Es feliz en su mansión de New Canaan, una tranquila localidad en el estado norteamericano de Connecticut, donde vive alejado del bullicio de la Gran Manzana, entre caballos, huertos y un idílico lago privado. Y también lo es en España, sobre todo en Galicia, la tierra de su mujer Alejandra Silva, pero Richard Gere ha encontrado un último remanso de paz en la costa pacífica de México, donde cada vez pasa más tiempo. La razón tiene nombre propio: Xala, y es un complejo residencial sostenible de lujo que abrirá sus puertas en 2024 en la Costalegre de Jalisco, a unos 100 kilómetros de Puerto Vallarta.
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Este ‘anti-resort’, como dicen sus creadores, es un lugar respetuoso con la flora, la fauna y, sobre todo, con la comunidad local, para la que se ha puesto en marcha diferentes proyectos sociales. El paraíso del matrimonio Gere se extiende a lo largo de 1200 hectáreas y cuenta con ocho kilómetros de playas de arena blanca en las que desovan las tortugas, dos extraordinarios esteros de agua dulce protegidos por la Unesco y una plantación de mangos de 180 hectáreas.
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En Xala hay modernas residencias, tres hoteles boutiques de menos de 150 habitaciones, clubs de playa y cero campos de golf. Y ha sido la misma Alejandra Gere quien lo ha dado a conocer en sus redes sociales, un gran proyecto que “llevamos en sus cabezas y corazones desde hace ya 6 años, un proyecto mágico del cual tanto mi marido como yo estamos muy orgullosos”, dice. Y añade: “Xala es magia. Los mangos, el agua, la comunidad, todo. Es increíble. No es un resort de lujo. Es un santuario, un santuario del corazón, un santuario del cuerpo, de la mente”.
La historia de Xala empezó hace 15 años y su propuesta de estilo de vida tiene que ver con volver a lo esencial. El reto era desarrollar este rincón mexicano con un potencial enorme, mejorando la naturaleza e integrándolo con las comunidades locales, “dejemos que la naturaleza nos diga qué hacer”, dice el actor estadounidense y uno de sus fundadores. Y añade: “Si hacemos que las cosas funcionen aquí de una manera muy especial, una manera visionaria, una manera inclusiva, esto podría funcionar en lugares más grandes alrededor del planeta”.
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Hay 3 elementos que han inspirado este lugar al que no llaman resort, sino comunidad: el ser humano, la fauna y la flora. El lujo aquí es la experiencia, poder estar descalzo, vivir el espacio de la manera más sencilla, volver a lo básico, pero acompañado de diversos objetos que te van a contar una historia de gente de la comunidad, donde hay arquitectos, diseñadores, pero también pescadores, artesanos…, porque todos tienen algo que decir. Un sueño de inclusión, de creatividad y de entre todos lograr algo mejor. Porque detrás de Xala está la agricultura, los proyectos comunitarios, la restauración mediambiental de océanos, esteros y manglares.
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