Un viaje por los escenarios reales de 'La Sociedad de la nieve'

El 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que trasladaba al equipo de rugby a Chile Old Christians, con varios de sus amigos y familiares, se estrelló en el corazón de los Andes. Solo 16 de sus 45 pasajeros sobrevivieron tras pasar 72 días atrapados en uno de los entornos más hostiles e inaccesibles del planeta. Ha pasado algo más de medio siglo desde entonces y la historia ha vuelto a la actualidad gracias a La Sociedad de la nieve, la película dirigida y producida por Juan Antonio Bayona, que tras arrasar en los premios Goya, con un total de 12 estatuillas, y su nominación a dos Oscar, ha despertado la curiosidad entre los viajeros por descubrir los escenarios reales de la película.

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DÓNDE SE RODÓ LA SOCIEDAD DE LA NIEVE

El mundo entero ha podido admirar la belleza de Sierra Nevada gracias a La sociedad de la nieve, pues ha sido en este macizo montañoso de Granada donde Bayona ha rodado gran parte de la película, pero conviene situarse en el sitio exacto donde ocurrió la tragedia y se ambientó, que no podía tener un nombre más acertado ni más premonitorio: el Valle de las Lágrimas, en el centro de la cordillera de los Andes. En la frontera entre Argentina y Brasil, a 3500 metros de altitud, una cruz y un monumento rinden homenaje a los que se salvaron y perdieron su vida en el accidente aéreo. Su recuerdo permanece para siempre entre estas montañas en las que ya no nieva como lo hacía hace 51 años, el paisaje es ahora de color marrón, muy distinto al retratado en la cinta.

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CÓMO LLEGAR AL VALLE DE LAS LÁGRIMAS

La ciudad de Malargüe, a 300 kilómetros de Mendoza, la capital provincial, y a los pies de los Andes, es el punto de partida de las rutas que llevan hoy hasta el Valle de las Lágrimas. Valle Verde Expediciones (@valleverdeexpediciones) organiza travesías que combinan, en un primer tramo, un trayecto en camioneta todoterreno y luego a caballo, atravesando grandes explanadas, caminos estrechos y sinuosos, ríos caudalosos y laderas interminables de la imponente cordillera, que con 8500 kilómetros, es la más larga de la Tierra.

EL DESCENSO DE LOS SOBREVIVIENTES

En la parte chilena de la cordillera, la zona de Alto Colchagua, en la región de O’Higgins, deslumbra con sus imponentes paisajes y sus torrentes de agua cargados de minerales que descienden con fuerza desde lo alto de las montañas. Una de las excursiones de este entorno lleva al volcán Palomo, de 4850 metros en altura, cuyo nombre proviene por la forma que le dan sus glaciares. En la actualidad está inactivo y se puede escalar. Aunque el cerro tiene acceso por sus cuatro glaciares, la ruta más conocida es el camino que une San Fernando con las Termas del Flaco, siguiendo el curso del río Azufre primero y luego San José, por donde descendieron los sobrevivientes Fernando Parrado y Roberto Canessa, tras largas horas de caminata y envalentonados más por el ánimo que por las fuerzas propias, después de 70 días perdidos en la inmensidad montañosa. En esta confluencia fueron encontrados por el arriero Sergio Catalán.

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SAN FERNANDO, MEMORIAL Y MUSEO

Después de ser rescatados, el grupo de jóvenes uruguayos que sobrevivieron en el accidente fueron al antiguo Hospital San Juan de Dios de San Fernando, ciudad en recibieron la primera atención médica. Han pasado más de 50 años desde entonces y su recuerdo sigue presente con un mural pintado por Carlos Páez, uno de los 8 sobrevivientes que fueron internados en el hospital, como agradecimiento al personal de salud.

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Con motivo de la película, Roberto Canessa y Gustavo Zerbino volvieron a recorrer la zona que los acogió. Uno de los lugares que visitaron fue la parroquia Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, monumento nacional de Chile, y hogar de algunas fotografías originales del rescate y documentos históricos que recuerdan este milagro. La iglesia no es el único lugar de San Fernando dónde se puede aprender más sobre La sociedad de la nieve. El Museo Casa Lircunlauta cuenta con una sala dedicada a la odisea en Los Andes con documentos de la época. Un poco más hacia la cordillera, en la localidad de Puente Negro, una escultura se levanta en honor a Sergio Catalán.

