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Asturias: 15 espectaculares senderos para descubrir este otoño

Dorados, ocres, rojos, violetas… Toda una gama de matices nos regalan estos meses los paisajes asturianos. Una invitación a perdernos por sus bosques o a caminar por su abrupto litoral


Actualizado 21 de septiembre de 2023 - 17:09 CEST
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SENDA COSTERA DEL CABO BUSTO

Por el cabo Busto discurre un sendero circular y llano de 7 kilómetros que empieza y acaba en el pueblo del mismo nombre y bordea este saliente costero sembrado de pinos y helechos. Durante el bucólico paseo, con vistas extraordinarias a las playas de arena y cantos rodados que quedan a los pies y acompañados del rumor del mar, van surgiendo sucesión de miradores, con frases alusivas. Quien pasa por Busto compra sí o si los famosos dulces y tartas de su obrador.

 

Dos pueblos de postal y una costa de vértigo

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CASCADAS DE ONETA

El otoño tiene a 20 kilómetros de Navia una excursión deliciosa, es el camino que lleva desde la aldea de Oneta hasta las cascadas del mismo nombre. Se trata de un breve paseo no tiene ninguna dificultad y el premio son tres caídas de agua. La más alta y estruendosa es la primera, la llamada Firbia, con unos 20 metros de altura y rodeada por frondosos bosques de robles, alisos, sauces y fresnos, las otras son las de Ulloa, próxima a un molino, y Maseirúa, la más pequeña.

 

Lugares sorprendentes de Asturias que seguramente no conoces

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MUNIELLOS, EL MAYOR ROBLEDAL DE ESPAÑA

Es el mayor bosque de robles de nuestra geografía y uno de los mejor conservados de Europa. Un lugar de cuento que rezuma humedad en sus mullidos suelos de hojarasca y sus troncos tapizados de musgo. Ubicado en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y Reserva de la Biosfera, en otoño se convierte en un lugar privilegiado por sus paisajes surcados de cascadas. Cuenta con varios recorridos, pero uno de los más espectaculares es el que lleva a La Isla, La Honda, La Grande y La Peña, cuatro hermosas lagunas glaciares de alta montaña. Como el acceso a la Reserva Integral de Muniellos está restringido a un máximo de 20 personas al día hay que solicitar un permiso con mucha antelación en: muniellos.es. Las visitas comienzan en la Casa del Guarda de Tablizas.

 

Fuentes del Narcea: bosques, osos y cunqueiros

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DE LA PLAYA DE BARAYO A PUERTO DE VEGA

Llena de alicientes tiene esta senda por la costa occidental asturiana, pues atraviesa pequeños bosques, praderas y se asoma a abruptos acantilados y playas de extraordinaria belleza. Sin perder de vista el mar, el recorrido comienza en el aparcamiento de la playa de Barayo, protegida por pinos y eucaliptos y desembocadura del río del mismo nombre, un espacio de gran valor ecológico. Tras 4,5 kilómetros de recorrido, se alcanza el pueblo de Puerto de Vega, en cuya capilla de la Atalaya, un bonito mirador sobre el Cantábrico, se coge fuerzas bien para afrontar el regreso por el mismo camino o continuar más allá por la Senda Naviega.

 

Playas perfectas para veranear en septiembre

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SENDA DEL ARCEDIANO

Entre el puerto del Pontón y la aldea de Amieva discurre una histórica vereda que llegó a ser una de las vías de comunicación más importantes entre el oriente asturiano y la Meseta. La ruta completa son algo más de 27 kilómetros, 11 hasta Soto de Sajambre, en León y a lo largo del camino se pueden admirar los más sorprendentes paisajes de los Picos de Europa. Bosques de hayas y robles, extensos prados y los pequeños pueblos del valle de Sajambre contrastan con las cumbres próximas.

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HOCES DEL RÍO INFIERNO

El río Infierno –cuyo nombre se lo debe al color de la vegetación que lo envuelve en otoño– nace en el concejo de Piloña y discurre por los bosques del Parque Natural de Redes. En sus aguas transparentes se reflejan los hórreos de la localidad de Espinaredo, un conjunto etnográfico que no tiene igual en Asturias, construidos en madera de castaño y decorados con sobrepuertas talladas o pinturas. A unos kilómetros, en el área recreativa de la Pesanca comienza una ruta entre hayedos perfecta para el otoño de 15 kilómetros (ida y vuelta) que, sin pérdida, lleva a la foz de Muñacos.

 

Espinaredo, el pueblín con más hórreos de Asturias

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ACANTILADOS DE SAN EMETERIO

La punta de San Emeterio es un lugar bellísimo en la costa oriental Asturiana, a pocos kilómetros del límite con Cantabria, en un paisaje abierto al Cantábrico lleno de tesoros. El primero está en lo alto del escarpado y boscoso acantilado: la cueva de El Pindal, con valiosas pinturas y grabados del Paleolítico Superior, que forman parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Muy cerca, la popular ermita dedicada a San Emeterio, en medio de un denso encinar centenario y, un poco más lejos, las ruinas del antiguo monasterio de Santa María de Tina. El cómodo paseo se inicia en el Centro de Interpretación de San Emeterio y de la Cueva del Pindal, en la carretera del Mirador del Pico al faro Pimiango.

