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La ruta por pasarelas más bonita de Teruel

Sobre el barranco de la Hoz 'vuela' un sendero que une las localidades de Calomarde y Frías, una agradable excursión para perderse por la sierra de Albarracín.


Actualizado 7 de marzo de 2024 - 11:02 CET
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Albarracín es un pueblo precioso, de los más bonitos de España, pero ahí al lado tiene una naturaleza extraordinaria para descubrir, la de la sierra a la que da nombre, con numerosos paisajes en los que el agua es protagonista, pues aquí nacen ríos importantes, el Tajo, el Guadalaviar (después Turia), el Cabriel…, y se concentran cañones, cárcavas, surgencias y cascadas. La de Calomarde –también llamada Batida o del Molino Viejo– es una de las más espectaculares, un conjunto de resaltes y pozas de toba caliza por las que el río Blanco, afluente del Guadalaviar, se desploma en un escenario bellísimo. La cascada principal tiene unos 10 metros de caída y durante mucho tiempo fue aprovechada para mover un molino harinero.

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LA RUTA POR EL BARRANCO DE LA HOZ

Tomando desde Albarracín la sinuosa carretera A-1512, se alcanza, en 20 minutos, el pueblo de Calomarde, punto de partida por hacer la ruta del barranco de la Hoz, que une este pueblo con Frías de Albarracín, a través de un impresionante cañón excavado por el río Fuente del Berro. A lo largo de su recorrido se ven presas, barrancos, frondosos pinares y varios miradores antes de llegar al paisaje que rodea al Molino de las Pisadas. El camino se puede realizar en ambos sentidos. Son 8,5 kilómetros los que tiene de longitud y se acometen en 2 horas y 40 minutos sin dificultad, aunque no recomendables para personas con vértigo y niños muy pequeños.

 

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Nada más salir de Calomarde, junto a la carretera que lleva a Frías de Albarracín, está el camino de tierra a mano derecha que indica la ruta. Allí mismo hay un aparcamiento donde se deja el coche y se coge la senda que acerca a la cascada del Molino Viejo y no puede ser más entretenida, pues discurre por puentes de roca natural y pasarelas metálicas flotando por encima de las aguas, ya que aquí solo hay roca vertical y agua helada, lo que le da un toque de aventura al trayecto. Entre barrancos y pinares se alcanza un antiguo molino harinero en ruinas rodeado de pinares. Junto a él encontrarás información sobre su historia y el modo de vida tradicional de este entorno.

 

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El camino se acerca a Frías de Albarracín, donde nace el Tajo, el río más largo de España, son 1000 kilómetros los que le quedan por recorrer hasta Lisboa. En Frías hay un mirador en el que recrearse con el paisaje de frondosos árboles y fuentes de aguas de alrededor. Un reconfortante final para una de las rutas más bonitas y apetecibles por Teruel.

 

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OTRAS CASCADAS EN LA SIERRA 

Si quieres seguir descubriendo cascadas, cerca hay otra bonita caída de agua que en su día estuvo asociada a una aceña, es la cascada del molino de San Pedro, en el municipio de El Vallecillo. Para verla, se ha de conducir hasta Masegoso y, pasado este último pueblo, tomar el desvío señalizado una vez dejado atrás el puente que cruza el río Cabriel. Enseguida aparece la cascada, con su enorme poza labrada por las aguas en la roca caliza. El salto mide unos 8 metros y tiene una cornisa que permite colarse por detrás de la cortina de agua sin mojarse y contemplar desde un ángulo insólito la charca verde esmeralda.

 

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Menos conocida que la del molino de San Pedro es la cascada de la Herrería, que también es un bonito salto de agua en medio del bosque. Un corto paseo de medio kilómetro lleva hasta ella y permite admirar, además esas surgencias de agua conocidas como los Ojos del Cabriel. El punto de partida es la localidad de El Vallecillo y discurre por un sendero paralelo al río.

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DE PASEO POR ALBARRACÍN

Quien visita las cascadas pasa sí o sí por Albarracín para pasear por sus calles donde no hay grandes palacios, pero sí casas singulares, como la de la Julianeta, la del Chorro y la de la calle Azagra, templos –Santiago, Santa María y la catedral del Salvador– conventos y una fortaleza sobre el promontorio rocoso que lo enmarca. Un armonioso conjunto en torno a su plaza Mayor y la calle Portal de Molina donde cualquier rincón está lleno de encanto y de leyendas.