¿Por qué no atreverse este invierno con un divertido plan en el que además se descubre de forma activa esta zona del alto Gállego, uno de los valles más concurridos del Pirineo central? Las razones de su fama son variadas. Por un lado, una naturaleza sorprendente y un excepcional entorno para el senderismo y las actividades al aire libre. ¡Toma nota! porque te contamos qué puedes hacer.
La aventura empieza a media tarde a las afueras de Tramacastilla, donde un vehículo oruga especial sube hasta el lugar en el que esperan las motonieves 4x4. Tras un paseo guiado por el bosque en moto, el coche asciende hasta el refugio de la Partacua, en el que espera un caldito caliente y una cena a base de productos aragoneses: migas de pastor, ternasco… La noche se pasa bien en tiendas de campaña, haciendo vivac lo más atrevidos o en iglú. Tú eliges.
Es la parte más emocionante del programa. Al día siguiente se hacen más actividades blancas: raquetas de nieve, paseo en trineo de perros y un cursillo intensivo de cómo construir un iglú, en el que luego uno puede dormir.
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La actividad la realiza TenaPark (tenapark.com/multiactividad-pack-tena) y ha sido premiada como La mejor experiencia turística de Aragón, un motivo más que suficiente para no perdérsela este invierno (desde 350 € por persona).
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Luego, puedes pasar por Panticosa y su balneario (panticosa.com), en un espectacular valle de origen glaciar, rodeado de picos de más 3.000 metros y neveros permanentes en el que desde el siglo XVII ha existido una estación termal abastecida por cuatro fuentes.
Y también, por sus pueblos de piedra cargados de historia, como Sallent de Gállego, que guarda el sabor y el estilo pirenaicos, con grandes casonas de piedra, tejados empinados de lajas de pizarra y fachadas con escudos.
El invierno y la nieve llenan el valle de Tena de propuestas para disfrutar de la naturaleza, además de las que ofrecen sus dos estaciones de esquí: Panticosa y Formigal.
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Por ejemplo, se puede volar en parapente biplaza cualquier día del año, con saltos de más de 1.000 metros de desnivel para los que no se requiere experiencia y que permiten sobrevolar el valle de Panticosa, el embalse de Búbal y los pueblecitos de piedra (iparapente.com).
Otra opción son las excursiones con raquetas de nieve por este entorno, incluido el puerto del Portalet (las organiza Aragón Aventura: aragonaventura.es). Una actividad fácil, apta también para hacer en familia, que permite descubrir parajes inmaculados.
O rutas guiadas en trineos de perros nórdicos (tenapark.com), con los que disfrutar de parajes soberbios e inaccesibles de otra manera en el valle de la Partacua, donde adultos y niños pueden interactuar con la manada de perros husky y aprender las órdenes que les da el musher para controlar el trineo.
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También resulta muy agradable recorrer un bosque a dos kilómetros de Piedrafita de Jaca en el que viven en semilibertad especies de la fauna pirenaica, como ciervos, corzos, sarrios jabalís o muflones.
Para los que tengan buena práctica senderista, buena idea es hacer una excursión a los ibones de Panticosa. La ruta que permite ver de cerca el que es uno de los mayores complejos de lagos glaciares del Pirineo aragonés, en la cabecera del río Gállego, sube hasta los ibones de Bachimaña y Bramatuero aprovechando la senda abierta para facilitar las obras de construcción de las presas que los recrecen para uso hidroeléctrico.
La trocha parte junto al refugio de montaña Casa de Piedra, al fondo de la llanura del balneario de Panticosa, y lleva algo más de cuatro horas de ida. Actividades de lo más diverso para disfrutar de uno de los valles más representativos del Pirineo central.
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