Los 17 lugares de Portugal que son Patrimonio Mundial de la Unesco

REAL EDIFICIO DE MAFRA

Comparado con El Escorial por sus dimensiones, su origen votivo y su impronta palacial y religiosa, hicieron falta más de 50.000 obreros trabajando día y noche durante 13 largos años para construir este gigantesco conjunto formado por palacio, basílica, convento y jardín palacio que mandó levantar el lujurioso monarca Joao V después de concederle un heredero. El más grande de los palacios de su reino es un coloso de 40.000 m2 con una fachada de 200 metros, 4500 puertas y ventanas repartidas por 800 salas y su visita descubre la botica del convento, los pabellones del Rey y la Reina, el museo, la basílica y, sobre todo, la biblioteca, con 36.000 volúmenes.

BOSQUE DE LAURISILVA DE MADEIRA

Madeira es el vergel del Atlántico, un vergel de reservas protegidas, impresionantes acantilados, miradores de vértigo, bonitos pueblos en las laderas de montañas y valles, fascinantes jardines y bosques de laurisilva donde realizar las más bellas caminatas. Bosques que se extienden por dos tercios de la isla y que han sido reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Casi desaparecido del continente europeo, aquí mantiene sus características subtropicales y representa la laurisilva más extensa y mejor conservada de las islas atlánticas.

PAISAJE CULTURAL DE SINTRA

Los soberanos portugueses tenían buen gusto y tenían en la sierra de Sintra uno de sus retiros favoritos. Entre despeñaderos, bosques y manantiales, el rey consorte Don Fernando de Sajonia-Coburgo-Gotha, casado con la reina Doña María II, transformó las ruinas de un antiguo monasterio en un suntuoso castillo romántico envuelto por un parque de exuberante vegetación, según los cánones de la época. Modelo que siguieron otros palacios de la sierra, como el de Monserrate, el Nacional de Sintra o el Palacio da Pena, e inspiracióm insn en otros paisajes europeos.

PAISAJE CULTURAL DEL ALTO DOURO

Las viñas que producen el famoso vino de Oporto crecen en el grandioso valle del río Douro, la región vinícola demarcada más antigua del mundo. Un paisaje único moldeado en terrazas durante siglos para descubrir haciendo un crucero por sus aguas y en bodegas como las de Vilanova de Gaia.

MONASTERIO DE ALCOBAÇA

A 100 kilómetros de Lisboa, Alcobaça es conocida por su monasterio, la primera obra gótica levantada en Portugal, que mandó levantar el primer rey de Portugal, Alfonso Henríquez tras la conquista de Santarém en el siglo XII. El que llegara a ser uno de los cenobios más grandes y poderosos de la península, morada de un millar de monjes, posee la iglesia más grande de Portugal, que impresiona tanto por su grandeza como por su austeridad. En su interior reposan los restos de dos eternos enamorados: el rey Pedro I de Portugal y su amante Inés de Castro.

CENTRO HISTÓRICO DE ÉVORA

Las más excelsas culturas pasaron por esta ciudad del Alentejo fue residencia de los reyes de Portugal y se ha ganado a pulso el título de Patrimonio de la Humanidad. Una ciudad-museo que reúne templos suntuosos, murallas, plazas primorosas, iglesias altísimas y palacios de mucho mérito. El triángulo monumental de la ciudad vieja, con sus casas pintadas de blanco, balcones de hierro forjado e interiores de azulejo, lo conforman el Templo de Diana, la catedral (sé) y la praça do Giraldo.

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CENTRO HISTÓRICO DE ANGRA DO HEROISMO

La mejor panorámica de la capital de la Isla Terceira, en el archipiélago de Azores la ofrece el mirador natural del monte de Brasil, que permite admirar con perspectiva su casco histórico abierto a la bahía de Angra. Declarado Patrimonio de la Humanidad, lo embellecen sus casas bajas con marcos de colores y fachadas en blanco, sus calles empedradas y espacios como el Jardín Duqe da Terceira, la plaza Velha, el Alto de la Memoria y la fortaleza de São Sebastião.

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MONASTERIO DE BATALHA

Batalha puede presumir de poseer uno de los conjuntos monacales más bellos de la Europa de finales de la Edad Media. Y como tal, acapara toda la atención en esta villa del norte de Portugal fundada por el rey João I. Fue él mismo quien mandó construir esta obra maestra del gótico y el manuelino como agradecimiento por la victoria de los portugueses sobre los españoles en la batalla de Aljubarrota, en 1385. De él impresionan los 32 metros de altura, la magnificencia de la capilla del Fundador, el panteón del rey Duarte... Aunque nada deslumbra más que el claustro Real.

