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Edén mediterráneo: Costa de Santanyi (Mallorca)

En el perfil recortado de la costa de Santanyí, al sureste de Mallorca, donde se alternan acantilados bajos con urbanizaciones y calas de arena blanca, se absorbe la esencia de la mediterraneidad. Si Cala Figuera atrae por su ambiente pesquero, el casco histórico de Santanyí lo hace por su arquitectura labrada con la piedra autóctona y el órgano monumental de su iglesia, que resuena los días de mercado


3 de enero de 2023 - 17:47 CET

Podemos imaginar la costa mallorquina antes de que se erigiera la urbanización Cala d’Or. Así es gracias a que se conservan copias vírgenes en el Parque Natural de Mondragó, una ensenada con figura de trébol compuesta por una tríada de pequeñas playas. De Sa Font de n’Alis –conocida como Cala Mondragó, y también Caló d’en Garrot– podemos caminar entre pinos hasta la minúscula Caló d’es Burgit. O dar un bonito paseo de cinco minutos por la roca a la cala más recomendada, S’Amarador, más amplia, con dunas, escars (varaderos tradicionales) y uno de los dos humedales del espacio protegido.

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© Gonzalo Azumendi

Vista aérea de Caló d’es Burgit, la minúscula playita virgen de arena y roca resguardada de los vientos a la que se puede llegar a pie desde Cala Mondragó por un camino entre pinos.

De Mondragó nos dirigimos a Santanyí, no sin antes subir al santuario de la Consolación para contemplar el municipio a vista de pájaro. Los edificios de la villa son reconocidos por la calidad de la piedra local, que facilita como ninguna otra la labra a manos del cantero. Tras ver la Porta Murada y deambular por la plaza Mayor, nos encontramos con la iglesia de Sant Andreu, con su capilla gótica del Roser, bastión del sistema defensivo y que hoy cobija el interesante museo parroquial. En el interior del templo, lo que más asombra es el órgano de 1765, obra maestra del mallorquín Jordi Bosch, cuya energía sonora queda de manifiesto en los recitales que se celebran en él. También es monumental el mueble de madera que lo adorna, de Albert Borguny, fraile dominico considerado el Gaudí del siglo XVIII. Y en el conjunto sacro se integra, además, el sombrío patio de la casa rectoral.

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Sobre estas líneas, atardecer en el faro de Ses Salines.

Del casco viejo saltamos al puerto de Cala Figuera, donde esperan dos calitas a cuál más coqueta. Si Caló d’en Busques guarda un muelle en el que arriban por la tarde varios barcos arrastreros, caminando por la hilera de barracas para llaüts –con sus proas y popas en punta–, y doblando la ría por las casetas que atesoran más sabor, nos internamos en la gemela de Caló d’en Boira, tentadora por sus vistas y las raciones que sirven en el Bon Bar. Para relajarse, nada como bajar a la cala Llombards, que aprovecha el tramo final de un torrente para formar una piscina rocosa de color verde con casas-varaderos. Se sitúa en medio de una hoya de arena blanca resguardada de los vientos y defendida por acantilados urbanizados disimuladamente.

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Sobre estas líneas, el pequeño puerto pesquero de Cala Figuera, con un precioso paseo que bordea los amarres de las embarcaciones y al que se asoman también las casas de los pescadores.

Mención aparte merece el atractivo puerto de S’Almunia, por cuyos 120 empinados escalones transitaban en el siglo pasado contrabandistas cargados con sacos de café, tabaco o azúcar. Pasada la plataforma rocosa donde tomar el sol, aparecen pequeños varaderos de aguas transparentes y la Cova Foradada, el orificio por el que las olas irrumpen violentamente los días de marejada. Muy cerca, el Caló des Moro resulta tan bonito como diminuto, resguardado por pinos y encajonado entre cantiles. La ruta finaliza en el faro de Ses Salines, en el que hay que dejar el coche para alcanzar, en 20 minutos, la cala de Es Caragol; o, en sentido contrario, la idílica cala Marmols, a la que se accede tras una hora y media de camino sin grandes desniveles. Solo a pie, o en barco, se puede disfrutar de este edén.

