Son muchos los atractivos que nos invitan a emprender un viaje por este pequeño rincón de la comarca de Las Merindades, a unos 20 kilómetros en línea recta de la costa cántabra. El valle de Mena forma un profundo cuenco natural hundido entre poderosas crestas montañosas. La configuración orográfica de la zona ya fue vista, incluso desde época romana, como un corredor natural por el que transitan quienes viajan desde la costa hacia el interior de la meseta.
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De los romanos quedan los hermosos restos, casi escondidos y secretos de la Calzada de Mena, en los alrededores de la localidad de Irús, una de las mejor conservadas de toda la provincia de Burgos. Para disfrutar de ella hay que dirigirse a la iglesia de este pueblo y buscar el camino que, justo por detrás, comunica esta población con la de Arceo, a unos escasos 5 km. No hace falta caminar mucho para descubrir que bajo el polvo de este sencillo camino vecinal lo que se oculta es, en realidad, el empedrado desgastado, pero firme y sólido, de una calzada romana por la que transitó la historia, hasta que la carretera vino a dejarla en el baúl de los rincones olvidados.
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ROMÁNICO BURGALÉS
Mucho más a mano y a la vista están las joyas que más deslumbran: las iglesias románicas de Santa María, en Siones, y San Lorenzo, en Vallejo. Muy cercanas entre sí, comparten el encanto de unas hechuras que las hacen destacar como dos de los edificios más singulares del románico burgalés.
En San Lorenzo destaca la enigmática galería de arcos abierta sobre la portada sur que se relaciona con el paso de peregrinos hacia Santiago por este ramal secundario del Camino del Norte. La puerta septentrional de este templo recibe el nombre de Puerta del Perdón porque, como sucede en otros pocos templos del camino hacia Santiago, quien llegaba a través de ella y acosado por la enfermedad veía imposible continuar la peregrinación recibía aquí el privilegio de ganar el jubileo.
Muy cerca, a 1 km de Siones, el tímpano románico que luce su pequeña iglesia muestra la insólita representación de Jesús con la cruz a cuestas rodeado de soldados, mientras en la orla exterior se ha tallado el sepulcro vacío, guardianes dormidos, un ángel y las tres Marías. Dos sencillas escenografías llenas de emoción y expresividad.
LAS CASCADAS DEL VALLE, UN PARAÍSO DE FRESCOR
También muy cerca, pero en dirección opuesta, el Valle de Mena alberga otro de los rincones que merecen atención: el nacimiento del Cadagua, uno de los afluentes más importantes del río Nervión. Este río, con cerca de 70 kilómetros de recorrido, brota de forma estruendosa por las bravas en un despeñadero umbrío. El paseo, que conviene dejar para cuando la época de lluvias hayan recargado los acuíferos, se inicia en el camino que parte por detrás de la iglesia. La visita a este nacedero puede ser también una buena oportunidad para recorrer un pequeño tramo del sendero GR-85 que atraviesa el valle .
Impresiona la cascada de Peñaladros, también en este valle burgalés y una de las más bonitas de la provincia. El río San Miguel se desploma a 30 metros de altura rodeado de una increíble vegetación para acabar en un pozo de aguas esmeralda. Para llegar a ella hay que ir a la localidad de Cozuela, el paseo hasta la cascada, de unos 500 metros, está bien indicado.
SANTUARIO DE CANTONAD
A 8 km de Villasana de Mena, capital del valle, hay que visitar el lugar donde se rinde culto a la patrona de todo el valle, el santuario de Cantonad. Y si la frecuente nubosidad no lo impide, gozar de unas espléndidas panorámicas. Con la ayuda de un mapa es posible identificar algunos de los lugares más significativos de este rincón burgalés.
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MUY PRÁCTICO
¿Cómo llegar?
El valle de Mena se encuentra al norte de la provincia de Burgos. Su capital, Villasana de Mena, está a 111 km de Burgos y 42 km de Castro Urdiales, ya en la costa cántabra.
¿Cuál es la mejor época para visitar el valle de Mena?
Si se quiere explorar el curso del Cadagua o disfrutar de la cascada de Peñaladros es mejor esperar a la época de lluvias y hacer la visita en primavera. El otoño, con sus múltiples colores, tampoco es mala opción.
¿Dónde dormir?
En Villasana de Mena, Don Pablo (grupodonpablo.com), moderno y bien situado para recorrer el valle. A 15 kilómetros de esta localidad, en Balmaseda, el Convento San Roque (hotelsanroque.es), ubicado en el edificio del antiguo monasterio de Santa Clara fundado en 1666. Las estancias corresponden a las antiguas celdas, todas ellas exteriores.
¿Y para comer?
Vanguardia y tradición se unen en el restaurante del Convento San Roque, especializado en cocina vasca tradicional y carnes a la brasa. También recomendable el restaurante del hotel Don Pablo, un mesón castellano con amplia barra de pinchos y cazuelas y variada oferta de productos de la tierra.