Es cremosa por dentro y crujiente por fuera, como mandan los cánones del buen comer. Deliciosa en su sabor y perfecta en su textura. El truco, si es que lo hay, son los ingredientes con los que está elaborada: leche de oveja y vaca, nata, mantequilla, jamón ibérico y un poco de gelatina de cola de pescado. Pero la clave es el inmenso cariño que le pone su creador: el joven chef Juan Monteagudo, del restaurante Ababol, en Albacete.
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Esta croqueta que describimos es, nada más y nada menos, la mejor croqueta de jamón que existe, según sentenció hace apenas unas semanas un jurado formado por profesionales del sector de la gastronomía y del periodismo gastronómico en la última edición de Madrid Fusión. Concretamente croqueta (este fue el nombre a concurso) es uno de los platos estrella del nuevo templo de la restauración que ha situado en el mapa gastronómico a esta capital de provincia alejada de los circuitos turísticos.
La revelación (gastronómica) de la temporada y otras sorpresas entre Cuenca y Albacete
En poco menos de un año desde su apertura en enero de 2022, Ababol no solo ha logrado colarse en el firmamento de las estrellas Michelin, sino que además se ha convertido en todo un referente de la gastronomía manchega. Su cocina, basada en el recetario tradicional pero enriquecida con la impronta francesa que el chef heredó de su padre, ha despertado el interés por esta ciudad que tiene mucho que decir en el arte de los fogones.
DULCE O QUESO
Con un centro pequeño y manejable, un puñado de hermosos edificios, parques donde tomar aire puro y rincones verdaderamente asombrosos (imprescindible es el Pasaje Lodares, la galería más bonita de España), Albacete merece mucho más que una visita de paso. Especialmente si lo que se busca es contentar al paladar, en torno al cual se puede hacer una ruta de lo más apetitosa.
Empezando por el desayuno, para el que existe un espacio único: La Botica (laboticahomecafe.es) donde degustar exquisito café de especialidad (y si hay hambre, platos de cocina fusión) en una atmósfera única. Eso, si uno no se decanta por lo dulce, ya que en ese caso el lugar es la confitería La Suiza (Rosario, 15) que, desde 1927 elabora todos sus productos (pasteles de frutas, torrijas, pezuñas de coco…) de manera artesanal.
Y para quien prefiera darse un atracón de queso del bueno (ojo, que puede crear adicción) está El sueño del quesero (elsuenodelquesero.es), con más de cien clases de este manjar llegados de diferentes puntos de dentro y fuera de España. Una quesería que recrea las condiciones de una cámara de maduración, lo cual sumerge al cliente en una atmósfera similar a la de una cueva y con un aroma delicioso.
LA HORA DEL APERITIVO
El Albacete se lleva el alterne a mediodía como en todas nuestras ciudades. Para comprobarlo no hay más que acercarse a La Bonita de 1850 (Tejares, 10), uno de los locales de referencia, ideal para tomar el vermut (tiene más de 200 referencias) y animarse con algunas tapas. El local, con cierto aire modernista, goza de una animación permanente.
Más rústica, pero igual de encantadora, es La Bodega de Serapio (labodegadeserapio.com), en un establecimiento de 1892 en el corazón de la ciudad. Aquí lo que encontramos es un paraíso para los amantes del vino, que no solo podrán tomar una copa (o muchas) acompañada de excelentes ibéricos, sino que, además, podrán comprar las botellas que se elijan de su amplia gama de productos. En su patio con tres cepas centenarias a veces se ofrecen conciertos, exposiciones de arte y, por supuesto, catas de vino.
Y para comer sentados un rico plato de cuchara u otras propuestas más atrevidas, no decepcionará Don Gil (restaurantedongil.com), un restaurante en el que convive la tradición con la modernidad.
A LA CAÍDA DE LA TARDE
Llega la noche y el plan por excelencia es acercarse a la parte de la ciudad que llaman literalmente La Zona. Dentro de ella, tanto la calle Tejares como la calle Concepción (ambas peatonales) están repletas de bares, donde lo mismo se puede tomar unas cañas que alargar la velada hasta altas horas de la madrugada. Uno de los favoritos es Pico Fino (Concepción, 25), una coctelería que, a golpe de copas premium, ha dado un vuelco al panorama nocturno de Albacete en un sofisticado local siempre atestado de gente. Es el lugar donde concluir la noche para después ir a dormir, sin moverse del centro, en el legendario Gran Hotel Albacete (abgranhotel.com), todo un referente de esta ciudad que, insospechadamente, tiene tanto que ofrecer.