all inclusives tan famosos en el Caribe y que también puedes disfrutar en Tenerife.
7. Sus fiestas populares
Tenerife es una isla que rebosa autenticidad gracias, en gran medida, a sus celebraciones tradicionales. De marzo a septiembre, las romerías son una de las mejores muestras de la cultura de la isla. Entre sus fiestas populares destaca la Semana Santa o el Corpus Christi, mientras que en febrero el Carnaval —declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y que considerado de los mejores carnavales del mundo— toma la isla, especialmente su capital, Santa Cruz, con uno de los más llamativos, coloridos y concurridos del mundo.
8. Recrearse en su ocio y parques temáticos
Repartidos por toda la geografía de la isla, los parques temáticos recorren Tenerife de norte a sur y se posicionan como una de las opciones de ocio más atractivas tanto para niños como para adultos. Desde las atracciones acuáticas de Siam Park a Loro Parque, natural embassy que cuenta con toda clase de especies animales, o Pirámides de Güímar, un parque botánico y etnográfico con historias de ser conocidas por cualquier viajero ávido de aventuras.