¡Cuántas maravillas hay en el planeta Tierra! Las del mundo antiguo, las siete maravillas, las del mundo moderno... pero ¿sabías que también las hay subterráneas? Y es que bajo tierra, a veces a muchos metros de profundidad y otras no tanto, se esconden grandes tesoros que podemos visitar y en la mayoría de las ocasiones, de manera cómoda. Toma nota, porque si aún no las tenías en radar, ahora es el momento.
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RÍO SUBTERRÁNEO DE PUERTO PRINCESA (FILIPINAS)
El Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, situado en la isla filipina de Palawan, tiene 24 kilómetros -el más largo del mundo- aunque solo son navegables 8,2. De esos, abiertos al público para la navegación por hay 1,5 kilómetros, un recorrido en el que se van admirando formaciones -estalactitas, estalagmitas, columnas, cámaras...-, de más de 20 millones de años de antigüedad, así como su gran biodiversidad.
Su valor ecológico y la belleza natural han sido reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, además de ser una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo.
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MINAS DE SAL DE WIELICZKA (POLONIA)
La visita a estas minas (laminadesalwieliczka.es), situadas a 12 kilómetros de Cracovia y Patrimonio de la Humanidad, descubre la historia de la extracción de la sal en esta zona en la que generaciones de mineros trabajaron creando un universo subterráneo de gran belleza.
En su interior se descubren lagos, magníficas capillas como la de Santa Kinga o la de San Antonio y diferentes cámaras que nos irán explicando durante la visita guiada (también en español). Quienes lo prefieran, es posible realizar un itinerario minero explorando algunas de las cámaras con un casco y un frontal de luz.
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CUEVAS DE AJANTA (INDIA)
Cerca de la ciudad de Aurangabad, en el estado indio de Maharashtra con capital en Bombay, se encuentran las 29 cuevas que forman el conjunto de Ajanta y que fueron descubiertas a principios del siglo XIX (1819). Un espléndido santuario budista excavado en la roca volcánica, formado por monasterios y templos que contienen esculturas talladas en piedra con budas entre inmensas columnas. No todas pertenecen a la misma época, las más antiguas se excavaron el el siglo II y I a. C., mientras que las más complejas son de los siglos IV al VI d. C. Ajanta fue un santuario importante hasta el siglo VIII que fue abandonado. Junto con las cuevas de Ellora, forman parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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CATEDRALES DE MÁRMOL (CHILE)
Son uno de los grandes atractivos de la Patagonia, un santuario natural esculpido a lo largo de los siglos y formado por diferentes cuevas, con bellísimas columnas formadas por roca caliza en las que penetra el agua de un intenso azul turquesa. Para conocerlas hay que viajar al sur de este extenso país, al lago General Carrera, dentro del Parque Nacional de la Patagonia Chilena, tomando la carretera Austral hasta el pueblo de Puerto Río Tranquilo, en el lado occidental del lago. Desde allí hay empresas que realizan excursiones navegando en dirección a las Catedrales de Mármol. El mejor momento para visitarlas es durante el verano austral, entre diciembre y marzo, cuando el tono del agua adquiere un azul aún mas intenso por los rayos de sol.
CENOTES DE YUCATÁN (MÉXICO)
Depósito con agua de manantial. Ese es el significado de la palabra cenote y los hay por miles en el estado mexicano de Yucatán -entre 7.000 y 8.000-. Unos espacios subterráneos con agua conformados por un sistema de canales que además están abiertos, en mayor o menor grado, al exterior. Entre tanta maravilla de la naturaleza, elegir cuál queremos conocer no es tarea fácil, pero es algo que hay que hacer, porque bañarse en su interior es una experiencia para vivir, al menos, una vez en la vida.
A unos 15 minutos (8,5 kilómetros) del Pueblo Mágico de Valladolid, encontramos el cenote Suytun (cenotessuytun.com). Sus aguas de color turquesa, la luz que entra por la bóveda iluminándola, las estalactitas y estalagmitas, la pasarela de piedra por la que se camina hasta el centro… hacen de este cenote uno de los mas especiales y fotografiados.
