A veces tiene un toque europeo, como atestigua su pasado portugués y la similitud con las islas Canarias, vecinas en este pliegue del Atlántico. Otras, remite inevitablemente a los colores del Caribe. Y otras tantas, no puede ocultar el exotismo de África. Cabo Verde es una mezcolanza de lugares del mundo reunidos en un archipiélago, un extraño universo paisajístico cuajado de escenarios volcánicos, playas deslumbrantes, valles tropicales y páramos desérticos. Todo cabe en estas diez islas emplazadas frente a la costa de Senegal y dibujadas a golpe de mestizaje. Unas islas a las que colocó en el mapa Cesária Évora, la cantante de los pies desnudos.
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“La música, como la sonrisa, está en nuestro ADN”, explica Nelson Fortes, guía turístico de la isla de Sal, antes de desgranar los diferentes ritmos que nacieron en este país: la morna, el funaná, la coladeira… “Pero aquí la gran riqueza es la naturaleza”, aclara después. Algo que se puede comprobar en esta isla, la cual no es solo la puerta de entrada a Cabo Verde, sino también la más visitada del conjunto. En Sal, además del principal aeropuerto internacional, están las mejores playas. Arenales interminables de aguas cristalinas, algunos de ellos azotados por un viento que, desde octubre hasta abril, propicia la práctica del kitesurf. Este deporte ha alumbrado a Mitu Monteiro como campeón mundial caboverdiano. Pero no es la única actividad que puede realizarse en esta isla entregada a la aventura. Además de una vertiginosa tirolina en el parque Serra Negra, también se organizan tours para recorrer en buggy las dunas del desierto y travesías para hacer snorkel entre miles de peces. En Shark Bay incluso se puede ver en la misma orilla a pequeños tiburones cruzándose entre los pies. Y para quien no quiera tanta adrenalina, dos visitas fundamentales: el Olho Azul, una gruta formada por la erosión del mar, donde los rayos de sol provocan un turquesa casi eléctrico, y las salinas de Pedra de Lume, en las que uno se puede bañar y, como si se tratara del mar Muerto, flotar sin ningún esfuerzo.
La naturaleza es la gran fuente de riqueza de Cabo Verde, una mezcolanza de lugares del mundo reunidos en un archipiélago
El baño en las salinas de Pedra de Lume permite flotar sin ningún esfuerzo, como en el mar Muerto
Tanto Sal como Boa Vista gozan de bonitas playas, pero carecen del verde que lleva el nombre del país. Para ello habrá que saltar a Santiago, y descubrir, además de Praia, la capital, Cidade Velha, con su centro histórico de sabor colonial Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Esta isla, donde las raíces africanas están más arraigadas, cuenta con regiones agrícolas, que también existen, en Fogo (especialmente de café), en la que se erige el único volcán activo del archipiélago. Aquí no hay que perderse el área de Chã das Caldeiras ni los flujos de lava que llegan al mar en la costa este.
Aquí no hay que perderse el área de Chã das Caldeiras ni los flujos de lava que llegan al mar en la costa este. Especialmente frondosa es la isla de Santo Antão, con la exuberante Ribeira da Torre y el famoso valle tropical de Paul, uno de los más bellos de Cabo Verde. Recorrer esta isla es como montar en una divertida montaña rusa, sobre todo cuando se aborda la mítica carretera de Corda, que asciende por numerosas y sinuosas curvas hasta alcanzar los 1300 metros de altura.
Recorrer Cabo Verde es como montar en una divertida montaña rusa
Para rematar el viaje, nada como acercarse a São Vicente, el lugar donde empaparse de literatura, teatro, danza y fiesta. Y es el lugar para revivir el recuerdo de Cesária Évora en Mindelo, su pueblo natal, en cuyos bares y cafés resuena su música eterna.
El apunte experto
- Acercarse al muelle de Santa María, en la isla de Sal, para ver a los pescadores regresar con sus capturas e improvisar un mercado de pescado.
- Salir de marcha por la rúa Lisboa de Mindelo, en São Vicente, y los bares donde Cesária Évora comenzó su carrera.
- Subir a Pico do Fogo, el punto más alto de la isla a la que da nombre, y probar un vino que nace de la lava.
- Degustar en cualquier isla la cachupa, el plato nacional de Cabo Verde.
- Aventurarse a descubrir las islas pequeñas de Maio, Brava y la deshabitada Santa Luzia.
GUÍA DE VIAJE