Uno de los tramos costeros más espectaculares de nuestro litoral lo encontramos en la llamada Costa Brava, en Girona, donde acantilados, pequeñas calas, una vegetación exuberante que desciende por las montañas prácticamente hasta la orilla y unas aguas que van del esmeralda al turquesa recogen toda la esencia mediterránea y enamoran a quienes la visitan. Un paisaje que se asemeja, y mucho, a este otro que encontramos en el interior, en la provincia de Guadalajara.
Para remar en kayak, para practicar paddle surf, para navegar o bien para tumbarse al sol en su playa fluvial y darse un baño refrescante, el embalse de Bolarque, en el vecino término de Almonacid de Zorita, es el destino que no puedes dejar de visitar este verano. Te contamos todo lo que debes de saber para descubrir este bello entorno natural que forma parte del conocido como ‘Mar de Castilla’ junto con los embalses de Almoguera, Entrepeñas, Estremera y Zorita.
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¿DÓNDE ESTÁ EL EMBALSE DE BOLARQUE?
Entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, encajonado entre montañas y rodeado de bosques es el lugar donde confluyen las aguas de los ríos Guadiela y Tajo. Se encuentra a unos 100 kilómetros de Madrid -una hora y media en coche- y a 65 kilómetros de Guadalajara. Hay que dirigirse a la localidad de Almonacid de Zorita y una vez allí está señalizado. También se accede desde Albalate de Zorita, un par de kilómetros más allá.
La mejor época para visitarlo es el verano, a partir de junio, cuando se puede practicar actividades acuáticas y relajarse en la playa fluvial. Lo mejor será acudir pronto porque cuenta con un sistema de entradas y es posible quedarse si fuera si hay mucha afluencia, especialmente desde que el año pasado se hizo viral gracias a los seguidores de Tik Tok que pusieron de moda esta playa de interior.
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ACTIVIDADES EN EL EMBALSE
Sus aguas cristalinas, su arena blanca, los pinos que casi llegan hasta la orilla hacen de este espacio un must para el verano, que cuenta además con chiringuito, merenderos, socorrista y club náutico. Aquí es fácil cambiar el azul mediterráneo por el verde esmeralda y no echar de menos el mar.
Empresas de turismo activo como Masqueaventura (masqueaventura.es) ofrecen alquiler de hidropedales, kayak o paddel surf. Con sus más de 50 kilómetros navegables el embalse de Bolarque es en un entorno seguro para iniciarse en estos deportes gracias a sus aguas tranquilas o para practicarlos en familia.
Quienes naveguen en kayak o paddle surf podrán hacerlo por espectaculares hoces y acercarse a lugares con mucho encanto como la conocida cueva de las Tortugas -la favorita de los niños-, la ermita de los Desamparados de Buendía -incrustada en la pared de roca-, la cala Las Moras, la playa Chica o la presa de Bolarque, que se alcanza atravesando una zona de paredes verticales que se estrechan mostrando un paisaje único. Sobre las cabezas sobrevuelan buitres, águilas, halcones o garzas reales.
El monasterio Carmelita también se descubre gracias a la navegación, ubicado en un desconocido lugar al que llaman Desierto de Bolarque donde se establecieron unos monjes carmelitas en el siglo XVI para realizar su retiro. Allí construyeron un convento con su claustro, sala capitular, sacristía, capillas, celdas, biblioteca… que hoy está en ruinas e invadido por la vegetación pero su visión nos habla de un pasado que fue esplendoroso.
Algo más de tiempo nos llevará llegar al castillo de Anguix (tres horas desde la playa de Bolarque) navegando entre cañones y enormes paredes de roca. Una construcción del siglo XIV con grandes torreones que domina el paisaje sobre el Tajo.
Una vez terminadas las actividades en el agua merece la pena darse un paseo hasta el mirador de Bolarque, las vistas desde allí sobre el embalse merecen la pena, y a la presa.
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QUÉ HACER EN EL ENTORNO
Para quienes dedicar un fin de semana en el entorno de Bolarque hay unas cuantas excursiones que merecen la pena:
EL MAR DE CASTILLA Y UN PARQUE FLUVIAL
Si aún quedan ganas de agua los otros embalses que forman el Mar de Castilla como Almoguera (a 23 kilómetros), Entrepeñas (a 26 kilómetros), Estremera (a 39 kilómetros) o el parque fluvial de Zorita de los Canes (a 11 kilómetros) merecen la pena. En este último, a los pies del pueblo homónimo coronado por un castillo, además de picnic, sombrillas y zona de baño se pueden practicar actividades acuáticas -se cobra entrada-. De paso habrá que visitar Zorita, uno de los pueblos con más encanto de la zona.
PASTRANA
17 kilómetros separan Bolarque de Pastrana, la villa ducal de la princesa de Éboli, donde se visita el magnífico Palacio Ducal del siglo XVI, con espléndidos artesonados, el Museo de Tapices o el convento del Carmen.
RECÓPOLIS
La ciudad que el rey visigodo Leovigildo fundara allá por el siglo VI es hoy un Parque Arqueológico que cuenta también con Centro de Interpretación y guías que acompañan al visitante. La entrada (5€ general y gratuita para menores de 8 años) permite conocer lo que fueron las viviendas, comercios, talleres, cisternas, silos y dependencias palaciegas. El recorrido acaba en la iglesia, la parte más llamativa de todo el conjunto.