No tienen la majestuosidad renacentista de Florencia, la capital de la región, ni suenan tanto como Pisa y su torre inclinada. Quien se aventura por este paisaje de colinas ondulantes, viñedos que se pierden en el horizonte y pueblos detenidos en tiempos pasados que es la Toscana, también tiene una colección de ciudades llenas de arte y atractivos para explorar y que se salen de los circuitos más típicos.
GROSSETO
El encanto de esta ciudad de la Toscana, a pocos kilómetros del mar Tirreno, se encierra en el hexágono irregular que dibujan sus murallas medievales, con bastiones a lo largo de sus 3 kilómetros de perímetro. Un paseo verde por sus alturas las recorre y anima a explorar el centro histórico, en torno a la plaza del Duomo o de Dante, y presidida por la fachada de mármol blanco y rosa de la catedral de San Lorenzo. Para quienes desean aventurarse en los alrededores, ahí están el Parque Natural de Maremma, a lo largo del tramo de costa entre Principina a Mare y Talamone, y las ruinas etruscas de Roselle.
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MONTEPULCIANO
Al sur de la Toscana, no muy lejos de Siena y entre dos valles, el de Chiana y el d’Orcia, surge entre colinas Montepulciano. Basta acercarse a él para ver desde muy lejos que está rodeada de viñedos que nutren de uva a las bodegas donde se cría su afamado vino Novile. La piazza Grande es el corazón de su conjunto monumental, recorrido por un gran corso con callejuelas que se abren a cada lado y en el que se va descubriendo a cada paso la catedral, el palazzo Comunale y un conjunto de suntuosas residencias renacentistas. También se puede ir en busca de los escenarios de rodaje de la saga Crepúsculo o visitar extramuros la iglesia de la Madonna de San Biaggio.
LUCCA
La ciudad del gran compositor Giacomo Puccini, la misma que durante cinco siglos fue un minúsculo Estado independiente, se sitúa entre Florencia y Pisa, muy cerca del mar y es una encantadora ciudad media donde todo queda a mano. Por su amurallado entramado medieval de calles y plazuelas llenas de encanto se camina en busca de lo que tiene reservado la que llaman la ciudad de las cien torres y las cien iglesias.
MASSA
De las canteras de Massa se extrajo el mármol y el granito de numerosas obras renacentistas. No es lo único de lo que puede alardear esta ciudad de la provincia de Massa Carrara y en la costa del mar de Liguria. También del castillo medieval de Malaspina y de su plaza de los Naranjos, donde se levanta el palacio Ducal, porque fue capital de un antiguo ducado y, siguiendo la calle Dante Aligheri, de su catedral, y del Museo Gigi Guadagnucci, un artista, cómo nó, del mármol.
AREZZO
De su rico pasado como gran centro etrusco y romano, la ciudad de Petrarca, situada sobre una colina que domina cuatro calles, es un catálogo monumental de iglesias, palacios y museos, entre los que sobresale una obra maestra: la basílica de San Francisco, con frescos del famoso pintor Piero della Francesca, que también nació aquí. El imponente pórtico Vasariano, considerado un modelo para los Uffizi, el palacio del Priores y los restos del anfiteatro romano son testimonio de su valioso patrimonio.
Maravillas medievales de Europa que te harán viajar en el tiempo
LIVORNO
Relegada de las rutas e itinerarios principales por la Toscana, a no ser que uno se acerque a esta ciudad portuaria en uno de los cruceros que navegan por el Mediterráneo, Livorno conserva un casco antiguo interesante que refleja su importante pasado, con fortificaciones renacentistas, los bastiones de la fortaleza Vecchia, los canales de una pequeña Venecia y la romántica terraza Mascagni.
SIENA
El tesoro medieval de la Toscana conserva la grandeza de su mejor época. Sobre ella se eleva la torre del Mangia, de las más altas de Italia, y entre sus joyas sobresalen el elegante Palazzo Pubblico, el edificio gótico del ayuntamiento y el deslumbrante duomo. En el centro de su laberinto de calles medievales está la piazza del Campo, la misma en la que cada 2 de julio y 16 de agosto se celebra El Palio, la carrera de caballos más famosa del mundo, documentada desde 1283.
PRATO
A la segunda ciudad más grande de la Toscana, a solo 20 minutos en tren de Florencia, tres cosas le dan fama: su historia, la industria textil –es el centro de la moda prêt-à-porter italiana– y los cantucci, ese dulce típico similar a un biscote de almendra que se sirve como postre con el vino santo toscano. La catedral de San Esteban, con el púlpito de Donatello y Michelozzo en su fachada, y los espléndidos frescos de Filippo Lippi, el castillo del Emperador, palazzos, iglesias y el Museo del Tejido son tesoros para descubrir en esta ciudad que es un crisol de culturas.
PIENZA
Cerca de Siena y dominando una colina del valle d’Orcia, Pienza alardea de ser el primer modelo de ciudad renacentista, y por ello, Patrimonio Mundial de la Unesco. La ciudad de Pío, dedicada al Papa Pío II, gira en torno a una piazza enmarcada por palacios del siglo XVI –el de Piccolomini, el palacio Borgia...–, la concatedral de Santa María Assunta y el Corso, la calle principal del casco antiguo.
PISTOIA
Las rutas turísticas por la Toscana no pasan por Pistoia, y eso que está a apenas 35 kilómetros de Florencia, también próxima a Lucca. En la plaza del Duomo, el centro histórico, convergen el conjunto más importante de edificios de la ciudad medieval, presididos por la catedral de san Zeno, el Campanile y el inconfundible baptisterio de San Giovanni in Corte. A su alrededor palazzos, iglesias, museos, subterráneos que se pueden recorrer y encantadores restaurantes. Un conjunto monumental al que dedicarle al menos un día.
VOLTERRA
Si encantadora resulta esta ciudad amurallada de lejos, más sumergirse en ella para admirar su belleza, entre plazas antiguas y calles inclinadas que a tantos artistas ha fascinado. De origen antiquísimo, conserva interesantes vestigios etruscos y romanos y un evocador centro histórico de estilo medieval. Entre sus monumentos principales destacan el duomo, el palacio dei Priori y la imponente fortaleza renacentista.