Hay que culpar a la niebla de ese halo fantasmagórico que se cierne sobre el campo a primera hora de la mañana y desdibuja las montañas en el horizonte. Después, el día se abrirá en este rincón de la provincia de Toledo , limítrofe ya con tierras extremeñas, enmarcado por la sierra de Gredos. Un territorio que, en tiempos de frenética tecnología, mantiene vivas sus labores ancestrales.
“La esencia de este lugar está en la fuerza de una artesanía reconocida a nivel mundial”. Quien habla es Tomás Alía, diseñador, arquitecto e interiorista, medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes, artífice (entre otros hitos) del estadio olímpico Qatar Foundation, donde el pasado año se celebró parte del Mundial de Fútbol. Con él viajamos a tierras castellanomanchegas para descubrir los rincones más emblemáticos de la artesanía toledana. Empezando por Lagartera, el pueblo que lo vio nacer, allí donde las mujeres alumbran a golpe de aguja un arte tan minucioso que ha sido declarado bien de interés cultural y ha inspirado a referentes de la moda como Oscar de la Renta o Christian Lacroix. “Aquí no se borda, sino que se labra, es decir, se hacen topografías sobre la tela”, explica Alía, embajador de este oficio transmitido de madres a hijas desde hace más de 800 años.
El arte del bordado da su fruto tanto en delicada ropa de casa como en el traje de lagarterana
Una labor que da su fruto tanto en delicada ropa de casa (mantelerías, sábanas, cortinas…) como en el majestuoso traje de lagarterana, el mismo con el que las mozas se vestían a diario hasta bien entrados los años 40. “Lo que era una forma de vida, hoy ha quedado relegado a fiestas como la del Corpus o a acontecimientos especiales”, cuenta Tomás desde la casa de su madre, Pepita Alía, quien es toda una institución en la salvaguarda de este legado. “De este patio han salido encargos para la Casa Real española, así como para la holandesa, el Vaticano y el palacio de Buckingham”, rememora desde el solano, el lugar en el que se aprovecha la luz natural, fundamental para el manejo de los hilos. Es esta una de las partes que conforman la vivienda tradicional, junto con el portal, donde se exhibe cerámica de manera abigarrada, y la sala, una suerte de pinacoteca barroca de motivos religiosos. Todas ellas las encontramos en el Museo Marcial Moreno Pascual, ideal para comprender esta destreza textil que el propio Joaquín Sorolla retrató en uno de sus lienzos colosales para la Hispanic Society. De hecho, hasta se expone el caballete utilizado por el pintor valenciano en 1912.
De los virtuosos bordados de Lagartera saltamos a las famosas cerámicas de El Puente del Arzobispo y Talavera de la Reina, declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Ambas comparten idéntica raíz, aunque difieren en los patrones y el cromatismo. “La una es verde y crema, con dibujos populares; y la otra blanca y azul, con motivos renacentistas”, aclara Tomás Alía. Y lo corrobora después Jorge Gutiérrez de la Cal, quinta generación de una de las familias de ceramistas del primero de los pueblos, aquel que, con apenas 0,9 km², se cuenta entre los más pequeños de España. En la tienda-taller de Cerámicas Santa Catalina vemos trabajar a este artesano que decora a mano sus piezas, tal y como vienen haciendo sus antepasados desde 1835.
Oscar de la Renta o Christian Lacroix han encontrado su inspiración en la labor del bordado de Lagartera
Así llegamos a Talavera, la ciudad ceramista por excelencia, para acercarnos al Museo Ruiz de Luna, donde se desgranan los secretos de un arte que hasta aparece en un pasaje del Quijote. Después, todo será descubrir, de la mano de nuestro embajador, los múltiples espacios consagrados a este oficio que sobrevive adaptado a los nuevos tiempos, como es el caso del Centro Cerámico Talavera, donde Juan Carlos Albarrán y Ana Fernández Pecci dan una vuelta de tuerca a la maestría artesana incorporando elementos de diseño contemporáneo. Para ello trabajan con artistas como Ana Locking, Aitor Saraiba o Juan Díaz-Faes, siempre conservando la técnica ancestral, pero, en palabras de estos creadores, “tratando de llegar más allá para que la tradición no se estanque”.
El apunte experto
››Descubrir la labor de Cairel Atelier, en Lagartera, donde Chencha y Mari Carmen recuperan piezas antiguas del oficio de labranderas.
››Visitar el dolmen de Azután, una de las estructuras megalíticas más impresionantes de la península.
››Tomar unas tapas en Cosafina (cosafinaoficial.com), en el casco histórico de Talavera de la Reina.
››En esta misma localidad, probar el dulce Azahar de Mondas de la pastelería Goxúa.
››Acercarse a Ciudad de Vascos, cerca de Navalmoralejo, para ver los restos de una fundación omeya del siglo I d. C.
La cerámica de Talavera y el puente del arzobispo difiere en patrones y cromatismo
Guía de viaje
Guía de viaje