EL ACONCAGUA Y OTRAS MARAVILLAS DE LA CORDILLERA

El Aconcagua es el pico más alto de América, con más de 6962 metros de altura, y se encuentra en la cordillera de los Andes. No está solo, a su alrededor hay más montañas, glaciares y valles que forman parte del área protegida a la que da nombre. Se accede a él desde las ciudades de Mendoza (Argentina) y Santiago (Chile), a unas 3 horas de carretera de cada una de ellas. Se puede visitar por libre llegando en transporte público o en tours guiados como los que organiza Civitatis (civitatis.es). Desde el Centro de Visitantes de Horcones parten las principales rutas senderistas, aunque la mayoría opta por la Laguna de Horcones. Solo los más preparados viven la experiencia montañera de subir a la cima.

EL CRISTO REDENTOR DE LOS ANDES

La cordillera de los Andes tiene su propio monumento al Cristo Redentor, como lo tiene Río de Janeiro. El andino se levanta en el paso de Uspallata o paso de la Cumbre, justo en la frontera de Argentina con Chile, a 3800 metros de altitud y sirvió para conmemorar el fin de un conflicto de límites que los dividía. Los que llegan hasta este lugar pueden decir que han divisado dos países y han vivido una experiencia inolvidable tras más de diez horas de una excursión que parte de la villa argentina de Las Cuevas. En terreno se puede acceder en vehículo todoterreno.

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LOS LAGOS 

El paisaje de la cordillera de los Andes no lo conforman solo montañas, en los límites entre Argentina y Chile también cuenta con numerosos lagos de origen glaciar, como los de Nahuel Huapi, Félix Frías y Todos los Santos, por los que se puede navegar a bordo de un catamarán. Un tour permite recorrerlos todos y acabar la excursión en el puerto de Petrohué o el centreo de Puerto Varas, tras atravesar el paisaje andino chileno con vistas a los volcanes Osorno y Calbuco.

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VIÑEDOS Y OLIVARES

No todo iban a ser excursiones por la montaña en los Andes. A los pies de la cordillera de los Andes se extiende una tierra fértil que da como fruto excelentes vinos y aceites. Tanto la ciudad de Mendoza como la provincia homónima forman parte de las principales áreas vitivinícolas de Argentina, en las que destacan especialmente las zonas de Luján de Cuyo, valle de Uco, Maipú y Camino del Vino El Sol. Las bodegas que se concentran en estos lugares son centros enoturísticos muy populares y muchas de ellas albergan restaurantes en los que se puede almorzar contemplando los viñedos, como Andeluna (andeluna.com.ar), en el valle de Uco, con una gran cava subterránea de 1000 barricas de roble, o Terrazas de los Andes, en Luján de Cuyo. Civitatis organiza tours que también incluyen visitas a un olivar para descubrir el método de producción del aceite de oliva argentino.

El valle de Colchagua es la zona vinícola por excelencia de la vertiente chilena de los Andes, famoso por sus variedades de cabernet, carménère, malbec y syrah, y sus bodegas también brindan la posibilidad de conocer al detalle cada uno de los procesos para la elaboración de los vinos, recorridos por las instalaciones y su degustación.

EN HELICÓPTERO SOBRE LOS ANDES

Sentirse en la cima del mundo y conocer algunas de las formaciones montañosas más impresionantes desde las alturas y sin ningún esfuerzo solo es posible dando un paseo en helicóptero sobre la cordillera de los Andes. Los vuelos de una hora de duración que ofrece Civitatis desde Santiago de Chile sobrevuelan los centros de esquí de Farellones, La Parva y el Valle Nevado, entre los más populares de Sudamérica. A vista de pájaro también permiten admirar el imponente cerro El Plom, el glaciar El Morado y disfrutar de las mejores vistas de la Laguna Negra y el embalse El Yeso, además de disfrutar de la montaña y saludar a los cóndores tras descender del helicóptero. Otros paseos aéreos que parten de Ushuaia (Argentina) sobrevuelan la Laguna Esmeralda, el Monte Olivia, el cerro de los Cinco Hermanos o los valles de Carbajal y de Tierra Mayor y aterrizan en las montañas para brindar con champán.

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