El mundo da muchas vueltas y solo así se explica cómo un deporte que nació hace 80 años en Finlandia, inspirado en el esquí de fondo, haya acabado arraigando con fuerza en una sierra del sur de Europa, cuyo parecido con el país de Papá Noel es nulo. Aquí los walkers andan impulsándose con bastones -similares a los de senderismo, pero con sujeciones especiales y punteras de goma-, lo que les hace ejercitar el 90% de la musculatura, mucho más efectivo que caminar. Los únicos que no se usan son los músculos del estrés.
EL PRIMER PUEBLO NORDIC WALKING DE ESPAÑA
El lugar con más marcha (nórdica, se entiende) es Santa Ana la Real, un pueblo blanco en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche de poco más de 500 habitantes cuyas calles ya están desgastadas de tanto bastonear. Un cartel, a la entrada, proclama con orgullo que es el primer pueblo nordic walking de Andalucía, pero es que también lo es de España.
Allí hay unos cuantos instructores y senderos óptimos para esta actividad, como el que recorre la rivera de Santa Ana, siguiendo a este arroyo montaraz a través de una espesura de chopos y alisos. Y un complejo rural, Los Veneros (complejolosveneros.com), en la ladera soleada de la sierra, donde los marchadores pueden informarse de las rutas, hospedarse, cenar y relajarse al final de la jornada contemplando en lontananza la costa de Huelva y el guiño luminoso del faro de Mazagón, a más de cien kilómetros de distancia, tan inmensa es la vista.
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UN SENDERO NOCTURNO, UNO LITERARIO Y OTRO ARTÍSTICO
Para los que no quieren parar ni de noche, existe en Santa Ana la Real un sendero nocturno, el primero de España balizado con señales luminosas. Para los que tienen inquietudes culturales, están la senda literaria El Bosque de las Letras (5 km) -con puntos de lectura - y la ruta Female, con intervenciones artísticas realizadas por y sobre mujeres.
Y para los que piensan que en la variedad está el gusto, hay rutas guiadas a caballo y en bici de montaña, cursos de escalada en el Risco Levante, barranquismo, kayak y hasta un parque de aventuras en los árboles, Alcornoquellano (sierraextreme.net), que a pesar de su nombre está instalado en un precioso bosque de pinos piñoneros.
EL ENCANTO DE ALÁJAR Y LINARES DE LA SIERRA
También para variar, se puede (y se debe) coger el coche y recorrer la encantadora carretera que une Santa Ana la Real con Alájar y Linares de la Sierra, culebreando por un bosque de viejos alcornoques.
Alájar es uno de los núcleos más bellos de la sierra, con los típicos llanos (empedrados artísticos de dibujos geométricos y figurativos) delante de cada casita blanca. Y la Peña de Arias Montano, encima mismo del pueblo, el mejor balcón para contemplarlo.
Otro estupendo mirador es la posada Finca La Fronda (fincalafronda.com), que está a medio camino entre Alájar y Linares de la Sierra. Este personalísimo hotel de la familia Wordsworth (descendientes directos del famoso poeta inglés) presume de ser el único del mundo donde el huésped se encuentra cada noche debajo de la almohada un poema distinto, no hace falta decir de quién. Se cena bien todos los días, pero los sábados aún mejor, oyendo las canciones que interpreta al piano el músico Óscar Perversa, el marido de Cristina Wordsworth. Luego, el silencio más absoluto. Y al día siguiente, diez hectáreas de alcornoques y castaños para pasear, ver pájaros o buscar setas con un guía experto.
Linares de la Sierra es otro bonito pueblo, quizá el que más de la sierra, y de los menos alterados por el turismo, lo cual es de agradecer. Los pocos que conocen este rincón lo llaman “el valle escondido”. La plaza de toros es una más del pueblo, con bares y calles que la atraviesan. Un alcornoque centenario sombrea los tendidos de este coso singular, que ya no se utiliza para lo que se creó. El que sí que se usa aún es el lavadero redondo de la Fuente Nueva. Esta joya de la arquitectura popular tiene un diseño ideal, con los puestos en círculo, para hablar, bromear, discutir, chismorrear y, ya que estamos, lavar la ropa.
MEJOR ÉPOCA PARA HACER NORDIC WALKING EN LA SIERRA DE ARACENA
Santa Ana la Real está a 97 kilómetros al norte de Huelva, a 10 kilómetros de Jabugo (también se puede completar la escapada saboreando el mejor jamón del mundo visitando alguna bodega) y a y 19 de Aracena, la capital de la sierra.
La época ideal para practicar nordic walking en la sierra es el otoño, cuando los castañares de la comarca adquieren vistosos tonos amarillos y ocres y dan sus frutos. Además, la sierra de Aracena es uno de los enclaves con mayor diversidad micológica de España. Aquí se recolectan, entre muchas otras, setas tan apreciadas como las que llaman tanas (Amanita cesarea) y tentullos (Boletus aereus).
GASTRO Y RELAX EL FIN DE SEMANA
Este fin de semana están de enhorabuena los que se acerquen a esta sierra, porque entre el 27 y el 29 de octubre tendrá lugar la Feria Regional del Jamón y el Cerdo Ibérico 2023, con actividades tan atractivas como degustación de productos de la matanza, concurso de cortadores, sorteos de “su peso en jamón”, etc…
Para que la experiencia esté completa podemos alojarnos en el Hotel Convento Aracena & Spa (hotelconventoaracena.es). Un alojamiento situado en un antiguo convento del S.XVII y con un entorno monumental único perfecto para relajarse después de disfrutar de la naturaleza o para unos días de desconexión y buena gastronomía. Entre sus propuestas gastro, se puede disfrutar de un menú degustación, en su restaurante Huerto Nun, inspirado en los 4 elementos o de una Jabugo Master Class. Para el relax, unos tratamientos en su maravilloso spa.