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De San Nicolás a la Silla del Moro, los miradores con mejores vistas de Granada

Granada está decorada de miradores y desde ellos se divisa uno de los paisajes más bellos del mundo. La mayoría miran a la Alhambra. Trazamos una ruta que recorre los más espectaculares.


11 de enero de 2023 - 15:13 CET
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Contemplar desde sus miradores esta bella ciudad rodeada de montañas y con Sierra Nevada a sus espaldas, el macizo montañoso má alto de la península, es una experiencia deliciosa y un modo único de comprender su monumentalidad. En esencia, Granada creció a los pies de dos grandes colinas. La colina roja acoge la Alhambra. La otra se extiende enfrente, cruzando las aguas del río Darro, en el que toman asiento los cármenes del Albaicín.

 

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A cualquier hora del día los miradores de Granada son una dulce propuesta. Pero lo son más a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, cuando el sol se pierde por el oeste, la Alhambra se ilumina y el Albaicín es como un blanco portal de Belén.

 

La Alhambra a través de los ojos de una arquitecta

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MIRADOR DE SAN NICOLÁS

El barrio más famoso de Granada, el Albaicín, acoge dos de los miradores más bellos y frecuentados de España. Desde ellos se divisa uno de los más placenteros e inenarrables paisajes culturales del mundo. No es una exageración: basta con subir hasta el mirador de San Nicolás, abierto frente a la vieja iglesia de origen mudéjar, para aceptar que se pisa un lugar único. Frente a él se extiende una estampa de ensueño. De izquierda a derecha, la mirada pasea por el Generalife, las murallas de la Alhambra, la torre de Comares, la alcazaba y la torre de la Vela. A los pies, el denominado Albaicín alto. Y sobre la Alhambra, las cumbres de Sierra Nevada, con el pico Veleta dominando el macizo.

 

Y el destino más romántico para besarse es... el mirador de San Nicolás

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MIRADOR DE SAN CRISTÓBAL

El Albaicín es un barrio de callejas estrechas, placetas encantadoras y viejos aljibes de los que manan evocadoras fuentes de agua fresca. Plaza Larga es el corazón del barrio alto y cerca de ella se halla el mirador de San Cristóbal. Una vez más la iglesia da nombre a la plaza abierta al paisaje. Lo que desde allí se ve es la ciudad a los pies y la Vega frente a ella. En días claros se divisan las montañas del Poniente y las cumbres que ocultan la Axarquía malagueña.

 

25 experiencias en el Albaicín

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MIRADOR DE SAN MIGUEL ALTO

Pero hay un mirador en Granada donde los adjetivos se agotan. Es el más desconocido de todos, el menos visitado. Subir hasta él requiere un esfuerzo. Pero la caminata merece la pena. Parte de la cuesta del Chapiz, se interna por la placeta de Albaida y trepa por callejas estrechas y lienzos de viejas murallas hasta coronar la ermita de San Miguel Alto. Desde allí las vistas son impagables porque se domina Granada entera, la Alhambra al fondo y a los pies los barrios más populares de la ciudad. El valle que el río Darro dibuja entre la colina roja y el cerro del Albaicín permite contemplar a lo lejos los campanarios de las iglesias de la ciudad del XVI y la catedral.

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LA SILLA DEL MORO

El paseo de los Tristes, uno de los rincones más evocadores de Granada, es el punto de partida hacia los miradores más bellos de la ciudad. De allí parte también la cuesta de los Chinos que sube por la colina roja y deja a un lado las murallas de la Alhambra y, al otro, los límites del Generalife hasta llegar a la Silla del Moro, un lugar unido a la historia de la ciudad, adscrito al conjunto monumental de la Alhambra.

Desde este lugar las vistas son inenarrables. Desde él no solo se divisa la Alhambra y sus palacios interiores, el cauce del Darro y las casitas blancas del Albaicín, también la Vega y las montañas que ciñen la llanura del río Genil.

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El origen de su nombre es incierto. Hay quien cree que se debe a las formas en que se veían los restos arqueológicos desde mediados del siglo XVI, muy parecidos a un asiento. Cien años después la Silla del Moro fue conocido como el castillo de Santa Elena. A mediados del XIX, Washington Irving contribuyó en su obra Cuentos de la Alhambra a mitificar el lugar al poner en boca de los protagonistas de su libro que en allí ocultaron los moros deslumbrantes tesoros que aún no han sido hallados.

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Llegar hasta aquí es fácil. Es un delicioso paseo que, una vez coronada la cuesta de los Chinos, conduce hasta el Atrio de la Alhambra, puerta principal de entrada al conjunto. El camino deja a la derecha el cementerio y los Nuevos Museos y se interna por una pista de tierra hacia la cumbre del cerro. Las vistas son inolvidables y el paseo bordea bosques de pinos, dehesas donde crecen encinas y alcornoques y olivos centenarios.

© Alhambra Palace

MUY PRÁCTICO

¿Dónde dormir?

Granada es una ciudad repleta de alojamientos con encanto. El más palaciego de los hoteles lo encontramos en el emblemático Alhambra Palace (hotelalhambrapalace.com), que este año cumple nada menos que 113. Un lugar de ensueño que fue inaugurado en 1910 por el rey Alfonso XIII y que está situado en el recinto de los bosques, a tan solo cinco minutos a pie del conjunto monumental de la Alhambra. En él se han alojado grandes personalidades como Eduardo VIII de Inglaterra o el Aga Kan; también Marie Curie, Charles de Gaulle, el Dalai Lama o mitos de Hoollywood como Vivien Leigh, Lauren Bacall, Rock Hudson o Tyrone Power. Un lugar especial y único.

© Palacio de Santa Paula

Otras magníficas opciones son el Palacio de Santa Paula (espanol.marriott.com, en la imagen), en el mismo centro de Granada, en lo que fuera el convento de Santa Paula y la Casa Morisca y que aún hoy conserva el antiguo claustro y la capilla. También en el Palacio de los Patos (hospes.es), uno de los palacetes más bellos de la ciudad, un edifico del siglo XIX, muy bien situado en centro.

 

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© El Huerto de Juan Ranas

¿Dónde comer?

Cerca del Mirador de San Nicolás, a sus pies, El Huerto de Juan Ranas (elhuertodejuanranas.com, en la imagen) ofrece cocina internacional y sobre todo un mirador tan excepcional como los anteriores. Las vistas desde su terraza son impahables. En la ciudad del tapeo por excelencia hay que perderse por sus callejuelas para degustar estas delicias gastronómicas en miniatura (que aquí, además, se ofrecen gratis con la bebida). La oferta es tan apabullante que cuesta dedicir. Entre los clásicos Casa Julio (C/ Hermosa, 5) o Bodegas Castañeda (casacastaneda.com). También Los Manueles (losmanueles.es) o el más famoso de todos, Los Diamantes (barlosdiamantes.com), con sus imprescindibles frituras de pescado.