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VALLE DE IRUELAS, ÁVILA
Muy cerca de Madrid, al sur de la provincia de Ávila encontramos este espacio de sorprendente naturaleza, quizás no tan conocido como Gredos pero que ofrece un buen puñado de rutas senderistas por las que pasear, parapente, rutas en piragua, tirolinas o lugares históricos. Los municipios referencia en esta reserva natural son El Tiemblo (a 84 kilómetros desde Madrid o 44 desde Ávila), El Barraco, San Juan de la Nava o Navaluenga. Es imprescindible pasar, antes de la visita, por Las Cruceras, junto al embalse del Burguillo, ahí está la Casa del Parque donde se recoge toda la información y opciones que ofrece Iruelas (abre los fines de semana).
Valle de Iruelas, una sorprendente reserva natural en el sur de Ávila
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HOCES DEL RÍO CURUEÑO, LEÓN
En plena Montaña Central Leonesa, el río Curueño se abre paso dibujando en su camino un conjunto de magníficas y estrechas hoces que se asoman al abismo. Para conocerlas hay que acercarse a Valdepiélago, donde aparecen las llamadas hoces de Valdeteja. También buscar la cascada de Nocedo, señalizada en el camino, para luego dirigirse hacia Valdorria, en lo alto de las hoces. El paisaje es tan desconocido como espléndido.
BOSQUE DE LA HERRERÍA, MADRID
El monasterio de El Escorial es uno de los lugares más visitados de la provincia de Madrid. Pero no lo es tanto el paraje de La Herrería, uno de los espacios naturales menos conocidos de la sierra de Guadarrama, de gran belleza. Desde el bosque, la vista del monasterio es inigualable.
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Para descubrirlo hay que dirigirse a la senda asfaltada, aunque sin tránsito de vehículos, que penetra en la finca La Herrería y desemboca en la carretera M-505, poco después de dejar a la derecha una explanada habilitada como aparcamiento. Desde ahí se inicia la pista forestal donde iremos encontrando fuentes, ermitas, praderas con zonas de pícnic y multitud de plantas que perfuman el recorrido.
HOCES DEL RÍO CABRIEL, CUENCA
Entre las localidades de Villora y Enguídanos el río Cabriel ha creado un cañón de extrema belleza por el que hoy se encajona y al que llaman las Chorreras del Cabriel. Un paisaje abrumador que se encuentran dentro de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel en el que el río atraviesa las provincias de Teruel, Cuenca, Albacete y Valencia antes de desembocar en el Júcar.
Podemos acercarnos a ellas por un sendero que parte de Enguídanos y sigue el tramo del río. Al llegar, el agua de sus cascadas y pozas colo turquesa, hipnotiza. Cuando empieza el buen tiempo se permite el baño, aunque solo en determinadas áreas: chorrerasdelcabriel.es/es.
ESTRECHOS DEL RÍO EBRÓN, TERUEL
Del sendero que recurre los espectaculares cañones del río Ebrón se dice que es uno de los más bonitos de España, y lo es también por desconocido y poco transitado, como muchos rincones de la bella provincia de Teruel.
Para recorrerlo hay que viajar al sur, allí donde esta provincia aragonesa se toca con Cuenca y Valencia, entre los pueblos de El Cuervo y Tormón. El sendero es un camino bien acondicionado con puentes, pasarelas, quintamiedos… que recorre el camino de un pueblo al otro por el cauce del río. La zona más espectacular del recorrido se encuentra a una hora del inicio. Son los llamados estrechos del Cañamar, donde se camina por la pasarela casi pegada al río entre altísimas paredes de roca anaranjada que contrasta con el intenso verde de sus aguas.
PARQUE NATURAL DE DESPEÑAPERROS, JAÉN
Pocos habrá que no hayan oído hablar de Despeñaperros, quizás el desfiladero más famoso de España por ser la tradicional entrada a Andalucía desde las La Mancha por la autovía A-4. Pero este parque natural protegido es mucho más que un lugar de paso, es un tesoro de bosque mediterráneo y una de las formaciones geológicas más asombrosas de nuestro país, y eso ya no tantos lo saben.
A 10 kilómetros de la localidad jienense de La Carolina no hay que perderse una ruta por los senderos bien señalizados -el Centro de Visitantes Llanos de las Américas, junto a la localidad de Santa Elena, ofrece información de rutas en el parque-. También imprescindible la cascada de La Cimbarra (a 4 kilómetros de Aldeaquemada), un precioso salto de agua. El lince es uno de los felinos característicos de esta sierra.
DESFILADERO DE LAS XANAS, ASTURIAS
En plena sierra del Aramo, esta garganta asturiana se puede recorrer caminando por una senda increíble (y segura) tallada en la propia roca. El paseo se inicia en el área recreativa de Las Xanas, entre las localidades de Villanueva y Turón. El paisaje es estremecedor, pasando por túneles horadados en el camino, junto a los precipios y, al fondo del todo, las cascadas por las que se desploma el arroyo de las Xanas. Él es el culpable de semejante belleza.
