El lago arcoíris de los Dolomitas y otros lugares insólitos de colorines

LAGO MCDONALD, EEUU

Sus 16 kilómetros de largo y 1,6 de ancho hacen de este lago el más grande del Parque Nacional de los Glaciares, en el estado de Montana. Rodeado de montañas, en sus frías y cristalinas aguas no crecen ni el plancton ni las algas, pero si se admiran millones de guijarros de colores en el fondo que se fueron depositando en él cuando los glaciares lo fueron conformando. En torno al lago discurren las rutas senderistas más populares del parque nacional.

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MONTAÑAS ARCOIRIS DE VINICUNCA, PERÚ

Perdida en un pliegue de los Andes, a más de 5000 metros de altitud, se oculta esta montaña que, gracias a los minerales que guarda en sus entrañas, aparece pintada de vibrantes colores. Durante siglos estuvo escondida bajo un glaciar y es la última maravilla del país del Machu Picchu. Para contemplar este fenómeno de la naturaleza hay que madrugar. Se llega en una excursión que parte de Cuzco con ida y vuelta en el día. Son muchas las agencias de la ciudad que organizan la visita, el trayecto dura unas cuatro horas, con lo que hay que estar medianamente en forma y salvar el soroche o mal de altura.

LAGO DI CARREZZA, ITALIA

Ese es su nombre oficial, que proviene de las plantas Caricaceae que lo rodean, pero a este lago esmeralda de Val d’Ega, en la provincia de Bolzano, el más bonito de las montañas Dolomitas, todo el mundo lo conoce como el lago arcoíris por la leyenda local que lo envuelve. Alimentado por manantiales subterráneos, cuentan que en sus profundidades habitaba una tímida ninfa que solo salía de la superficie cuando se encontraba en soledad. Un día el hechicero Masarè la escuchó cantar y se enamoró perdidamente de ella. Pero para conquistarla una sabia bruja le aconsejó que se disfrazara de vendedor de joyas y extendiera un arcoíris de la montaña Latemar al lago para que la curiosidad de la ninfa le hiciera salir a contemplarlo. Así lo hizo, pero olvidó disfrazarse y cuando ella lo vio se sumergió para siempre en el lago. Enfurecido, arrojó las joyas al lago, las mismas que todavía hoy reflejan los siete colores del arcoíris. La belleza de sus aguas se admira desde los miradores que bordean el camino entre abetos que rodea este lago del norte de Italia.

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MONTAÑAS DE COLORES DE ZHANGYE DANXIA, CHINA

La erosión de las capas de roca sedimentaria de las montañas del Parque Geológico de Zhangye, en la provincia china de Gansu, ha creado un escarpado paisaje surrealista de barrancos, valles, cascadas y otras múltiples formaciones geológicas con la mayor concentración natural de pigmentos de diferentes colores en la piedra de todo el mundo. Un libro de geología para entender los movimientos y la dinámica de la Tierra a lo largo de las diferentes eras que la Unesco incluye en su lista del Patrimonio de la Humanidad.

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CASCADA RAINBOW, HAWAII

Las aguas del río Wailuku es el más largo del archipiélago de Hawaii y manan a borbotones en una cueva natural formada por la lava de una antigua erupción volcánica y que, según la leyenda, es el hogar de Hina, una antigua diosa hawaiana. Desde 24 metros de altura se desploman con fuerza en un estanque en medio de una selva próxima a la ciudad de Hilo, capital del condado de Hawaii. Los destellos de colores que se crean en las primeras horas del día han dado nombre a la cascada.

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LA TIERRA DE LOS SIETE COLORES, ISLA MAURICIO

En la costa suroeste de este país insular del Índico, frente a Madagascar, se encuentra un paisaje natural insólito y de lo más colorido. En las proximidades del pueblo de Chamarel, la actividad erosiva del suelo de basalto y la combinación de sus minerales con la lluvia ha dado origen a unas singulares dunas pintadas de marrón, rojo, violeta, verde, azul, morado y amarillo que no parecen de este mundo. Un mirador permite asomarse a ellas y, disfrutar, mejor a la hora de ponerse el sol, de este insólito paraje.

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ARBORETO KEAHUA, HAWAII

Una caminata fácil en la isla de Kauai lleva hasta el bosque de eucaliptos multicolor del arboreto Keahua. Una singular especie arbórea que, en determinados momentos del año, pierde su corteza exterior dejando a la vista otra interior de color verde brillante que luego se oscurece y adquiere tonos azules, púrpura, naranjas o granates. El bosque es un lugar muy frecuentado por las familias para ir de pícnic, hacer senderismo, dar paseos en bicicleta de montaña, refrescarse en su arroyo, incluso recorrer un tramo del Kuilau Ridge Trail.

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