Con unas vistas espectaculares de los Alpes y a orillas del lago Lemán, el primer hotel de lujo construido en la ciudad suiza es, desde que abrió sus puertas hace 190 años, no solo uno de los preferidos por la realeza europea cuando visita Ginebra, también un lugar de especial conexión con la familia real española. Aquí celebró la infanta Cristina la graduación de su hijo Pablo Nicolás y aquí se han vuelto a reunir los Urdangarin y Borbón para la graduación de la menor de los cuatro hermanos, que ha finalizado el Bachillerato en la Escuela Internacional de Ginebra, y que acaba de cumplir la mayoría de edad. Una doble celebración a la que se suma estos días el 58 cumpleaños de la infanta.
La historia de este exquisito hotel, situado en el número 33 del Quai de Bergues, entre los puentes Mont-Blanc y Des Bergues, comienza en 1834. En la que fuera la mansión del rico financiero alemán Hans Kleberger, el arquitecto suizo François-Ulrich Vaucher ideó un hogar para alojar en sus ostentosas suites a la realeza que pasaba por Ginebra, como así ha sido en los últimos dos siglos.
Una ruta en coche desde Ginebra enlazando los pueblos más bonitos
En el libro de oro de Les Bergues, como se lo conoce popularmente, se puede encontrar la firma de numerosos miembros de familias reales de Europa, desde la Reina Victoria Eugenia, que era huésped habitual y vivió su exilio en Lausana, al príncipe Felipe de Edimburgo, consorte de la Reina de Inglaterra y primo de doña Sofía.
Emblema de la hostelería suiza, este palacio neoclásico de la cadena Four Seasons es el preferido por los viajeros más exquistos del mundo, que se alojan en sus elegantes suites diseñadas por Pierre-Yves Rochon, disfrutan de relajados momentos en el spa de la azotea y, además, de la gastronomía italiana de su restaurante Il Lago, galardonado con una estrella Michelin.
Los hoteles favoritos de Alfonso XIII, donde sentirte como un rey
A la altura de sus huéspedes, las elegantes habitaciones de Les Bergues, con obras de arte, muebles clásicos, techos altos y grandes ventanales que tienen vistas al lago de Ginebra, a la ciudad o al jardín. Son suites de más de 30 metros cuadrados donde es fácil sentirse como un rey o una reina, especialmente en la Royal Suite, de estilo Versalles.
Junto a las especialidades italianas del menú del restaurante Il Lago que propone el chef Massimiliano Sena "hecho de amor, respeto y exaltación de la materia prima", que se degusta acompañado de vinos italianos, franceses y suizos excepcionales, en Les Bergues también se puede saborear la innovadora cocina nikkei de fusión japonesa en Izumi, un moderno oasis de la azotea desde el que se contempla la ciudad o el lago.
El Spa Mont Blanc es un templo de belleza y relajación en donde todo gira en torno al cuidado y sanación de nuestro cuerpo. Rituales que van desde masajes faciales o corporales a programas revolucionarios para el cuidado de la piel con los tratamientos personalizados más avanzados que existen o programas de desintoxicación del cuerpo, adelgazamiento, mejora del sueño o antienvejecimiento. Para los que viajan en familia también cuenta con tratamientos especialmente pensados para niños de entre 6 y 11 años o para adolescentes de entre 12 y 17.
Hay que disfrutar de la zona de aguas, el hamman de mármol, la sala de vapor o el fitness center, y para ir más allá un entrenador personal del spa acompaña a quienes lo soliciten a dar un paseo revitalizante por el entorno natural de la ciudad.
De la exclusividad de este hotel ginebrino también da muestra que cada año sus elegantes salones acojan la gran subasta de joyas de Christie’s, donde bajo sus frescos han salido a la venta algunas de las piezas más fabulosas de las reinas María Cristina y Victoria Eugenia. Una conexión que lo vincula aún más a la familia Borbón.