JARDINES DE KENSINGTON
La que fuera residencia oficial en Londres de los príncipes de Gales, antes de la princesa Diana y el lugar de nacimiento de la reina Victoria, está rodeada de un espléndido parque que, junto a Hyde Park, Green Park y St James’s Park, forman un corredor verde en el mismo centro de Londres, entre Kensington y Westminster. Después de visitar el palacio, en sus jardines hay que prestar atención al Memorial de la Princesa Diana, la estatua de bronce dedicada a Peter Pan y acabar tomando el té en el restaurante Pavillion, ubicado en el antiguo invernadero.
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HYDE PARK
El parque más grande de Londres, con 140 hectáreas, es un lugar estrechamente vinculado a la monarquía británica. Perteneció en su origen a la Abadía de Westminster y fue el rey Enrique VIII el que lo convirtió en un coto de caza para su disfrute. El que fuera sede de la Gran Exposición de 1851, es hoy el gran pulmón de la ciudad donde londinenses y turistas montan en bici, pasean, hacen deporte, alquilan una barca de remos para navegar en su lago o una tumbona, asisten a conciertos y, si coincide, también escuchan los cañonazos con motivo de alguna celebración real. En memoria de la princesa Diana de Gales, se construyó en él, la fuente Diana Memorial Fountain.
GREEN PARK
Junto al palacio de Buckingham, entre Hyde Park y St James’s Park, encontramos este espacio verde de 19 hectáreas con grandes avenidas de plátanos donde tomarse un respiro bajo sus árboles en medio de la ciudad o esperar a que empiece el cambio de guardia. En origen era un lugar pantanoso a las afueras de Londres que servía de lugar de enterramiento, luego fue terreno de caza para Enrique VIII hasta que, en el siglo XVII, Carlos II decidió convertirlo en parque real.
ST JAMES’S PARK
En el parque real más antiguo de la capital londinense todo gira en torno a su gran lago con dos islas, donde se ven patos, ocas y hasta pelícanos, que el rey Carlos II recibió como regalo. Su historia también está vinculada al monarca Enrique VIII, aunque fue al primero quien le dio ese aire francés y lo abrió al público. Desde el puente que cruza el lago se admira una bonita vista del palacio de Buckingham, que queda al lado, y también del London Eye.
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REGENT’S PARK
Los jardines de la Reina Mary, un lago de 9 hectáreas en el que se puede remar, un teatro al aire libre que en verano ofrece representaciones teatrales, una mezquita, campos de deporte, preciosas villas neoclásicas, la residencia de un embajador y hasta el zoológico más antiguo del mundo se reparten por este oasis verde al norte de la ciudad que tiempo atrás era uno más de los cotos de caza del Enrique VIII. Siglos después sería el Príncipe Regente (futuro Jorge IV) quien lo mandó embellecer de la mano del arquitecto John Nash y le dio nombre.
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RICHMOND PARK
¿Qué distingue a Richmond Park del resto de los parques reales? Muchas, pero la más singular, es que es una reserva nacional donde se ven ciervos en libertad. Además de fauna, también hay que asomarse al mirador King Henry’s Mound, en el que, según la leyenda, el rey Enrique VIII esperó la decapitación de su esposa Anna Bolena. Admirar sus villas históricas y sus originales puertas conocidas como The Way.
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