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CUEVAS DE WAITOMO (NUEVA ZELANDA)
Las cuevas más famosas de Nueva Zelanda no son lo que parecen. Cuando uno navega por el río subterráneo bajo el bosque de estalactitas parece estarlo haciendo bajo miles de estrellas, pero nada más lejos de la realidad. Este fenómeno luminiscente se debe a unas extrañas, diminutas y luminosas criaturas que brillan tras los hilos de seda. Porque realmente son gusanos de luz. Las cuevas de Waitomo (waitomo.com), situadas en la isla Norte, también admiten paseos a pie, además de la barca, descensos en rápel o rafting en su entorno y gracias a este sorprendente fenómeno reciben miles de turistas cada año.
CIUDAD DE DERINKUYU (TURQUÍA)
No es la única ciudad subterránea que podemos encontrar en la Capadocia turca, donde hay hasta 37, pero la de Derinkuyu es la más grande excavada del mundo. Conocida antiguamente como Melengübü, hoy es parte del Parque Nacional de Göreme, dentro de los sitios rupestres de la Capadocia reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es una joya de visita imprescindible en la región.
Aunque se desconoce la fecha exacta de sus construcción, sabemos que la obra más antigua en la que aparece mencionada es el Anabasis, una obra escrita por Jenofonte de Atenas alrededor del 370 a. C. Lo que sí conocemos es que fue construida a 85 metros bajo tierra, con 18 niveles de túneles, y en ella se han descubierto viviendas, lugares de almacenamiento de alimentos, bodegas, escuelas y hasta establos. No debía de ser fácil la vida bajo tierra para quienes huían de las constantes invasiones y se tuvieron que refugiar en ella.
CUEVA DE POSTOJNA (ESLOVENIA)
A tan solo 50 kilómetros de distancia de Liubliana, la capital eslovena, aparece la cavidad kárstica más visitada de Europa. Es la cueva Psotokjna (postojnska-jama.eu/es/cueva-de-postojna), una formación única no solo por sus sorprendentes formaciones, también por ser la cueva más rica en biodiversidad del mundo.
En su interior viven más de 150 especies de animales, entre los que se encuentra el curioso proteo, también llamado “pez humano”, el animal cavernícola más grande que existe. Pese a este dato, no mide más de entre 25 y 30 centímetros y se alimenta de cangrejos, caracoles y gusanos y puede llegar a vivir hasta 100 años. Un tren turístico se adentra en este paraíso subterráneo y recorre sus galerías. La visita se reliza de forma guiada, mientras van desvelando los secretos que guarda en sus entrañas.
CATACUMBAS DE PARÍS (FRANCIA)
A 20 metros bajo tierra se descubre otra cara de París, la ciudad de la luz que aquí abajo es más de sombras. Un laberinto subterráneo excavado por los romanos, unas canteras de piedra caliza con más de 300 kilómetros, al que entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX se trasladaron los restos de millones de parisinos convirtiéndolo en una cripta, cuando los camposantos de la ciudad fueron cerrando por problemas de salubridad. Su osario es uno de los pocos subterráneos que existen en el mundo, además de uno de los más importantes. Hoy se ha convertido en una de las visitas más curiosas de París: catacombes.paris.fr.
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CUEVAS DE REED FLUTE (CHINA)
A las espectaculares formaciones rocosas que se reflejan en el lago interior de esta cueva situada al sur de China, a 6 kilómetros de la localidad de Guilin, hay que sumarle su llamativa iluminación. Con 240 metros de profundidad y 500 metros de largo, posee una gran cantidad formaciones como estalagtitas, estalagmitas, pilares o cortinas de piedra que se llevan formando desde hace 180 millones de años. Por todo ello se la conoce como “El palacio del arte natural”.
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