No sólo es el artista más influyente de la música latina, sino que, además, sus temas se han erigido en los más reproducidos del mundo. Hablamos de Bad Bunny, el músico que ha roto todos los esquemas con su estilo irreverente, el abanderado de las nuevas generaciones de trap y reggaetón, el titán absoluto del género urbano.
Benito Antonio Martínez Ocasio (así es su verdadero nombre) es el último gran orgullo de Puerto Rico, un país que ha dado al planeta estrellas de la talla de Ricky Martin, Jennifer López, Luis Fonsi, Chayanne o Benicio del Toro. Un amor que el propio Bad Bunny devuelve a su tierra convirtiéndola en parte de sus canciones.
La llamada Isla del Encanto se cuela por sus letras ingeniosas, pegadizas y mucho más profundas de lo que podrían parecer. Incluso su éxito Desde el Corazón es literalmente una carta de amor boricua en la que deja claro que nada le hará olvidar sus orígenes: “Empezamos de abajo / Ahora somos ricos / Pero nunca olvido de donde salí / Y donde fue que mi primer tema escribí”.
LAS CIUDADES Y LOS PUEBLOS
Entender el fenómeno de Bad Bunny pasa por descubrir las maravillas de esta isla alargada y frondosa, alegre y colorida, despreocupada y bailonga. Empezando por la capital, San Juan, que son dos ciudades en una. La moderna y cosmopolita de Condado y Santurce (donde confluyen los restaurantes, hoteles, casinos, tiendas…) y la del Viejo San Juan, el casco antiguo, con la que se puede dar un paseo por 500 años de historia. Es éste uno de los conjuntos monumentales más impresionantes del Nuevo Mundo con sus pintorescas iglesias, sus fortalezas perfectamente conservadas y sus encantadoras fachadas coloniales.
Pero también hay que descubrir otros pueblos donde Puerto Rico exhibe su corazón latino. Especialmente Ponce, considerada la capital musical del país. Una bonita ciudad de arquitectura modernista, que es la meca de géneros como la salsa, la plena y la danza puertorriqueña, que se escucha todos los domingos en la Plaza de las Delicias desde hace la friolera de 140 años.
Y, por supuesto, hay que descubrir Vega Baja, la ciudad que vio nacer a Bud Bunny y a la que se conoce por el Melao Melao, un tipo de jarabe de caña de azúcar al que se honra en los eventos locales. En este rincón de la costa norte encontramos, además, fértiles llanuras, rica historia y hermosas playas.
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DESLUMBRANTE NATURALEZA
Más allá de los entramados urbanos, es en la naturaleza donde la antigua Borinquén muestra su rostro más hermoso. En el bosque pluvioso de El Yunque, que fue nominado como una de las 7 Nuevas Maravillas del Mundo Natural por su apabullante vegetación y por sus curiosos especímenes de fauna, como la diminuta rana coquí.
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También en las Cavernas de Camuy, uno de los sistemas subterráneos más grandes del mundo con 17 kilómetros de cañones, valles, sumideros y cuevas que conforman un paisaje surrealista. Y en las lagunas bioluminiscentes, de las que Puerto Rico atesora tres de las cinco que existen en el planeta: Laguna Grande, en Fajardo, Bahía Mosquitos, en Vieques, y la Parguera (en la imagen), en Lajas.
Nada como explorarlas en kayak para maravillarse con el resplandor verdeazulado que emana del agua cuando es de noche, dejando tras de sí un rastro mágico de miles de estrellas. Un efecto que se debe a la alta concentración de un organismo microscópico unicelular llamado dinoflagelado.
PLAYAS IDÍLICAS
Claro, son el gran tesoro del Puerto Rico de Bad Bunny, quien a menudo las menciona en sus canciones. Y es que el maravilloso litoral de esta isla abrazada por el Atlántico en el norte y por el Caribe en el Sur, esconde playas de arena blanca y aguas cristalinas abanicadas por los cocoteros.
Hay para dar y tomar, especialmente en Porta del Sol, en la costa oeste, donde además de Buyé, La Playuela, y Boquerón, se esconden otras especialmente indicadas para el surf: Jobos, Shacks, Domes...
En el este no hay que perderse Luquillo o Seven Seas ni mucho menos (sería un pecado) las fabulosas islas de Vieques (en la imagen) y Culebra, con sus indescriptibles fondos coralinos. Son lo más parecido a ese paraíso cantado por la gran estrella puertorriqueña: “Y yo me quedo en Puerto Rico aunque venga María / En el calentón, esto nunca se enfría”.