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santuario© Cordon Press

Entre cañones, buitres y villas termales por tierras de Zaragoza

En los alrededores del Monasterio de Piedra, el río Mesa ha tallado un desfiladero espectacular que esconde un santuario en la oquedad de la roca. No es la única sorpresa que nos tiene reservada esta esquina de la provincia


Actualizado 7 de septiembre de 2023 - 20:52 CEST
panoramica© Turismo de Jaraba

Son muchos los viajeron que cada año visitan el Monasterio de Piedra y muchos menos los que, tras dejar atrás la A-2 y tomar la carretera que conduce a este paraje natural, deciden explorar su entorno y no saben lo que se pierden, porque cerca hay hoces impresionantes que sobrevuelan los buitres, cascadas y un conjunto de balnearios alimentados por manantiales de aguas termales donde relajarse después de verlo todo. Nada más superar las curvas del embalse de la Tranquera y asomarse a su mirador para admirar el irreal color verde de sus aguas, un desvío conduce a Jaraba, que tiene la distinción de “villa termal excelente”.

 

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balneario virgen© Balneario de la Virgen

Son varios los manantiales que surgen a 34º en esta localidad, de los que, cómo no, ya disfrutaban los romanos: el de las Nieves, el de las Lilas, la fuente de la Peña, la cascada de San Luis o la fuente del peirón de San Antón, en la misma plaza, donde el agua que sale de sus cuatro caños procede del manantial de San Roque. Otros peirones, que son el nombre por el que se conoce a los cruceiros aragoneses que marcan límites y cruces de caminos, se ven en las calles empinadas de Jaraba.

 

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buitres© Turismo de Jaraba

Antes de conocer del poder de las aguas, hay que ponerse a andar y descubrir el paisaje kárstico que el río Mesa, afluente del Piedra, ha creado en las inmediaciones de Jaraba. Un bello conjunto de hoces y desfiladeros que en otro tiempo era el camino por el que se adentraban, con temor, los viajeros solitarios que iban de Bílbilis (Calatayud) a Toletum (Toledo). Son como las Hoces del Duratón o el cañón del Río Lobos, pero sin agua.

La ruta senderista más recomendable discurre por el barranco de la Hoz Seca o Cañada de Campillo y arranca en la carretera de Jaraba a Calmarza. Las paredes de este cañón seco del río Mesa superan aquí los 100 metros de altura y las rocas calizas están llenas de cuevas y oquedades que cobijan una de las mayores colonias de buitres leonados de la península, además de águilas reales, alimoches y otras rapaces.

santuario© Cordon Press

Nada más dejar aparcado el coche en el inicio del sendero peatonal y ponernos a andar, aparece, encastrado en la roca, justo a la entrada del barranco, el santuario rupestre de la Virgen de Jaraba, punto de encuentro de peregrinos y romerías. Para visitar su interior es necesario contactar con la oficina de turismo, pero siempre está la opción de subir hasta él solo por contemplar la panorámica desde lo alto.

 

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pinturas© Turismo de Jaraba

Siguiendo el cauce del río Mesa hasta el fondo del barranco se llega caminando al pueblo de Calmarza. Son 10,4 kilómetros (ida y vuelta) en los que se observan algunos elementos de alto valor etnográfico, como parideras y apriscos ganaderos, y también restos de antiguas caleras u hornos de cal. Conviene tomar el desvío señalizado (2,9 km) que conduce a las pinturas rupestres de Roca Benedí, situadas en un abrigo rocoso, hoy protegidas por rejas, y después al mirador de la Dehesa, con unas bonitas vistas del río Mesa, para completar una ruta fácil de casi 8 kilómetros de distancia llena de atractivos.

calmarza© Cordon Press

El río Mesa también alimenta la cascada del Pozo Redondo de Calmarza, la última de las localidades aragonesas de esta esquina de la provincia que linda con Guadalajara. Está señalizada y se accede a ella por la parte baja del pueblo, cruzando un pequeño puente poco después de pasar el bar y subiendo una escalera de madera hasta su mirador. Es un lugar donde tomarse un respiro, hacerse fotos y coger fuerzas para los que se animen con otras rutas senderistas, como la que lleva al barranco de la Tejera.

 

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gruta ibdes© Turismo de Jaraba

RUTA DEL AGUA DE IBDES

Al lado contrario, Ibdes despide al río Mesa de camino al pantano de la Tranquera, donde sus aguas se mezclan con las del Piedra. En su casco urbano de tradición morisca hay que contemplar la iglesia dedicada a San Miguel y el palacio de Liñán, pero interesantes son también, en sus proximidades, la Gruta de las Maravillas (tel. 976 84 80 05), la ermita-cueva de la Soledad excavada en la roca (en la imagen), un nevero natural y una pequeña y bonita cascada conocida como el salto de la Paradera, originada por una antigua central eléctrica.

 

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piscina sicilia© Balneario Sicilia

EL PODER DEL AGUA

Después de contemplar el entorno de Jaraba, hay que disfrutar de los beneficios de las aguas mineromedicinales que manan en este entorno. El Balneario Sicilia, con más de un siglo de historia, tiene unas modernas instalaciones para relajarse, entre las que destaca su piscina termal dentro de una gran gruta natural, con una zona cubierta y otra al aire libre donde no faltan cascadas cervicales, jacuzzis y chorros tonificantes. A su larga carta de tratamientos –algunos para compartir en pareja o con nuestros hijos– suma el recorrido por su jardín termal, que incluye piscinas de flotación y relajación, baño japonés, biosauna, duchas de contraste o una terma de aromas junto a una pared de roca natural. Todo sea por aliviar el estrés, activar la circulación y volver rejuvenecido.

 

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sauna sicilia© Balneario Sicilia

Frente al Balneario Sicilia está el Balneario de la Virgen, 1500 m2 dedicados a la salud y un programa de tratamientos basados en los beneficios de las aguas de los cinco manantiales que lo abastecen y emergen a una temperatura de 30 y 34º y su estanque natural termal, el mayor de la zona. Y también próximos los de otras dos localidades: Alhama de Aragón y Paracuellos del Jiloca. En este entorno, no hay duda, el agua es vida, cultura y paisaje.