La localidad guipuzcoana de Hondarribia, asentada en una bahía a orillas del río Bidasoa, se convertirá este próximo fin de semana en el escenario perfecto para el XV Concurso de Pinchos y Tapas medievales, en el que también se elegirá el chef medieval de 2023. Una escusa (más) para hacer una escapada a una de las ciudades con más encanto del litoral cantábrico.
Hondarribia es mucho más que una villa pesquera y marinera, su pasado medieval se hace presente en muchas de sus calles. Pasear por la parte vieja, rodeada por las murallas que en su día la protegieron por su posición fronteriza, es como retroceder unos cuantos siglos, como si el tiempo transcurriese a otro ritmo con tan solo dar unos pasos.
Por sus calles laberínticas nos vamos encontrando joyas como la Puerta de Santa María -presidida por un escudo-, la plaza del Obispo y la de Guipuzkoa -con bonitas casas tradicionales de balcones de madera-, la iglesia de Santa María de la Asunción o la calle Mayor. A esto se suman destacadas casonas y palacios como el edificio del Ayuntamiento, el palacio Zuloaga, el de Eguiluz o la casa Mugarretenea. Sorprende, de entre todas, la plaza de Armas, rodeada de casas con balcones de colores -verdes, rojos, azules...- a la que se asoma el castillo de Carlos V, hoy reconvertido en Parador, con una terraza perfecta para sentarse a contemplar la desembocadura del río y el mar.
Este entramado perfectamente conservado hace que Hondarribia forme parte de la Red de Ciudades y Villas Medievales, junto con otras localidades igualmente encantadoras como Sigüenza, Laguardia, Jerez de los Caballeros, Estella-Lizarra y Almazán en España y la portuguesa Marvão. Todas ellas forman parte de este concurso en el que siete grandes chefs, que representan a cada una de las siete ciudades, competirán para convertirse en el chef medieval 2023.
Gorka Irisarri, de Gastroteka Danontzat en Hondarribia; Cristian Solana, del restaurante El Puntido de Laguardia (Álava); Ibán Garin del restaurante Bienara, en Estella-Lizarra (Navarra); Benilde Soria del bar Lacalle, en Almazán (Soria); Irene Gómez de la pastelería Gustos de Antes, en Sigüenza (Guadalajara); Severiano García del hotel Oasis, en Jerez de los Caballeros (Badajoz) y Hélder António Ramilo del restaurante Mil-Homens, de Marvão (Portugal) son los chefs que participan en esta edición.
¿EN QUÉ CONSISTE EL CONCURSO?
La principal característica es que no pueden utilizar ingredientes posteriores al descubrimiento de América, lo que hace que los chefs participantes tengan que agudizar el ingenio a la hora de crear sus joyas culinarias en miniatura. Sí se pueden utilizar técnicas de cocina moderna, pero no ingredientes actuales.
Por otro lado, los pinchos y tapas tienen que representar la esencia de la tierra de cada uno, tanto monumental como gastronómicamente y suele ser un compendio de lo mejor de cada tierra.
El concurso se celebrará en la Sociedad KLINK Elkartea y todos los visitantes que se acerquen a esta localidad durante el fin de semana podrán probar los pinchos presentados a concurso en los diferentes bares de Hondarribia. La ruta del pincho medieval se podrá degustar el sábado 28 de octubre y el domingo 29 (4€, pincho + bebida).
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SITIOS DE HONDARRIBIA PARA EL TAPEO
Si se visita el casco antiguo podemos empezar por Danontzat (gastrotekadanontzat.com), una deliciosa gastroteca. Es en el llamado barrio de la Marina, en la parte baja, donde más se hace presente la tradición pesquera de esta localidad, con sus pintorescas casas de pescadores. Además de pasear por este bonito barrio, estamos en el epicentro de la vida social, es el mejor lugar para darse al arte del tapeo.
Aquí se encuentran el famoso bar Gran Sol (bargransol.com), toda una experiencia gastronómica, o el Enbata (instagram.com/enbata_hondarribia). En Sardara (instagram.com/bar_sardara) se toma un bacalao que es casi imposible que no le guste a alguien, y también imprescindibles el bar Conchita, bar Maite, o el Ondarribi (barondarribi.com), para unos pintxos regados por un txakolí.