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La fabricación artesanal del vidrio soplado lleva tres siglos presente en España, una técnica utilizada desde la Antigüedad que sigue viva en Europa y la prueba es que la Unesco la ha otorgado su reconocimiento. Junto con nuestro país, República Checa, Francia, Alemania, Hungría y Finlandia son expertos en este arte basado en insuflar y moldear a golpe de fuego y arena de sílice y nos hemos fijado en esos lugares donde se puede contemplar en directo este proceso.
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REAL FÁBICA DE LA GRANJA (SEGOVIA)
Desde hace 300 años los maestros del vidrio de la Real Fábrica de Cristales dan vida a un arte que en el siglo XVIII dio fama a la localidad. En este grandioso edificio mandado levantar también por Felipe V, con altas bóvedas de ladrillo refractario, se hicieron los espejos más grandes de Europa y las lámparas de araña que adornan muchos palacios españoles. El recorrido por él incluye el Museo Tecnológico, salas de exposiciones con piezas históricas y los hornos y talleres donde se ve a los artesanos soplando el vidrio incandescente con la misma técnica que como se hacía hace siglos (realfabricadecristales.es). La entrada cuesta 6 €.
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VIDRIOS GORDIOLA (MALLORCA)
Como la Real Fábrica de La Granja, tres siglos y ocho generaciones de la familia Aldeguer Palau han pasado desde que en 1719 se fundara esta fábrica con sede en la localidad mallorquina de Algaida. La técnica utilizada para Gordiola está inspirada en la utilizada en Murano (Italia), pero con un sello propio más rústico. Cada obra que elaboran aquí es única, diferente, especial y exclusiva gracias a la originalidad de las formas y la cromática de sus piezas. Entre ellas encontramos lámparas, palmeras de vidrio para decorar rincones, copas de cava para momentos especiales… En su museo (gordiola.com) se puede explorar este arte a través de algunas de estas piezas únicas. Sus tres salas están dedicadas al mundo antiguo, a lo grandioso del soplado y a las culturas de este arte en el mundo (entrada: 8 €).
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VALLE DEL CRISTAL DE CHEQUIA
En ningún otro lugar del mundo existe una concentración de artesanos cristaleros como el Valle del Cristal, entre las montañas y bosques de la región de Bohemia del Norte. Tiene su explicación, pues desde el siglo XIII las afloraciones de cuarzo y las canteras de arena rico en sílice proporcionaban el material fundamental para su elaboración y la madera de sus bosques la energía para alimentar sus hornos. Aunque sería a partir del siglo XVIII cuando empezaría a fundirse. La herencia de aquella tradición sigue viva en este territorio. La ruta por el valle comienza en Liberec, en cuya Torre de Cristal, se cuenta la historia y en su Iglesia de Cristal, una especie de galería de arte, se exponen obras con este material.
De mercadillo en mercadillo por Praga, que ya está aquí la Navidad
El itinerario continúa en Lindava y la factoría Ajeto, donde ver en directo el proceso de producción e incluso participar en un taller, para después llegar a Novy Bor, centro de la cristalería checa. En esta ciudad están las más renombradas casas cristaleras, como Lasvit, que elabora los trofeos regalo del Tour de Francia. La ruta también pasa por Novosad a Syn, con la factoría cristalera más antigua de Europa Central, y Poniklé, un tranquilo pueblo que ha mantenido una tradición relacionada con el cristal: la creación de adornos navideños con cuentas de cristal soplado, que también ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial por la Unesco. Y acaba en WOW World of Wonders, el Museo de los Adornos Navideños que se abrió en 2022 y forma parte de otro museo, el del Vidrio y la Bisutería de Jablonec nad Nisou.
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LOS VOSGOS (FRANCIA)
En el macizo de los Vosgos, en el noroeste de Francia, entre las regiones de Alsacia y Lorena, hace más de 5 siglos nació un material extraordinario, el cristal. Hasta 5000 personas llegaron a trabajar en la industria del vidrio. Sus fábricas y museos son hoy una referencia mundial en las que descubrir los secretos de su fabricación y el soplado del vidrio. El Museo de Meisenthal (site-verrier-meisenthal.fr), donde se dice que se inventó la bola de Navidad; la imponente cristalería de Saint-Louise-lès-Bitche (saint-louis.com), declarada manufactura real en 1767 y su museo, y el Museo Lalique (musee-lalique.com), referencia mundial, son algunas paradas de la ruta del vidrio soplado.
DOROTHEENHÜTTE (ALEMANIA)
Fundada en 1947 por dos comerciantes de Hamburgo, la Dorotheenhütte Wolfach es hoy la última fábrica de vidrio de la Selva Negra en la que se elabora y trabaja cristal, según métodos tradicionales: soplado con la boca y perfeccionado a mano. En ella además de observar cómo trabajan los maestros vidrieros, los visitantes pueden soplar ellos mismos un vaso y experimentar en directo el pulido y grabado del vidrio (dorotheenhuette.info).
IITTALA (FINLANDIA)
Al igual que los tejidos Marimekko, el chocolate Fazer o los personajes de la familia Mumin, de la escritora y artista Tove Jansson, el minimalismo, la funcionalidad y la cercanía con la naturaleza han conferido a Iittala su legado dentro del diseño nórdico. En sus talleres de la ciudad que da nombre a la marca fundada en 1881, a 125 kilómetros al norte de Helsinki, ver a los maestros sopladores de vidrio en acción para convertirlo en piezas de diseño finlandés es toda una experiencia. Sus pieza más conocida es el elegante y popular jarrón Savoy, que diseñó el reconocido arquitecto finlandés Alvar Aalto, fue presentado en la Exposición Mundial de París en 1937 y todavía se sigue produciendo en esta fábrica.
LA VERRERIE DE BIOT (FRANCIA)
Trabajar con vidrio significa bordar el material fundido y contar la historia del mañana con los gestos del ayer. Así describen en La Verrerie este arte al que llevan dedicados de 1956 en esta localidad de la Riviera francesa, entre Niza y Cannes. En los colores del Mediterráneo están inspirados sus vasos, garrafas y portavelas, objetos cotidianos que se exponen en su museo, abierto todos los días, y en sus talleres donde conocer en vivo su trabajo (verreriebiot.com).