NIEBLA
Desde tiempo de los árabes, Niebla es una ciudad amurallada, protegida por un cinturón pétreo de 2 kilómetros, lienzos que sobrepasan los 15 metros de altura, más de 40 torreones, 5 puertas… Intramuros guarda el castillo de los Guzmanes y bonitos templos, como el de Santa María de la Granada o San Martín, levantado sobre la sinagoga judía. Descubierto todo ello espera el puente romano que salva las aguas del río Tinto, el antiguo hospital de Nuestra Señora de los Ángeles, hoy un populoso centro cultural, y la ruta del vino del Condado de Huelva.
De Aroche a Cumbres Mayores: huellas del pasado en la ruta del ibérico
ZUFRE
Siguiendo el rastro del mejor jamón ibérico de bellota se llega a este pueblo de la sierra de Aracena al que se conoce como “la perla árabe” porque entre su desordenado entramado de callejuelas de casitas empedradas uno va topándose con vestigios de su pasado, como sus murallas y torres de época almohade. Si la plaza del Ayuntamiento ofrece su estampa más patrimonial, el Torre del Alcahuete el mejor mirador sobre la sierra onubense.
ALMONASTER LA REAL
Calles empedradas, portadas manuelinas al estilo portugués y el castillo que ocupa su parte más alta le han valido a Almonaster su declaración como conjunto histórico. Entre los restos amurallados de su fortaleza esconde una sorpresa mayúscula (además de una plaza de toros), es una mezquita medieval. Levantada sobre los restos de una basílica visigoda pasó después a ser la ermita cristiana de la Concepción y su sala de oración recuerda a la mezquita de Córdoba o a la del Cristo de la Luz de Toledo.
CORTEGANA
Y la ruta del jamón ibérico tiene parada también en este bonito pueblo del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche que se advierte desde muy lejos. Un buen lugar para saborear un exquisito jamón después de descubrir su monumental iglesia del Divino Salvador, sus casas mudéjares, sus ermitas, su singular plaza de toros y ese altivo castillo que lo corona y que fue primero fortaleza árabe y luego residencia cristiana.
EL ROCÍO
Más de un millón y medio de romeros y feligreses se reúnen en esta aldea de Almonte a los pies de las marismas de Doñana cada mes de mayo, cuando se celebra su fiesta grande, muchos de ellos después de recorrer con sus hermandades los caminos milenarios que llegan hasta aquí. El resto del año, su santuario de la Blanca Paloma resulta más tranquilo, como sus calles cubiertas de albero que recuerdan a las del lejano Oeste. Todos los que visitan El Rocío se acercan a sus playas y se adentran en el paraíso del Parque Nacional de Doñana.
El Rocío y su romería ¿qué hacer en una de las aldeas con más arraigo de toda Andalucía?
JABUGO
Si existe un pueblo ligado íntimamente al jamón ese es Jabugo, en plena sierra de Aracena. Y un nombre propio detrás de él: Sánchez Romero Carvajal y su bodega Cinco Jotas, la catedral del jamón, donde se aprende a conocer cómo se elabora, a catarlo con un buen fino y a visitar una de las dehesas del parque natural en las que se cría el cerdo pata negra.
ARACENA
No solo da nombre a la sierra, es que Aracena es uno de los pueblos más bonitos de ella. Una villa blanca típicamente andaluza rodeada de dehesas y coronada por un castillo medieval. En sus calles sorprenden sus casonas y palacetes barrocos y su arquitectura tradicional, pero para caer rendido del todo, está uno de los mejores jamones ibéricos del mundo, al que está dedicado su Museo del Jamón, y la Gruta de las Maravillas, un tesoro natural bajo sus entrañas.
MOGUER
Rodeado de campos de fresas, todo en este pueblo a 20 kilómetros de Huelva y en la margen contraria del río Tinto, recuerda a Colón y a Juan Ramón Jiménez. De aquí era la carabela Niña y gran parte de los marineros que acompañaron al navegante en su primer viaje a América y en el convento de Santa Clara veló una noche a su regreso. Y aquí nació el poeta, que dio a conocer su localidad de la mano del burrito Platero. El museo al aire libre de escultura, su casa natal y muchas calles y plazas lo recuerdan. En el camino de Mazagón a Matalascañas muestra su cara más natural en sus playas salvajes.
EL ROMPIDO
De lo más auténtica es esta pequeña aldea del municipio de Cartaya y eso que apenas tiene un puñado de calles junto al puerto que fue conformándose con la llegada de los pescadores dedicados a la captura del atún y a la pesca artesanal. A lo largo del paseo marítimo se ven las barcas fondeadas a orillas del río, numerosos restaurantes donde probar los productos más frescos del mar y los dos faros que vigilan el paraje natural en el que se encuentra, con playas fluviales rodeadas de pinos y esa larguísima flecha de arena de 12 kilómetros que separa las aguas del río Piedras del océano Atlántico.
El Rompido, un pueblito blanco de pescadores y la playa más virgen de Huelva
HIGUERA DE LA SIERRA
De toda la sierra onubense, Higuera es uno de los pueblos más bellos, por sus estrechas callejuelas con cuestas, sus fachadas encaladas, la iglesia de San Sebastián, su icónica plaza de toros adosada a la ermita del Santo Cristo, las numerosas fuentes –muchas de ellas unidas por el Paseo del Agua– y los senderos que se adentran en el paisaje de la sierra. Para entretenerse más, tiene dos museos muy interesantes: el de la Destilería Martes Santo, que lleva dedicada a la producción de licores más de 150 años, y el que homenajea a su centenaria Cabalgata de Reyes.
AYAMONTE
Marcando frontera con Portugal y en plena desembocadura del Guadiana, Ayamonte se asoma al Atlántico desde su más antiguo, el de la Villa, de calles empinadas y casas bajas, y un casco urbano que se ensancha hasta los muelles y el puerto pesquero. Su cara más natural es la que muestran las playas de Isla Canela y Punta del Moral, con kilómetros de dunas, y pegado, el Paraje Natural de las Marismas de Isla Cristina.
CORTECONCEPCIÓN
Típicamente serrano, en Corteconcepción el blanco de sus casas contrasta con el verde del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde está enclavado. En sus calles se ven buenas muestras de arquitectura popular y a su alrededor, dehesas y cerros con bosques de encinas y alcornoques donde el cerdo ibérico es el rey y caminos para perderse.