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PAISAJE CULTURAL DE LA VIÑA DE LA ISLA DE PICO, AZORES

Justo enfrente de Faial, a media hora en ferri, la isla de Pico es un destacado ejemplo de cómo un terreno rocoso, de origen volcánico, aparentemente improductivo, se convierte en un paisaje vinícola extraordinario. Las laderas que llegan al mar, marcadas por una cuadrícula de muros de piedra negra que separa las viñas, son el testimonio del trabajo de generaciones de pequeños agricultores que supieron crear, en un ambiente hostil, un modo de vida propio y un vino de gran calidad.

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UNIVERSIDAD DE COIMBRA, ALTA Y SOFÍA

Durante siglos, Coimbra fue la capital portuguesa y eso ha dejado en ella un importante poso histórico. Pero la ciudad que fundaron los romanos junto al río Mondego cambió su destino cuando se convirtió a partir de 1290 en capital de la cultura y el conocimiento como sede de una de las universidades más antiguas de Europa. Es la Salamanca lusitana, y como la española tiene dos catedrales y un animado ambiente estudiantil que se palpa en el Paço das Escolas, los colegios de Graça y de Jesús, la Biblioteca Joanina y la Alta de Coimbra y la rúa da Sofia.

CONVENTO DE CRISTO DE TOMAR

En Tomar todavía resuenan los ecos de su pasado templario, del que da testimonio el imponente castillo que corona el casco antiguo y que la Unesco ha incluido en su lista del Patrimonio Mundial. Una infranqueable fortaleza levantada en el siglo XII por la famosa orden que guarda en su interior un interesante convento con numerosos claustros y una iglesia con una girola poligonal inspirada en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. A los pies del castillo, la vieja Tomar, con calles peatonales en torno a la plaza de la República y numerosas capillas e iglesias.

TORRE DE BELÉM Y MONASTERIO DE LOS JERÓNIMOS, LISBOA

Se levantó en el siglo XVI en un lugar estratégico para defender el puerto, pero esta joya de la arquitectura manuelina vive ya tiempos más tranquilos como un excelente mirador sobre el Tajo. Desde sus alturas se contempla el estuario, el Monumento a los Descubrimientos y el Monasterio de los Jerónimos, la imponente construcción levantada para celebrar el regreso de la India de Vasco de Gama. En la iglesia está su tumba, como la de Luis Camões; y en su perfecto claustro la del escritor Fernando Pessoa.

CENTRO HISTÓRICO DE OPORTO

Desde la colina hasta Ribeira, junto al río Duero, y la zona ribereña de Vila Nova de Gaia retratan la historia de esta ciudad ligada a la actividad marítima desde el tiempo de los romanos. La catedral y la Torre de los Clérigos, iconos de Oporto, la riqueza de los edificios, las iglesias barrocas hacen de este un paisaje urbano excepcional, heredero de una historia milenaria.

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CENTRO HISTÓRICO DE GUIMARÂES

Por su historia, que cuenta aquí nació Portugal en el siglo XII, y sus edificios, el casco antiguo de Guimarães forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Una ciudad de estrechas callejuelas empedradas y deliciosas plazas muy bien conservadas que refleja la evolución de la arquitectura civil desde la Edad Media hasta el siglo XIX y cuyo ejemplo siguieron muchas colonias portuguesas en África y en el Nuevo Mundo. El palacio de los Duques de Braganza, el antiguo castillo y la preciosa Largo da Oliveira son lugares en los que detenerse.

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ELVAS Y SUS FORTIFICACIONES

Cerca de la frontera, Elvas tiene el honor de posee la mayor fortificación abaluartada del mundo, con casi 10 kilómetros de perímetro y una superficie de 300 hectáreas. Testimonio único de la evolución de los conceptos estratégicos militares, la componen varios monumentos: el castillo, dos fuertes, tres fortines, las murallas y el grandioso acueducto de Amoreira, con 7 kilómetros y 843 arcos.

SANTUARIO DEL BUEN JESÚS, BRAGA

En la ciudad portuguesa de Braga, a apenas 5 kilómetros del centro, se sitúa Bom Jesus do Monte, una iglesia de estilo neoclásico que se levanta en lo alto de una colina. Más allá de la grandiosidad del edificio y de los jardines que lo rodean, es su escalinata barroca, cargada de esculturas que representan escenas de la Pasión de Cristo, lo que llama la atención de quien lo visita. Además, su privilegiada ubicación regala una panorámica perfecta de la ciudad, así como mágicos atardeceres.

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PARQUE ARQUEOLÓGICO DO VALE DO CÔA 

El conjunto de grabados rupestres más importante de toda Europa se descubre en el valle del río Côa, una inmensa galería de 17 kilómetros al aire libre que se puede ver resumida en el moderno edificio del Museo del Côa, en Vila Nova de Foz, y complementar con la visita a algunos de los yacimientos prehistóricos. La excepcional concentración de pinturas del Paleolítico superior que forma parte del Patrimonio Mundial se remonta a 25.000 a 10.000 años a.C.