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POR LA SENDA DEL OSO

La antigua línea de tren de Teverga es ahora una vía verde para ir descubriendo, a pie o en bicicletas valles, bosques y desfiladeros de los cuatro concejos asturianos por los que atraviesa: Quirós, Santo Adriano, Proaza y Teverga. Salvando puentes y túneles horadados en la roca, es un plan familiar lleno de alicientes. Hay diferentes ramales, pero el más tranquilo para ir con niños es el que enlaza Entrago y Proaza o Villanueva, en sentido inverso, que se recorre, sin dificultad, en unas tres horas. En Proaza se encuentra la Casa del Oso, centro de recepción de visitantes. Otros alicientes de la ruta son el cercado osero de Monte Fernanchín y el Parque de la Prehistoria de Teverga (parquedelaprehistoria.es). Numerosas empresas alquilan bicis en el entorno.

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DEL LAGO ENOL AL BOSQUE DE POME

Hayedos hay muchos en nuestra geografía, pero el mayor de los Picos de Europa es el de Pome, un microcosmos para perderse en otoño. La caminata por él (11 kilómetros) lleva 5 horas entre la ida y la vuelta, es fácil y comienza en la vega de Enol, el más grande de los famosos lagos de Covadonga. Tras dejar atrás el mirador del Rey una suave pendiente nos adentra en este bosque de hayas, donde también crecen castaños, abedules, fresnos y una variada flora autóctona.

 

Diez rutas inolvidables (a pie o en coche) por los Picos de Europa

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RUTAS ENTRE HAYEDOS POR REDES

El Parque Natural de Redes debe su nombre a una montaña, en cuyas empinadas laderas crecen las hayas más imponentes de España, que llegan a alcanzar los 30 metros de altura. Su color y el de los robledables que también llenan este espacio contrastan con el de los prados de altura, donde pastan las vacas de montaña. El embalse de Rioseco es la puerta de entrada a este espacio asturiano donde podemos seguir varias itinerarios, la ruta del Alba, es la más popular. 14 kilómetros (ida y vuelta) que comienzan en Soto de Agues y lleva hasta la Cruz de los Ríos donde las aguas han tallado las foces de Llaímo. Otros caminos llevan al espectacular desfiladero de los Arrudos o a la vega de Brañagallones.

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RUTA DE LA CASCADA DE LA SEIMEIRA

Entre valles bucólicos, ríos, ferrerías y los pequeños caseríos de la comarca Oscos-Eo, un entorno en el extremo occidental de Asturias, que es Reserva de la Biosfera, hay una ruta sencilla muy apetecible para este otoño. Arranca en la aldea de Pumares, en el concejo de Santa Eulalia de Oscos, y discurre entre bosques de ribera, castaños y robles por una sencilla senda de cuatro kilómetros (ida y vuelta) que tiene como premio el precioso salto donde las aguas del río Agüeira y su afluente el Murias se unen y caen por un cortado rocoso desde más de 30 metros de altura a una poza de aguas cristalinas. En el paseo se ven las casas en ruinas de la aldea de Ancadeira, que se tragó la vegetación.

 

Diez cascadas espectaculares que te van a sorprender

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SENDEROS DE SOMIEDO

Son muchas las excursiones que podemos hacer por la naturaleza de este rincón de la cordillera Cantábrica, uno de los espacios protegidos más importantes y mejor conservados de Asturias, con valles salpicados de cabañas de teito, vestigios de la cultura tradicional pastoril, lagos glaciares, picos majestuosos y recónditas aldeas colgadas en las empinadas laderas. Un lugar Reserva de la Biosfera en el que habita el oso y las vacas pastan a placer. Entre las 12 rutas señalizadas que podemos descargar en parquenaturalsomiedo.es o recabar información en el centro de interpretación de Pola de Somiedo, las más frecuentadas son los que conducen al lago del Valle, el más grande de Asturias, y al complejo lacustre de Saliencia, un recorrido de 14 kilómetros.

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CASCADA DE XURBEO

Poco más de un kilómetro hay que caminar desde el pueblo de Murias, en el concejo de Aller, hasta alcanzar una de las joyas de la montaña central asturiana, un salto de agua de más de 20 metros de altura escondido en un espeso rincón arbolado del valle del río Negro. El cómodo trayecto es ideal para hacer en familia y discurre entre castaños y robles y bosque de ribera.

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DE LA PLAYA DE FREXULFE A NAVIA

La Senda Naviega se divide en varios tramos y es apta para todos los senderistas es el que enlaza estas dos playas unidas por una ruta de 5,6 kilómetros. El punto de inicio es el precioso arenal de Frexulfe, inmerso en un entorno de pinos y eucaliptos que le ha valido su declaración como monumento natural y un paraíso para los surfistas. A partir de ella se va disfrutando del abrupto litoral hasta alcanzar la playa de Navia y la desembocadura de la ría de esta villa con historia, con puerto, paseo marítimo y un buen conjunto de palacios y casas indianas.

 

Las sendas costeras más bonitas y apetecibles de España

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BOSQUE DE PELOYO

Por sus montañas, desfiladeros, pueblos con encanto y, sobre todo, por el bosque de Peloyo, el Parque Natural de Ponga, en el rincón más aislado de Asturias, entre los Picos de Europa y la cordillera Cantábrica y a 100 kilómetros de Oviedo, forma parte de las Reservas de la Biosfera de la Unesco. La ruta por uno de los hayedos mejor conservados de España se inicia en Los Bedules, desde cuyo mirador se descubre una magnífica panorámica de la masa forestal y de las montañas de su entorno. Una cómoda pista atraviesa su umbrío y mágico interior hasta alcanzar el collado Granceno. En total son unos 12 kilómetros entre la ida y la vuelta que resultan cómodos para hacer con niños.