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No dejes de...

Fotografiar el arco de Es Pontàs. El hundimiento de una caverna kárstica generó este singular roquedo horadado, a tan solo 15 metros de la costa, que sigue siendo fuente de inspiración para muchos artistas. No faltan bañistas que lo circunden a bordo de hidropatines alquilados en Cala Santanyí, aunque para llegar al mirador que queda frente a él habrá que aparcar aquí y seguir cuatro minutos a pie por un camino señalizado.

Guía práctica

Guía práctica

© Gonzalo Azumendi

Cuándo ir

Con la excepción de julio y agosto, por la afluencia de visitantes, Mallorca se disfruta a placer todo el año. Los mejores meses son junio, septiembre y octubre.

Cómo llegar

La localidad de Santanyí se encuentra a 48 kilómetros del aeropuerto de Palma, y a cinco más de la capital mallorquina. Lo más recomendable es moverse por la isla en coche de alquiler.

Qué ver

PARQUE NATURAL DE MONDRAGÓ. El centro de información de este espacio protegido se halla detrás de la cala Sa Font de n’Alis. En él informan sobre cinco itinerarios, en general de corta duración (caib.es). MERCADO DE SANTANYÍ. Sus puestos se extienden por la plaza Mayor y las calles adyacentes del centro histórico los miércoles y sábados, de 8 a 14 horas. Buen momento para comprar sobrasada, queso y unos curiosos collares de los que penden unas cucharillas. CONCIERTOS DE ÓRGANO. Tienen lugar en la parroquia de Santanyí los miércoles y sábados a mediodía y su duración es de media hora. ACTIVIDADES. Desde Cala Santanyí, la empresa RedstarTours (redstartours.com) ofrece en los meses de verano una travesía en barco a Cala Marmols, para bañarse (sin desembarcar) en esta cala de ensueño. Rancho Jaume (ranchojaume.com), con sede en Porto Pedro, organiza rutas a caballo.

Dónde dormir

CAN FERRERETA (Santanyí, hotelcanferrereta.com). Abrió sus puertas en 2021 en una casa señorial del siglo XVII en pleno centro histórico. Un cinco estrellas con restaurante, piscina y spa concebido para adultos, pues no aceptan menores de 14 años. MELIÁ CALA D’OR BOUTIQUE HOTEL (Urbanización Cala d’Or, melia.com). Cinco estrellas de lujo para una experiencia mediterránea de nivel. Rodeado de jardines y con un centro wellness. EQUES PETIT RESORT (Urbanización Cala d’Or, equespetitresort.com). Resort exclusivo con construcciones de aire ibicenco, piscina estilo playa y multitud de jardines mediterráneos. INTUROTEL CALA ESMERALDA (Urbanización Cala Esmeralda, inturotel.com). Refugio mediterráneo en primera línea de playa, rodeado de pinares y pensado para los que buscan máximo relax. Solo adultos.

Dónde comer

LAUDAT (Santanyí, restaurantlaudat.com). El chef Tomeu Ramis ofrece una cocina mediterránea y de mercado, regada con vinos de producción propia en este céntrico restaurante de ambiente muy cuidado y con una agradable terraza. Menú degustación: 70 €. BACCO (S’Alqueria Blanca, tel. 971 16 42 85). La cocina italiana creativa de calidad y su cuidada decoración son los distintivos de este local. ES BERGANT (Porto Petro, esbergantportopetro.com). Todo un referente en pescado fresco y arroces en un bonito pueblo pesquero.

Más información

TURISMO DE SANTANYÍ, ajsantanyi.net, visitcalafiguera.com, visitcalador.com, visitportopetro.com

TURISMO DE MALLORCA, mallorca.es