El desfiladero de las Xanas, el paseo más bello de la primavera asturiana
LAS HOCES DEL RIAZA, SEGOVIA
El embalase de Linares es un pequeño mar interior formado por el río Riaza, que unos kilómetros más abajo ha excavado unas espectaculares hoces y desfiladeros protegidos como parque natural que son ideales para una escapada a la naturaleza más allá de las afamadas hoces del Duratón. Para acceder al Parque Natural de las Hoces del Río Riaza puede hacerse desde distintas entradas, cada una con sus atractivos: Valdevacas de Montejo, Montejo de la Vega de la Serrezuela (donde se encuentra la Casa del Parque) o el aparcamiento de Las Canteras. El río es hábitat de aves acuáticas como ánades reales, somormujos o garzas, y los farallones calizos son refugio de todo tipo de aves: buitres leonados, cernícalos, alimoches, águilas reales, azores…
CASCADA DE ÉZARO, A CORUÑA
De Ézaro o de las Xallas, ambos nombres valen para identificar este desconocido y hermoso salto de agua en la Costa da Morte, que llega, como quien no quiere la cosa, a desembocar al mar, algo poco habitual. Desde el mirador de Ézaro contemplamos el entorno desde arriba, con magníficas vistas, pero no la cascada. Para eso hay que descender al nivel del mar, aparcar el coche y, en pocos minutos, plantarnos a sus pies. Una pasarela de madera nos adentra hasta donde se despeña la cascada. También se puede sentir de cerca alquilando un kayak (kayakezaro.com).
PANTANO DE SAU, BARCELONA
Este pantano de la comarca de Osona es el destino ideal para una escapada de primavera en la que disfrutar del turismo activo. Una enorme masa de agua donde alquilar un kayak y palear hasta el campanario de Sant Romà de Sau perteneciente a una iglesia románica del siglo XI que se encuentra, desde la construcción del pantano, en el fondo de sus aguas.
En el entorno también se puede practicar senderismo, hay varias rutas señalizadas, recorridos en bici, nordic walking e incluso sobrevolarlo en globo. El Club Nàutic Vic-Sau (vicsau.com) ofrece en el pantano rutas en kayak o canoa, windsurf, esquí acuático, wakeboard, aquaslider…
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FORAU DE AIGUALLUT, HUESCA
En el grandioso paisaje del valle de Benasque, las montañas gigantes se rodean de glaciares, lagos y cascadas como la que se precipita al abismo para luego desaparecer bajo tierra en el Forau de Aiguallut. Llegar a este espectacular sumidero kárstico lleva un par de horas de camino, pero todo tiene su recompensa. Desde el aparcamiento del Hospital de Benasque parte el sendero que se adentra por el fondo del valle. Al llegar encontraremos la estrepitosa cascada tras la que desaparecen sus aguas enviándolas, subterráneamente, hasta el valle de Arán. Como en un truco de magia.
MONTE HIJEDO, CANTABRIA / BURGOS
La inmensa masa forestal del robledal del monte Hijedo, entre las provincias de Burgos y Cantabria, es uno de los bosques de robles más importantes, y poco conocidos, de España.
El Centro de Visitantes, que se encuentra junto a la localidad cántabra de Riopanero –ubicado en una torre medieval– es un buen lugar para comenzar a conocer el alto valor de este enclave natural. Desde el centro parten varias rutas que llevan hasta el corazón del bosque, muchas sencillas para hacerlas en familia.
CASCADAS DE SOTILLO, ZAMORA
Dentro del Parque Natural de Sanabria las aguas de las cascadas de Sotillo hipnotizan con su belleza. Descubrirlas nos permitirá alejarnos del siempre concurrido lago de Sanabria para conocer un espacio único, solo un poco más allá, sin tanta gente. Para llegar a ellas hay que hacer un pequeño esfuerzo, pero de esos que merecen la pena. Superar el desnivel, de unos 400 metros, entre la localidad de Sotillo de Sanabria (donde aparcaremos) y este rincón en el que se despeñan las aguas de los ríos Pingón y Cabriteño y que poco antes han unido sus caudales.
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MINA DE LA JAYONA, BADAJOZ
Hay que viajar hasta la provincia de Badajoz, allí donde casi linda con Sevilla, para conocer esta antigua explotación minera declarada Monumento Natural. Un paraje desconocido en tierras extremeñas de singular belleza.
La mina, compuesta por 11 niveles diferentes, de los que se visitan cuatro, se recorre en un trayecto sencillo –apto para cualquier edad– entre túneles y salas, corredores y galerías, por los que se descubre la historia de la mina. La visita se realiza de forma guiada (cuevasturisticas.es/mina-de-la-jayona).
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DESIERTO DE GORAFE, GRANADA
Al norte de la provincia de Granada, a unos 37 kilómetros de la localidad de Guadix, se localiza este espacio natural poco conocido de la provincia que guarda en sus entrañas nada menos que 240 dólmenes repartidos en una decena de necrópolis, la mayor concentración de túmulos prehistóricos de la península ibérica. Hay un centro de interpretación del megalitismo, un conjunto de casas-cueva y un puñado de senderos que se transitan en bici, caminando o en todoterreno. La información sobre las rutas la ofrece el parque megalítico (gorafe.es). Para alojarse, la sorprendente Casa del Desierto (thehouseinthedesert.com), perfectamente integrada en el entorno, es una experiencia única que seguro no te esperas.
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