BUENOS AIRES
'A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: la juzgo tan eterna como el agua y como el aire'. Lo dijo Borges, con su escritura prominente, a propósito de la ciudad que mejor ha alimentado -e inspirado- el talento literario. Buenos Aires es una ciudad de libro porque sus historias se adhieren a la piel. Y también porque es la ciudad con mayor cantidad de librerías per cápita del mundo. Pasear por la capital argentina es empaparse de la angustia de Ernesto Sábato, contagiarse del lirismo de Roberto Alt o revivir una y otra vez las andanzas porteñas de Cortázar, por libre y sin un orden estricto como en su novela Rayuela.
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EDIMBURGO
No sólo cuenta con un Museo de los Escritores y está jalonada de paseos que remiten a escenas de famosos relatos. Es que, además, es una auténtica potencia literaria con una inmensa nómina de figuras ilustres: desde los piratas de Robert Louis Stevenson a los héroes de Walter Scott, pasando por las intrigas de Conan Doyle y los brujos de Harry Potter, sólo por citar unos cuantos. Por todo ello y por mucho más, la capital escocesa fue la primera Ciudad de la Literatura encumbrada por la Unesco en el año 2004. Y por si fuera poco todo esto, es la que acoge el mayor Festival Internacional del Libro, por el que desfilan cerca de mil autores cada temporada.
GRANADA
Fue el primer lugar en lengua española en obtener la designación de Ciudad de la Literatura promovida por la Unesco. Algo que nada extraña si tenemos en cuenta el tejido artístico y literario que gasta esta joya de perfil moruno inmersa bajo el marco blanco de Sierra Nevada. A la ciudad nazarí le sienta de perlas la poesía, que brota como en los manantiales por las callejuelas del Albaicín o bajo la magnificencia de la Alhambra en el crepúsculo. A todo ello cantó Federico García Lorca, dejando para la posteridad la más bella declaración de amor a su ciudad natal. El Centro Federico García Lorca, para la conservación y difusión de la obra del autor, abre sus puertas en esta ciduad. Tampoco hay que olvidar a Washington Irving y sus célebres Cuentos de la Alhambra que alcanzaron fama mundial.
PRAGA
Con una de las escenas culturales más vibrantes del Viejo Continente, la capital checa ocupa en la literatura un destacado puesto de honor. Por algo atesora un gran número de escritores que han vertido en sus páginas la belleza inagotable de esta ciudad centroeuropea. Entre ellos, Franz Kafka, Max Bod, Rainer Maria Rilke, Milan Kundera… El espíritu literario de Praga asalta cuando uno recorre sus calles, visita su castillo de cuento o se confunde con la multitud sobre uno de los puentes más cautivadores del mundo. O cuando se la contempla a la luz de los faroles amarillos, con decenas de agujas que apuntan al cielo y una atmósfera lúgubre y melancólica.
MONTEVIDEO
Recostada sobre el Río de la Plata, esta ciudad que destila nostalgia como la letra de un tango tiene el alma transitada de lecturas. Sus cafés, sus boliches, sus milongas al atardecer… y hasta sus pasiones futboleras remiten a una sabia literatura trenzada por las manos de Horacio Quiroga, Juan Carlos Onetti, Eduardo Galeano… y una interminable lista presidida por el genio de Mario Benedetti. El autor de La Tregua, discreto y taciturno como su propia ciudad, convirtió como nadie en poesía a la capital uruguaya. Y lo hizo retratando la monotonía de la vida y la gente común, elevando a la categoría de los héroes a personajes anónimos, discretos y taciturnos, que llegan puntuales a la oficina.
DUBLÍN
Oscar Wilde, Bram Stoker, WB Yeats, Samuel Beckett, Jonathan Swift…Y, claro, James Joyce con su obra maestra, Ulises, cuyo protagonista Leopold Bloom traspasó las páginas del libro para salir a las calles de esta ciudad cada 16 de junio. Es cuando se celebra el Bloomsday, una fiesta cargada de actos que transcurren en paralelo a la trama y a la que acuden gentes de todo el mundo para seguir las localizaciones de esta novela universal. En Dublín se respira literatura hasta en sus míticos pubs donde muchos escritores (algunos, incluso, premios Nobel) han hallado su inspiración. El legado de muchos de ellos lo encontramos en la Long Room del prestigioso Trinity College.
LISBOA
No podíamos dejar de incluir a esta ciudad que es, en sí misma, literatura. Por su aura melancólica, por el fado que ambienta sus noches, por los versos que se quedan suspendidos del traqueteo del tranvía. Pero, sobre todo, por la huella de Fernando Pessoa, omnipresente en cada vuelta de la esquina. Pocos autores sintetizan el alma de una ciudad como lo hace este autor eterno con la capital portuguesa, a la que cantó y retrató en su magnífica obra. Como si no se hubiera ido, el poeta aún aguarda al visitante sentado en la terraza del café A Brasileira o en su casa natal reconvertida en museo o en las callejuelas estrechas que fueron testigo de sus pasos.
ESTAMBUL
Puede que la pasión turca sea también la pasión literaria, de la que dan fe numerosos escritores que se han dejado cautivar por la belleza de Estambul. Entre ellos, el Nobel turco Orhan Pamuk y el menos conocido Emine Sevgi Özdamar. Además, la ciudad ha sido un buen caldo de cultivo para las novelas de suspense, alentando clásicos tan imprescindibles como El tren de Estambul, de Graham Greene, o el Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie. Y es que, ¿hay quien pueda resistirse a las agujas de las mezquitas recortadas sobre el horizonte rojizo, a ese mundo exótico de alfombras, pistachos y narguiles o a la magia del Bósforo cuando amanece?