“Es un momento importante en mi vida y me siento con muchas ganas”. Con estas palabras, la princesa de Asturias mostraba su ilusión antes la nueva etapa que comienza esta misma semana: su formación en la Academia Militar de Zaragoza. Una ciudad para estudiar, sí, pero también para disfrutar, que de eso la capital de Aragón sabe y mucho.
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Empecemos por el principio, que es situarse en la plaza del Pilar, la más grande de Europa, pero que no es tan famosa por su tamaño sino por acoger dos catedrales: la original, la Seo del Salvador, escenario de bodas reales y coronaciones, y la más visitada, la basílica del Pilar. Si en esta todo el mundo entra gratis para admirar los frescos de Goya y la pequeña imagen de la Pilarica; para acceder a la primera hay que pagar una entrada si queremos dar un paseo por la historia del arte con mayúsculas y visitar su importantísima colección de tapices flamencos. Atención al muro exterior de la parroquieta de San Miguel Arcángel anexa a ella, obra cumbre del mudéjar y Patrimonio del Humanidad.
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Para ver la otra joya artística del arte mudéjar de Zaragoza: el Palacio de la Aljafería, hay que dar un agradable paseo de 2 kilómetros por la ribera del Ebro. Más que palacio parece una fortaleza amurallada, por sus torres y su foso alrededor. Los árabes lo llamaron en el siglo XI “el Palacio de la Alegría” y, además de la sede de las Cortes de Aragón, es un precioso edificio levantado como residencia de recreo de los reyes musulmanes, que luego lo sería de los Reyes Católicos y hoy todo un referente cultural.
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Un día (o dos o un fin de semana) en Zaragoza da para seguir rastreando las otras huellas de esta ciudad en un cruce de caminos y viajar a la Caesaraugusta romana, que no por nada Zaragoza fue una de las ciudades más importantes de la Hispania. También a la época renacentista en lugares como el Patio de la Infanta y la Lonja, a la más moderna de la Zaragoza de la Expo, incluso de un vistazo repasar toda la historia de la capital en el Museo de Zaragoza (museodezaragoza.es), de entrada gratuita.
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Y cómo no, viajar a la ciudad de Goya visitando el fabuloso Museo Goya (museogoya.fundacionibercaja.es), que expone una magnífica selección de cuadros y grabados del pintor. O de otro artista de renombre, el escultor Pablo Gargallo, cuyo museo ocupa un palacio renacentista situado en la plaza de San Felipe.
Vistos los lugares más monumentales hay que entregarse al arte de las compras y el tapeo, que en materia gastronómica vive una revolución. Se puede empezar por la misma plaza del Pilar, donde está el Pasaje del Ciclón, la primera galería comercial de la ciudad, abierta ¡en el siglo XIX!, con lugares como el Café Botánico, en las que tomar algo como si estuvieras en el salón de tu casa, y continuar después desde la calle Alfonso I hasta los soportales de Independencia, una zona donde nunca falta gente, comercios y sitios para tomarse algo.
Mártires, 4 de Agosto, Cinegio, Estébanes y Libertad conforman la maraña de calles de El Tubo, la zona del tapeo por excelencia, donde está el Méli del Tubo (melimelozaragoza.com), uno de los locales con más ambiente. Dos plantas donde tomar tapas y raciones modernas, tanto saladas como dulces, pero también café a media tarde o una copa o un cóctel después de cenar. La Taberna Doña Casta (tabernadonacasta.es), famosa por sus croquetas; La Miguería (migueria.es), El Champi (Libertad, 16) o las Bodegas Almau (bodegasalmau), abierta desde 1870, son buenas paradas, cada una para probar su especialidad.
Para todas las horas del día, en la calle San Jorge, esquina con San Andrés, está La Clandestina Café (laclandestinacafe.com), ganador de la mejor tapa de España en la última edición de Madrid Fusión. Se llama Cruz de Navajas y su creadora es Susana Casanovas, una creativa chef de formación autodidacta que triunfa por su cocina divertida y desenfadada con productos kilómetro 0.
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La plaza de los Sitios también está llena de tascas y en su entorno una de las propuestas más innovadoras de la capital aragonesa: Marengo (restaurantemarengo.com), con una amplia variedad de recetas de cocinas internacionales en formato casual food, pero versionadas con productos locales. Cruzando el puente de Piedra aguarda otra moderna sorpresa: Gente Rara (genterara.es), un antiguo taller mecánico en el barrio Jesús que ya forma parte del universo Michelin de la capital, en el que también brillan La Prensa (restaurantelaprensa.com) y CanCook (cancookrestaurant.com).
Si hablamos de dulces, hay que pasar por Mi habitación favorita (mihabitacionfavorita.com), en la calle Espoz y Mina, 33, cuyas recetas están inspiradas en la mejor repostería francesa y anglosajona. Y para rematar el día, ningún lugar más a la última que Ático 55, la nueva azotea del hotel boutique Avenida (hotelavenida-zaragoza.com), un proyecto de la interiorista Carmen F. Ariza que se ha propuesto marcar tendencia en la ciudad. En esta isla mediterránea en la céntrica avenida de César Augusto y junto al modernista Mercado Central se disfruta del tardeo o de una cena con unas vistas diferentes de la ciudad en la que va a recalar la princesa Leonor.