Dicen los folletos turísticos que se trata “del secreto más famoso de Europa”, y no es exageración, en el Algarve se concentra la esencia más auténtica de Portugal. Una región moldeada por los vientos del Atlántico en la que sus pueblos, que acumulan más de 3000 años de historia, se alternan con playas de ensueño y acantilados, pero también con una zona de interior que sorprende al más viajado. Ya sea paseando por las callejuelas de pasado árabe en Tavira, contemplando atardeceres frente a la Ría Formosa, con vistas a los tejados cubistas de Olhão o saboreando ostras, pescados grelhados y vinos algarvíos a la mesa, hay una cuestión muy clara: al sur portugués se viene a gozar.
Y una manera de hacerlo es frente a la ventana de una de las 28 suites del Grand House, desde donde se contemplan las aguas tranquilas del Guadiana. En la otra orilla, las fachadas blancas de la onubense Isla Canela.
El que fue el primer alojamiento de lujo en abrir sus puertas al sur del Tajo se halla en Vila Real de Santo António, un coqueto pueblo costero mandado construir por el marqués de Pombal tras el terremoto de Lisboa. Es, además, todo un ejemplo de lo que se puede encontrar en el Algarve cuando se trata de hablar de hospitalidad: la sensibilidad que tienen los portugueses para transformar espacios singulares en pequeños paraísos boutique. Desde su reapertura en 2019, el Grand House acapara todas las miradas gracias a su impresionante fachada y a esa esencia de los años 20 que aún se respira en su interior. Una oda a la belle époque en la que no faltan objetos icónicos y antigüedades.
Pero no solo de interiorismo viven estos pequeños hoteles lusos, también de ese empeño por mimar al huésped hasta en el último detalle. Bien lo saben en Conversas de Alpendre, el sueño proyectado por Marta y Thiago, una pareja de Lisboa que, junto a su hijo, dejó todo en la capital para crear este espacio en Vila Nova de Cacela. Un alojamiento en plena naturaleza, en el que despertar con el canto de los pájaros. Piscina de agua salada, un espléndido desayuno, cenas y picoteos a la carta y 13 preciosas habitaciones hacen el resto. Decorado con maderas, blancos y mimbres, cuenta con joyas como su fascinante casa en el árbol o una cabaña con piscina privada construida con troncos apilados que resulta ser un trampantojo espectacular.
Tan enamorados cayeron del sur Cristina y José, padres de Marta, que poco tardaron en instalarse también en la vecina Tavira. Allí compraron un antiguo colegio abandonado y, tras mucho esfuerzo y una gran inversión, lo convirtieron en Colégio Charm House, otro exclusivo hotel boutique con guiños al universo estudiantil. Salones y suites, muchas con piscina privada, conservan elementos originales de su primitiva estructura y ofrecen un fascinante espacio en el que entregarse al deleite y a la contemplación.
No muy lejos, a las afueras de Castro Marim, Companhia das Culturas es un ecodesign hotel sostenible y orgánico que la profesora Eglantina Monteiro hizo realidad cuando su marido heredó una finca de alcornoques, algarrobos, olivos e higueras. Aquí la relación y el respeto por la naturaleza marcan la direción. Tina tuvo claro que sus habitaciones y apartamentos, en los que el corcho, la cal y la madera están muy presentes, servirían de oasis para olvidar el estrés del día a día.
En el Algarve, moldeado por los vientos atlánticos, se concentra la esencia más auténtica de Portugal
A apenas dos kilómetros, en Praia Verde, la cadena lusa Octant, con ocho establecimientos boutique repartidos por Portugal en los que la libertad de los huéspedes es el principal objetivo, posee un elegante hotel que es toda una declaración de intenciones: disfrute, placer y las bondades de la vida, como las que ofrece en su restaurante À Terra, de cocina sana.
El océano se contempla también desde la azotea de Casa Céu Guest House, donde la brisa de la ría Formosa acompaña a las mañanas y tardes bajo el sol algarvío. Situada en el hermoso pueblo pesquero de Olhão, famoso por sus casas cubistas, tras ella se hallan Lara y Dario, suizos y amantes de este rinconcito sureño al que decidieron trasladarse para cambiar de vida y crear su proyecto boutique. En la puerta, impolutas babuchas con las que calzarse antes de entrar en el que enseguida se siente como un hogar: una amplia cocina-comedor para agradables veladas, y arriba cuatro habitaciones donde no hay rincón que no derroche estilo. El Algarve, además de bello, es el paraíso de la hospitalidad.
El apunte experto
- Un paseo a caballo por las playas del Parque Natural Ría Formosa.
- El mercado de productores de Olhão, que se celebra cada sábado junto al puerto deportivo.
- Perderte por las calles empedradas de la hermosa Tavira, respirar y aprender sobre su historia.
- En Cacela Velha, las inigualables vistas al mar y a la Ría Formosa desde sus murallas.
- Saborear las deliciosas ostras y sardinas típicas del Algarve en cualquier taberna con solera.
GUÍA DE VIAJE