Desperezarse, hacerse la remolona, darse la vuelta en la cama y enredarse en las sábanas…, o levantarse de un salto y arrancarse el pijama por una buenísima razón: disfrutar del desayuno. Y es que los mejores alojamientos ya no solo se miden por la calidad de sus servicios o por el confort que ofrecen sus habitaciones.El momento del desayuno se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de nuestros viajes y escapadas y una de las razones para repetir (o no) alojamiento. Pero a la hora de valorar un buen desayuno no solamente cuenta la variedad y la calidad de sus productos, sino el que el alojamiento en cuestión ofrezca un lugar especial en el que apetezca desayunar una y otra vez. Puede ser un espacio rodeado de naturaleza o una habitación con vistas al mar, pero dónde desayunamos es tan importante como el propio desayuno.
En Paradores desayunar es siempre un placer. Los completos y variados desayunos buffet, seña de identidad de la cadena hotelera, constituyen uno de los servicios mejor valorados por los clientes. ¿Los motivos? Se trata de una propuesta sugerente y diferenciadora que, además, cuenta con características únicas en cada uno de los alojamientos y que se adapta en función de las alergias o intolerancias del cliente –si es que hubiese–. Por todo ello, en los desayunos de Paradores nunca puede faltar café de la mejor calidad, infusiones, zumo natural recién exprimido, así como una gran variedad de frutas de temporada. Destacan sus tostadas –con tomate, hummus o crema de aguacate– y una cuidada selección de embutidos y quesos tradicionales, repostería local o platos calientes regionales, entre otras muchas opciones.
Así que para empezar el día con un homenaje gourmety algunos de los paisajes más idílicos como escenarios de fondo, en la redacción de ¡HOLA! hemos seleccionado cinco Paradores en los que bien merece la pena un desayuno. Toma nota.
La Gomera
¿Se te ocurre algo mejor que desayunar en la terraza de tu habitación con el Teide y la isla de Tenerife en el horizonte? El Parador de La Gomera ofrece unas vistas espectaculares, y lo mejor es que las puedes disfrutar desde la comodidad de tu habitación. De arquitectura isleña, su interior está decorado con elementos de la época colombina, cuando los navíos partían de La Gomera hacia las Américas. Además, cuenta con un exuberante jardín con especies subtropicales y una piscina que está abierta durante todo el año.
Vielha
Si lo que buscas es un lugar en el que despertarte con el canto de los pájaros y con unas vistas tan espectaculares como las del Valle de Arán, el Parador de Vielha es tu sitio. Rodeado de montañas y naturaleza, se encuentra en lo alto de un cerro a la entrada de Vielha, por lo que las vistas y la tranquilidad que puedes encontrar son inigualables.
Baiona
Amanecer frente a una bahía que se abre al Atlántico, con las islas Cíes al fondo; escuchar y oler el mar desde la cama y desde la terraza mientras desayunas tranquilamente… Se nos ocurren muchas cosas por las que merece la pena vivir, pero, sin lugar a dudas, esta es una de ellas. El Parador de Baiona se encuentra en la península de Monterreal, en una fortaleza medieval con murallas almenadas de entre los siglos XI y XVII. Con su ambiente elegante y señorial, en este Parador encontrarás un rincón alejado y tranquilo desde donde podrás disfrutar de unas espectaculares puestas de sol sobre la ría. Sus jardines amurallados son, además, el mirador perfecto al océano.
Málaga Gibralfaro
¿Existe algún plan más apetecible que desayunar sobre el monte Gibralfaro, con vistas a la bahía, a la ciudad y al puerto de Málaga? Probablemente, no. O quizá sí: tomarte un café en un paraje privilegiado y tranquilo mientras escuchas los pájaros del pinar que rodea el alojamiento. El Parador de Málaga Gibralfaro está situado junto al castillo del que toma su nombre, frente a la Alcazaba, y cuenta con una panorámica espectacular del Mediterráneo. Es el lugar ideal tanto para visitar la ciudad como para aprovechar los senderos que parten desde allí.
Segovia
Empezar el día con las mejores vistas sobre Segovia, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, es un auténtico privilegio. El Parador de Segovia te ofrece esto y mucho más: un espacio cálido y acogedor en el que disfrutar de la tranquilidad, las mejores y más cuidadas instalaciones y tomarte un zumo de naranja mientras divisas la catedral y el alcázar.