Calcata, el resurgir de un pueblo medieval (Italia)
A 50 kilómetros de Roma el pequeño pueblo de Calcata, en la provincia italiana de Viterbo, exhibe sus casas de piedra suspendidas casi de manera imposible sobre la pared de un promontorio de roca volcánica. Su impresionante localización ha supuesto un renacer a esta villa medieval que en las últimas décadas se ha ido llenando de vida gracias a artesanos y artistas que se han instalado en ella abriendo centros de exposiciones y galerías, y a locales de restauración que reciben a los visitantes con los brazos abiertos. La naturaleza que lo enmarca también tiene mucho que ver en este resurgir.
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Poris de Candelaria, escondido en una cueva (La Palma)
Este pequeño conjunto de casas de pescadores -hoy segundas residencias de veraneo- se encuentra escondido en el interior de una gruta natural de más de 50 metros de alto, en el municipio de Tirajafe. Todas pintadas en blanco, y con ventanas azules y amarillas, el conjunto forma la postal perfecta en contraste con el azul del mar, al que los jóvenes se lanzan desde las rocas durante el verano como si de una piscina se tratase. Para llegar a Poris de Candelaria se hace o bien en barca o por un sendero junto al acantilado.
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Un oasis en mitad del desierto (Perú)
El oasis de Huacahina, formado por una laguna en medio del inmenso desierto, es conocido como el ‘Oasis de América’. Un lugar increíble situado a 300 kilómetros al sur de Lima en la región de Ica. Su paisaje de inmensas dunas rodeadas de palmeras y eucaliptos y las aguas verde esmeralda de la laguna han hecho que el diario The Telegraph lo incluyera hace unos años entre los destinos más impresionantes del mundo para viajar. Hay varias opciones para alojarse y los visitantes van a practicar deportes de aventura como sandboard.
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El equilibrio perfecto de Bonifacio (Córcega)
En el extremo sur de la isla de Córcega, Bonifacio es un pintoresco pueblo sobre un capricho rocoso esculpido por el viento y el mar. Asomado a majestuosos cortados de roca, su situación sorprende por las casas colgadas en equilibro sobre el borde del acantilado y por la belleza del entorno. En la zona puedes practicar buceo, visitar las fortificaciones y degustar algunas especialidades corsas en restaurantes con vistas al mar.
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Setenil de las Bodegas, un cielo de pura roca (Cádiz)
Uno de los pueblos más curiosos y deslumbrantes de la sierra de Cádiz con sus casas agazapadas bajo imponentes moles de roca. Entre las sorpresas que esperan al visitante: un conjunto de casas-cueva, varios miradores excepcionales, paseos junto al río, calles llenas de 'barecitos' donde tomar algo y reposar, la torre del Homenaje o los restos de la muralla. Cerca se encuentra el teatro romano de Acinipo, uno de los mejor conservados de la Hispania romana, un plus para la escapada.
El pueblo más alto del mundo: La Rinconada (Perú)
Algo más de 5.000 metros de altura tieien que soportar (y no es fácil) aquellos que se deciden a visitar esta localidad, la de mayor altitud del planeta, ubicada en la provincia de San Antonio de Putina. Allí las condiciones de vida no son fáciles: inviernos de frío extremo, sin sistema de alcantarillado ni recogida de residuos o recursos sanitarios. En este caso su excepcional ubicación no se ha convertido en ventaja.
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Castellfollit de la Roca, al borde del abismo (Girona)
Muy semejante a Calcata, este pequeño pueblo de La Garrotxa se alza sobre un risco basáltico como una flecha de casi un kilómetro que se adentra en un mar vegetal. Todas las calles de la localdiad se dirigen a la plaza donde se encuentra la iglesia de San Salvador, justo en el extremo del risco, para asomarse a su mejor mirador. De nuevo el entorno juega un papel importante: Castellfollit es puerta de entrada al Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, donde emprender numerosas excursiones.
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Nördlingen, el pueblo alemán dentro de un cráter
Si hay un pueblo con una ubicación curiosa es la de esta localidad de Baviera, al sur de Alemania, construida dentro de un cráter que se formó hace millones de años tras la caída de un meteorito. 25 kilómetros de diámetro tenía y es lo que tiene ahora el centro de la localidad perteneciente a la llamada Ruta Romántica Alemana.
Islas flotantes de los Uros en el lago Titicaca (Perú)
Estas islas artificiales que flotan sobre el lago dan cobijo al pueblo ancestral de los Uros. Unos islotes amarillentos sobre los que construyen sus casas con unos juncos que crecen en el agua de este lago, el de mayor altitud del mundo navegable. Aquí las familias subsisten gracias a la caza y la pesca y en las últimas décadas han sumado un nuevo modo de subsistencia: la venta de artesanía a los turistas que los visitan.
Aogashima, dentro del volcán (Japón)
Esta isla volcánica en mitad del océano Pacífico, a 400 kilómetros frente a Tokio, es la más remota del archipiélago de Izu. Toda ella es un cráter volcánico dentro del cual se encuentran las casitas de sus habitantes. Un lugar poco frecuentado por los turistas (para llegar hasta ella se hace a través de otra a 70 kilómetros más al norte, Hachijojima, que cuenta con aeropuerto o por mar desde Tokio) que sin embargo es un curioso paraíso natural con escarpados acantilados, rutas para recorrer a pie y miradores donde observar un increíble cielo estrellado.
Bourtange, un pueblo en forma de estrella (Países Bajos)
No es que esté en sitio insólito, es que lo insólito de este pueblo, situado junto a la frontera con Alemania, es el que ha sido construido en forma de estrella, además de tener un entorno natural privilegiado. El motivo para esta curiosa construcción es que fue utilizado como fortaleza defensiva en el siglo SVI, con cinco bastiones colocados en sus ángulos y una muralla en todo su perímetro. Hoy, lejos de los tiempos de guerra, este conjunto de ambiente medieval atrae a los turistas por sus canales, museos, restaurantes y buenos alojamientos.
Colores sobre la roca en Riomaggiore (Italia)
De los bellos pueblos de la comarca conocida como Cinque Terre el de Riomaggiore destaca con sus casas de colores frente al acantilado y su diminuto puerto pesquero. Para recorrerlo hay que tener buenas piernas y ascender por el laberinto de callejuelas empedraras hacia los miradores de la parte alta. La visita es obligada junto al resto de pueblos de Cinque Terre, frente al Mediterráneo y escalonados en terrazas: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola.