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Cádiz enóloga: 7 bodegas más allá de los Vinos de Jerez

Famosa por sus finos y amontillados, por sus palo cortaos y olorosos, la provincia gaditana cuenta también con un catálogo cada vez más amplio de blancos y tintos que invitan a descubrir la cara B de sus vinos.


20 de enero de 2023 - 9:46 CET
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Que Cádiz significa en gran medida sol, playas paradisíacas, pescaíto frito y ricos vinos, es una realidad que no hace falta recordar. Todos fantaseamos con disfrutar de ello durante gran parte del año. Sin embargo, y a pesar de los excelentes caldos que han llevado el nombre de Jerez desde hace siglos a lo largo y ancho del mundo –ya los fenicios supieron valorar 3000 años atrás la calidad de sus tierras para el cultivo de la vid–, la provincia lleva tiempo alzando la voz para gritar a los cuatro vientos que no solo de los generosos viven sus bodegas. Para dar fe de ello y que acabes tan enamorado de sus sabores tanto como nosotros, te proponemos recorrer algunos de sus nombres con la copa lista para brindar. ¡Salud!  

 

Por Jerez en busca del vino favorito de la reina Isabel II

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Catedrático de enología de la Universidad de Cádiz y antiguo enólogo de Bodegas Domecq, el alma tras este proyecto que vio la luz en 2002 es Luis Pérez, que junto a su familia decidió demostrar que el nombre de Jerez no estaba reñido al de los vinos tintos y se puso manos a la obra para demostrarlo. Así fue como en el Pago del Corchuelo, alejado del centro urbano jerezano donde las históricas bodegas tienen echadas las raíces, fundó las Bodegas Luis Pérez. En sus viñedos, para cuyo cultivo siguen el antiguo sistema de zonificación de pagos, crecen variedades como merlot, syrah o petit verdot y, en la última etapa, también tintilla de Rota, autóctona de la zona. Con ellas elabora vinos que ya están presentes en multitud de cartas de restaurantes en toda España. Nombres como Garum, Samaruco o Tintilla nacen de este proyecto personal con el que reinterpretan las tierras gaditanas y que es posible conocer de cerca, contado en primera persona por quienes lo hacen posible, con una visita a la bodega (bodegasluisperez.com).

48 horas en Jerez de la Frontera

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HUERTA DE ALBALÁ, LA EXCUSA PARA VISITAR ARCOS DE LA FRONTERA 

El deslumbrante pantano de Bornos y la Sierra de Grazalema, así como la vecina peña sobre la que se aferra el pueblo de Arcos de la Frontera, sirven de cobijo a la bodega que visitamos ahora. Desplegada a lo largo de 91 hectáreas que se extienden sobre las suaves laderas de una montaña a 150 metros de altura, Huerta de Albalá nació, una vez más, del sueño de enseñar al mundo que los vinos tintos también tienen mucho que decir en este rincón de Andalucía. Son las variedades syrah, cabernet sauvignon, merlot y tintilla de Rota las que crecen con fuerza en las más de 200.000 cepas de la bodega, cuyas instalaciones se encuentran en la misma finca –en Jerez, en el Pago de Balbaina, cuenta con 160 hectáreas más de chardonnay–. 

Fin de semana por los pueblos blancos de sierra de Grazalema

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Un recorrido a través de las instalaciones de Huerta Albalá (huertadealbala.com), haciendo parada en los viñedos y en las salas de fermentación donde la tecnología más avanzada se pone a disposición de los excelentes vinos, en la sala de barricas y de embotellado, es posible gracias a una visita guiada. Al final, cómo no, una cata de tres de sus grandes tesoros: tras una copa de Barbazul blanco, Barbazul tinto y Taberner, la parada en la tienda de la bodega será ineludible. ¡Querrás llevarte todos! 

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FORLONG, POR MUCHO (PERO QUE MUCHO) TIEMPO MÁS 

Te hablamos en esta ocasión de una bodega ecológica y artesana en la que los vinos se elaboran con amor y con los pies, como ellos mismos aseguran, «manchados de albariza», la tierra donde tradicionalmente se cultiva la uva en el Marco de Jerez. Un proyecto que comenzó sus andadas allá por 2007 y que cuenta con 13 hectáreas de viñedos plantados a apenas 10 kilómetros de la playa, en el término municipal de El Puerto de Santa María, algo que aporta cierta salinidad y frescura a sus caldos. 

En El Puerto de Santa María el comer es un arte

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De sus cultivos de palomino fino y moscatel, así como de diversas uvas tintas, entre ellas, la tintilla de Rota, nacen los deliciosos vinos blancos, rosados y tintos de Forlong, que están dando mucho de qué hablar. ¿Y el nombre? Un juego de palabras entre el apellido del antiguo propietario, Peter Furlong, y la expresión inglesa for long –para largo–. Un detalle que deja intuir que la pasión y el trabajo que sus propietarios dedican a la bodega dará para disfrutar de ella durante mucho tiempo más (bodegadeforlong.com).  

 

Cádiz seductora y diferente en diez paradas

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SANTIAGO JORDI, APOSTAR POR LO ESPECIAL 

Desde bien temprana edad, siempre lo tuvo claro este jerezano que quería dedicar su vida al mundo de la enología: el día que lograra hacer sus propios vinos no serían unos vinos más, apostaría por hacer las cosas de manera diferente. Para ello, tras completar sus estudios en el tema, comenzó a recorrer España en busca de aquellas parcelas y viñedos que le resultaran especiales, para dar lugar así a pequeñas producciones, pero de alta calidad. Dos de ellas las encontró en su propia tierra, Cádiz. Así nacieron vinos como Cara Cepa, elaborado a partir de syrah, petit verdot y tintilla de Rota cultivadas en un viñedo de 20 años de vida en la localidad de Prado del Rey. Uno de esos vinos elegantes y sencillos que funcionan como acompañantes perfectos durante una buena conversación. Otras de sus propuestas, en esta ocasión, hechos de uvas de su viñedo de Jerez de la Frontera, son Tintrilla, Petit Verdot o Margarito & Amapolo, todo un homenaje a las flores que crecen junto a las cepas (santiagojordivinos.com).

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REGANTÍO VIEJO, CUANDO LO DE ANTAÑO SE HACE ACTUAL 

Calidad por encima de cantidad. Esa es la máxima bajo la que trabajan en esta bodega gaditana ubicada en la localidad de Arcos de la Frontera, donde no escatiman en cuidado y esmero al producto a lo largo de todo el proceso de elaboración del vino, desde la poda o la vendimia hasta su crianza o embotellamiento. He ahí la clave de su éxito. Solo así se consiguen caldos que transmiten la verdadera esencia del lugar del que proceden, en este caso, el corazón de Cádiz, aunque eso suponga apostar por producciones limitadas y de bajo rendimiento, basadas en un tipo de viticultura sostenible y regida por los ritmos que marcan las estaciones. Vinos exclusivos y del más alto nivel que cobran vida en Regantío Viejo, la primera bodega en retornar los vinos tintos a Cádiz tras ser arrasados sus viñedos por la filoxera a finales del siglo XIX (regantioviejo.com).

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DOMECQ, CLÁSICOS ACTUALES  

Casi 300 años avalan el buen hacer y el gran producto de una de las bodegas insigne de Cádiz. Solo hace falta nombrar Miguel Domecq para saber de qué estamos hablando. Y es que a su larga trayectoria y dominio en la elaboración de vinos hay que añadir, como en las bodegas vistas hasta ahora, el hecho de encontrarse en tierras jerezanas. Es decir, de nuevo se da la unión de dos factores: la tierra albariza, esa de color blanquecino y esencia caliza capaz de retener la humedad como pocas lo hacen, y la caricia de los vientos mediterráneos y atlánticos, lo que aporta a sus vinos unas características únicas y especiales. A la hora de escoger entre los nombres de su bodega, no fallarán el ya afamado Entrechuelos, elaborado tanto en blanco como en tinto, el Torre de Ceres Tintilla de Rota, o su espumoso y su rosado. Una visita a la bodega será el preludio perfecto para acabar con una cata en el mejor entorno: el de las cálidas tierras gaditanas (migueldomecq.com).

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FINCA MONCLOA, EL ALTER EGO DE GONZÁLEZ BYASS 

Famoso mundialmente por sus generosos –en qué parte del planeta no conocen Tío Pepe–, Finca Moncloa nace de la inquietud de la familia González por seguir avanzando y mejorando en el mundo del vino de calidad, apostando por recuperar tradiciones vinícola perdidas en la zona de Cádiz con el paso del tiempo. De ahí que, ya por 1972, la bodega iniciara una serie de ensayos en parcelas de experimentación en las propias viñas que posee en Jerez de la Frontera. Tan bien les fue en aquellos intentos que, en el año 2000, decidieron hacerse con una enorme parcela en Arcos de la Frontera donde plantar únicamente cepas de uvas tintas, entre ellas, la histórica tintilla de Rota, con la que además de unos tintos excelentes, elaboran, desde 2009, un vino dulce que es todo un regalo para el paladar (fincamoncloa.com)