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Pasarelas colgantes, tirolinas y otros planes en el Pirineo de Huesca

Panticosa y el valle de Tena es un entorno privilegiado para disfrutar de la naturaleza y el turismo activo, no solo cuando llega la nieve. ¿Y si le sumamos relax en aguas termales entre altísimas montañas?


Actualizado 16 de octubre de 2023 - 20:04 CEST
© Cordon Press

El valle de Tena se extiende desde Sabiñánigo hasta el puerto de El Portalet, en la frontera con Francia. Un entorno privilegiado surcado por el río Gállego donde se concentran altas cumbres, glaciares, bosques, ríos y uno de los más importantes conjuntos de ibones (lagos) del Pirineo. Aunque extraordinario es también su patrimonio arquitectónico, que sus habitantes han sabido conservar intacto a lo largo de los años: grandes casonas de piedra con empinados tejados de pizarra y escudos tallados en las fachadas, puentes romanos y medievales y ese conjunto de templos de estilo mozárabe que son las iglesias del Serrablo.

 

Muchos son los que llegan hasta aquí buscando sus pistas de esquís, pero antes de que llegue la nieve, hay todo tipo de planes para disfrutar de la naturaleza, del turismo activo y hasta de relax en este rincón del Pirineo oscense. Como el valle es amplio, nos quedamos en Panticosa, pues es un buen resumen y está lleno de propuestas. Te contamos por dónde empezar:

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© Pasarelas de Panticosa

LAS PASARELAS DE PANTICOSA

Emoción y vértigo es lo que se siente caminando por las pasarelas que cuelgan sobre el río Caldarés. Son 800 metros de longitud los que tienen estos pasos anclados a la pared que salvan hasta 160 metros de desnivel. Abajo se ven las aguas del río saltando por las pozas que se han ido formado en este lugar desde hace miles de años.

 

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© Pasarelas de Panticosa

El recorrido por las pasarelas comienza en el aparcamiento del telecabina de Panticosa y tiene un primer tramo más vertical, con una panorámica espectacular del abrupto barranco, y un segundo que resulta más largo y discurre por la margen derecha. Una hora de duración es lo que se tarda en recorrer el camino y asomarse al mirador de O Calve, desde el que se dominan todas las montañas de entorno: sierra de la Partacua, sierra de Tendenera, valle de Caldarés… En la subida se ven también búnkeres de la llamada Línea P, la obra de ingeniería militar más grande en Europa, que recorre todos los Pirineos. Existe una variante: el camino As Paúles, que atraviesa el barranco Bachato y se completa en 45 minutos. Varios apartaderos permiten contemplar en ambos trayectos el angosto paso. El acceso a las pasarelas tiene un precio de 3 € por persona y es apto para mayores de 7 años.

 

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© Cordon Press

LAS MEJORES RUTAS DE SENDERISMO

Este rincón del Pirineo oscense tiene rutas para todos los gustos y dificultades, desde sencillos paseos a grandes recorridos para senderistas de alto nivel. Fácil y cómoda es las que lleva en una hora a Lanuza para ver el Abeto de los Tres Quiñones, Árbol Singular de Aragón, o a la preciosa cascada de Forronías. Del Balneario de Panticosa parten dos de nivel medio que descubren los ibones de las Ranas y Lumiacha. Una mañana se echa tomando desde los remontes, al final del pueblo de Panticosa, el camino que recorre la hoz de Jaca. Para los que prefieran excursiones acompañados de expertos, Guías de Tena (guiasdetena.com) o Tena Vertical (tenavertical.es).

 

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© Balneario de Panticosa

RELAX EN LAS TERMAS DE TIBERIO

Cuando acaba la actividad en la montaña comienza el relax en el Balneario de Panticosa, abierto desde 1854 y rodeado de tresmiles, cuyas aguas ya disfrutaban los romanos y son hipertermales, pues emergen de la tierra a 53 ºC. El edificio acristalado de las Termas de Tiberio es un espacio nuevo, de átmosfera relajante con todo tipo de instalaciones, desde una piscina exterior con excepcionales vistas, a un igloo con cromoterapia, la sauna finlandesa, las piscinas de hidromasaje y aromática, el baño turco o el hamman, que se van disfrutando a lo largo de un circuito termal de 75 minutos.  

© Balneario de Panticosa

EL VALLE DESDE LA TIROLINA DOBLE MÁS LARGA DE EUROPA

¿Te imaginas contemplar el valle de Tena desde una perspectiva nueva? En el pueblo de Hoz de Jaca, colgado sobre el pantano de Búbal, se descuelga la tirolina doble más larga de Europa, que desciende 120 metros de altura a más de 90 kilómetros por hora durante 950 metros. Superado el vértigo después del  salto, la experiencia (15 €) acaba con un paseo entre la vegetación. Los saltos pueden ser diurnos o nocturnos. En noviembre, solo los fines de semana.
 

© Cordon Press

PANTICOSA Y EL PUEYO DE JACA

Son unos 750 vecinos los que tiene hoy Panticosa, una localidad que vive volcada en el turismo desde que el balneario trajo prosperidad al pueblo en el siglo XIX y luego el esquí y las actividades en la montaña. Un paseo por él permite admirar algunos ejemplos de arquitectura tradicional de esa época dorada, pero también otros lugares interesantes, como la iglesia de la Asunción, con una esbelta torre, la Casa Lucas, la Casa Tartalla o la Casa Berdón, las fuentes o el puente Viejo. Junto a la iglesia, Panticosa tiene un monumento dedicado al esquiador. Importante fue en otro tiempo El Pueyo de Jaca por su ubicación junto al Camino Real. Está al borde del agua, en la cola del pantano de Búbal, y además de arquitectura tradicional pirenaica, merece la pena acercarse a él para admirar las vistas hacia la sierra de la Partacua.

 

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© Cordon Press

PARA QUEDARSE A COMER Y A DORMIR

El Balneario de Panticosa, inaugurado en la denominada belle époque, es la referencia hotelera del valle, rehabilitado junto con el edificio del Casino por el arquitecto Rafael Moneo y dotado de un enorme jardín. Acoge dos alojamientos de cuatro estrellas: el Gran Hotel y el más moderno Hotel Continental, cada uno con su zona termal y diferentes restaurantes, entre los que sobresale, en un espacio singular, El Lago, con amplios ventanales y un bonito mirador al ibón de Baños. Otras opciones son el Aparthotel Búbal (aparthotelbubal.com), el hotel Sabocos o los apartamentos Casa Francho, de nueva construcción.

 

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