El lago Lemán ofrece un paisaje tan singular que, por mucho que por mucho que nos hablen de su encanto, no hay palabras que se ajusten a su belleza a la hora de descibirlo, así que lo mejor será visitarlo. Esta ruta proponemos hacerlo de desde Lausana hasta Montreux, bordeando los espectaculares viñedos en pendiente de Lavaux. Por la ruta conocida como Tour du Léman, incluso podemos hacerlo en bicicleta.
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LAUSANA, LA CIUDAD COQUETA ENTRE EL LAGO Y LA MONTAÑA
La ciudad de Lausana, más que mirar, se precipita al lago y es un buen punto de partida del viaje. Habrá que visitar la catedral gótica más grande de Suiza, callejear por su centro histórico enmarañado prestando atención al mercado que se despliega a partir de la place de la Palud y continuar hasta el renovado barrio de Flon que presume de diseño. Los amantes de los relojes encontrarán aquí el modernísimo Rolex Learning Center (lausanne-tourisme.ch), abierto al público con salas de exposiciones. También merece la pena el Museo Olímpico, el más visitado de la ciudad.
LOS PUEBLOS DEL LAGO LEMÁN: GRANDVAUX
Saliendo de la ciudad se dejan ver las primeras viñas asomadas al mayor lago de la Europa occidental. Este deslumbrante paisaje, Patrimonio de la Unesco, se nutre de pequeños pueblos que merecen unos cuantos altos en el camino. La primera parada es Grandvaux. En el mirador situado tras la iglesia de Saint Nicolas hay una escultura en memoria de Corto Maltés, personaje de cómic creado por Hugo Pratt, célebre habitante de la localidad.
UNA BODEGA HISTÓRICA JUNTO AL LAGO
Es preciso continuar hasta Chebrex, donde está el Domaine Bovy (domainebovy.ch), una bodega familiar donde realizar una cata. Su terraza es el mejor balcón para asomarse al lago, prolongar la pausa y agradecer a los antiguos monjes que plantaron en el siglo XI estos viñedos en terrazas. Se contemplan más de mil años de tradición vinícola junto a un lago que no deja de transmitir serenidad.
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LOS PUEBLOS DEL LAGO LEMÁN: SAINT-SAPHORIN
A Saint-Saphorin hay que acercase no solo porque es un pueblo encantador a orillas del lago, es también el lugar donde se encuentra el restaurante Auberge de l’Onde (aubergedelonde.ch), el favorito de Chaplin y al que acudía cuando residió en el Manoir de Ban.
La carretera transita entre viñas, las panorámicas se suceden haciendo del camino una colección de momentos y postales. Vale la pena descender y acercarse a Corseaux para fotografiar la orilla del lago y visitar la villa Le Lac, la casa que Le Corbusier construyó para sus padres en 1923.
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Desde aquí no queda nada hasta Vevey, animado pueblo con un centro histórico que llega al Quai Perdonnet. Aquí resalta la escultura The Fork, el tenedor gigante que, junto con la estatua que recuerda a Chaplin, es la foto más buscada por todos. Una visita obligada es la de la Casa Museo Chaplin (Chaplin’s World, chaplinsworld.com) en Corsier-sur-Vevey. En Mi autobiografía, su libro de memorias, el cineasta hablaba de la serenidad que experimentaba al pasear por el lago Lemán. Y es que el destino no es para menos.
MONTREUX, FINAL DE LA RUTA
La última parada de la ruta la haremos en Montreux, otra ciudad suiza de ilustres huéspedes, como el escritor Nabokov, quien vivió 17 años en el Le Montreux Palace (fairmont.com/montreux). También Charles Chaplin o Fredy Mercury, artistas a los que homenajea la localidad con esculturas. En esta y otras localidades de la ruta, iremos encontrando pequeñas playas donde darse un baño refrescante en el lago.
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Uno de los lugares más bellos de la ruta, junto a Montreux, lo ocupa el castillo de Chillon, en un islote rocoso junto al lago. Un brillante ejemplo de arquitectura medieval cuya belleza fascina, lo que ha hecho de este edificio uno de los más visitados de Suiza (chillon.ch).
El castillo residencia de los condes de Saboya entre los siglos XII y XVI y hoy es la postal perfecta e inevitable que pone punto a este hermoso viaje a orillas de uno de los lagos más hermosos de Europa.
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