PLAZA MAYOR
Bares con solera con cierto aire cañí de toda la vida, comercios centenarios, celebraciones, mercadillos, espectáculos… Desde hace más de cuatro siglos, la vida pasa por este alegre y bullicioso recinto cuadrado que mandó construir Felipe III –su estatua a caballo ocupa el mismo centro– y es el centro neurálgico para los locales y visita obligada para los turistas. Tres lugares de especial interés: la Casa de la Panadería y sus frescos, que acoge la oficina de turismo, el Arco de Cuchilleros y la sombrería Casa Yustas.
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PLAZA DE LA VILLA
Situémonos en el barrio de los Austrias para encontrar esta plaza que hasta que el Ayuntamiento de Madrid se trasladó a la de Cibeles, era el centro administrativo de la capital desde época medieval. Un espacio irregular abierto a la calle Mayor, entre la plaza Mayor y la catedral de la Almudena, presidido por la estatua de Don Álvaro de Bazán y de la que parten tres pequeñas calles: la del Cordón, la de Madrid y la del Codo, que apenas tiene 75 metros y la une a otra plaza con mucho encanto: la del Conde de Miranda.
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PLAZA DE LA PAJA
Las terrazas llenan de ambiente en cuanto sale el sol esta inclinada plaza del Madrid de los Austrias. En otro tiempo este entorno estaba en la antigua morería y en época medieval, el gran mercado de la ciudad, la más importante y espaciosa de la villa, hasta que se construyó la plaza Mayor. De épocas pasadas quedan el antiguo Palacio de los Vargas –ahora un centro de enseñanza–, la capilla del Obispo y, frente a esta, el jardín del Príncipe de Anglona, un auténtico oasis en la ciudad.
PLAZA DE SANTA ANA
A las artes escénicas ha estado vinculada siempre esta encantadora plaza del barrio de las Letras llena de vida a cualquier hora del día y de la noche. Porque aquí estaban los dos primeros corrales de comedias de la villa –el de la Pacheca y el del Príncipe–, en los que se dieron a conocer grandes dramaturgos, y ahora ocupa el Teatro Español. Su fachada y las estatuas de Lorca y Calderón de la Barca dan fe. Frente a ella está el hotel ME Reina Victoria –famoso en otro tiempo por ser ˝el de los toreros”–, que tiene una fabulosa terraza-mirador y entre uno y otro, numerosas terrazas y bares que siempre están llenas.
PLAZA DE CIBELES
Orgullo de los madridistas, que celebran en esta plaza las sonadas victorias de su equipo, Cibeles y su fuente dedicada a la diosa griega es un continuo marco para los turistas que pasan por la capital y se fotografían con uno de sus símbolos más reconocidos. La calle Alcalá, el paseo de Recoletos y el paseo del Prado confluyen en ella, y la enmarcan edificios emblemáticos: el Palacio de Cibeles, antigua sede central de Correos que alberga el Ayuntamiento, el Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército, el Banco de España y el Palacio de Linares, sede de la Casa de América.
PLAZA DE ORIENTE
La más distinguida de las plazas de la capital está enmarcada por dos de los edificios más monumentales: el Palacio Real y el Teatro Real. Entre uno y otro, jardines, parterres de flores y un afrancesado paseo vigilado por una veintena de estatuas de reyes españoles que iban a decorar el palacio y finalmente fueron a parar aquí. En el centro de este espacio rectangular se encuentra la estatua ecuestre de Felipe IV, la primera del mundo en sostenerse en pie sobre sus dos patas traseras. El Café de Oriente, La Lonja del Mar y el trasiego de turistas y madrileños hacen de la plaza de Oriente un lugar tranquilo, pero siempre con ambiente.
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PLAZUELA DE SAN GINÉS
No llega a la categoría de plaza, pues es plazuela, pero por la animación que tiene gracias a que en ella se encuentra una de las chocolaterías más aclamadas de Madrid la hemos incluido en esta selección. Un precioso rinconcito entre la calle Bordadores y la calle de Coloreros a la que también se accede a través de un gran soportal del pasadizo de San Ginés. A sus espaldas, la fachada posterior de la iglesia de San Ginés.
PLAZA DE LA CRUZ VERDE
Pequeña y recogida es esta plazuela del Madrid de los Austrias que descubrimos subiendo o bajando (según se mire) por la calle Segovia y preside la llamada fuente de la Cruz Verde, cuyo nombre no se lo debe a esta, sino a una cruz de madera pintada de verde que señalaba el lugar donde se llevaban a cabo las ejecuciones de la Inquisición. Lejos aquellos tiempos, las fachadas ocres con balcones, las farolas, los adoquines y su popular terraza la llenan de encanto.
PLAZA DE SANTA CRUZ
La plaza Mayor y la calle Atocha están unidas por este espacio que preside el edificio del Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, y también animado por los comercios situados bajo sus soportales, en navidad, por sus mercadillos y siempre por las terrazas de sus restaurantes y cafeterías. Una alternativa menos turística a las de la plaza Mayor, pero en el mismo corazón del Madrid de los Austrias.
PLAZA DE SAN ANDRÉS
Por sus fachadas, su ambiente y el conjunto que forman la capilla de San Isidro, el museo de San Isidro y la iglesia de San Andrés –de las más antiguas de la capital–, esta plaza de la Latina es una de las más buscadas del barrio de La Latina. Y muy madrileña, porque precisamente aquí, en los arrabales de San Andrés, fuera de las murallas, fue donde vivió y murió el labrador y santo patrón de Madrid. Pero es, sobre todo, el ambiente de sus solicitadas terrazas lo que más atrae a los que la frecuentan, sobre todo las de la cervecería San Andrés y Tapas Sentado, donde se degusta el tapeo más castizo.