El otoño es perfecto en la Liébana, una de las nueve comarcas cántabras de Cantabria. Y lo es por las mil excursiones que ofrece su entorno montañoso, el Parque Nacional de los Picos de Europa, por el turismo rural en sus pueblos de arquitectura popular y por todo lo que va a pasar en la capital del valle los días 12 y 13 de noviembre.
A esta villa en la confluencia de cuatro valles hay que llegar dispuesto para ver y para disfrutar, con la vista y el estómago. Si los puentes que salvan las aguas de ríos Deba y Quiviesa, los callejones, caserones y las torres del Infantado y la de Orejón de la Lama dan buena muestra de la historia del Potes, para saborearlo hay que entregarse a la Fiesta del Orujo.
En la Liébana hay dos dos productos que elevan a lo más alto el prestigio de la comarca, uno es el cocido lebaniego; el otro, el orujo, un trago fuerte y revitalizante que cuenta con su propia cofradía gastronómica y cuya producción se remonta muchos siglos atrás, pues los viñedos forman parte del paisaje de estas tierras desde hace más de 10 siglos. Se cree incluso que las viñas ya las plantaron los romanos, aunque la producción de orujo comenzó en la Edad Media en los monasterios del entorno. En estos se reservaba el hollejo de la uva para posteriormente destilarlo en alquitaras de cobre y obtener el valioso licor que entonces servía como moneda de cambio.
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La Fiesta del Orujo, declarada de interés turístico nacional, es la mejor oportunidad para aprenderlo todo sobre este producto, revivir la tradición centenaria de su destilación y, además de degustarlo, pasar un fin de semana disfrutando de música tradicional y actuaciones folclóricas en las casetas, el tradicional desfile por la vía principal de la capital lebaniega, concursos, talleres o catas comentadas. Cada año, además, se elige un ‘padrino’ popular como Orujero Mayor, que este año ha recaído en la actriz Carmen Machi. Ella será la encargada de leer el pregón y participar activamente en este festival en el que también se otorgará la Alquitara de Oro a la marca que ha producido el mejor orujo del año.
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Fue en 1984 cuando un grupo de amantes de la elaboración tradicional del orujo quisieron dar a conocer el complejo proceso de elaboración de este aguardiente en la I Fiesta del Orujo. Este año se celebra su 31ª edición, y la tradición sigue viva. Sea o no fiesta, nadie se marcha de Potes sin probarlo y llevarse a casa alguna botella de este licor comprado en alguno de los comercios del pueblo o en los de la carretera que cruza de norte a sur esta villa de montaña en dirección a Fuente Dé. Y, de paso, también otros productos de la zona, como sus afamados quesos, el picón Bejes-Tresviso o los quesucos, la miel, los dulces caseros y el té de los puertos de Áliva, por supuesto, con orujo.
Potes es el punto de partida para descubriendo la comarca de Liébana y sus alrededores, empezando por el cercano monasterio de Santo Toribio, donde se encuentra el famoso Lignum Crucis –el mayor trozo conocido de la Cruz de Cristo– y que está celebrando el Año Jubilar en 2023 y 2024. Meta también del Camino Lebaniego, 71,9 kilómetros que une este monasterio y el pueblo marinero de San Vicente de la Barquera y que se puede realizar en tres etapas a pie. Otras buenas muestras de patrimonio religioso en la comarca son la iglesia románica de Santa María de Piasca y la mozárabe de Santa María de Lebeña.
La Liébana también posee el desfiladero de la Hermida, que con sus 21 kilómetros, es el más largo de España, y tiene su mejor panorámica desde el mirador de Santa Catalina, pueblos con tanto encanto como Mogrovejo, rodeado de cumbres y, más allá, el teleférico de Fuente Dé, que brinda el mejor paseo de los Picos de Europa.
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