Los 20 imprescindibles que hay que ver en Buenos Aires

OBELISCO

Como la Torre Eiffel para París o la Estatua de la Libertad para Nueva York, Buenos Aires tiene su icono arquitectónico y es este obelisco ubicado estratégicamente en la intersección de dos de las avenidas más importantes de la ciudad: la 9 de Julio y la calle Corrientes. Levantado en el mismo lugar donde fue izada la bandera nacional por primera vez, es obra del arquitecto Alberto Prebisch, uno de los principales exponentes del modernismo argentino, que levantó una obra de 67,5 metros de altura. Una escalera de 206 escalones permite subir hasta la cúspide, donde existe un mirador, que se habilita en situaciones especiales. 

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PLAZA DE MAYO

Si hay un lugar donde conocer la historia de Argentina, ese es esta plaza en la que han ocurrido casi todos los acontecimientos políticos más importantes de la historia argentina. Es la más antigua de Buenos Aires y un homenaje a la Revolución de 1810, que dio origen a la independencia del país. Alrededor de ella, grandes edificios históricos: el Cabildo, la catedral Metropolitana, la Casa Rosada, el Palacio del Gobierno y, en el centro, la Pirámide de Mayo. Cada jueves se reúnen también aquí las conocidas como Madres de la Plaza de Mayo. 

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CASA ROSADA

Como la Casa Blanca de Washington, la de Argentina es la Casa Rosada, sede del gobierno y ubicada en una antigua fortaleza del siglo XVIII. Lo más singular es que para conocer su arquitectura ecléctica y su historia, se puede visitar y pasear por sus salones –el Blanco, el Azul, el de los Pensadores y Escritores Argentinos..., cruzar sus galerías, subir y bajar por sus monumentales escaleras, salir al Patio de las Palmeras o asomarse al balcón que da a la Plaza de Mayo, el mismo al que se asomó Eva Perón. 

BARRIO LA BOCA

Tango, fútbol y encanto decadente conjugan a la perfección en este bullicioso barrio bonaerense que fue formándose por las oleadas de inmigrantes que fueron llegando al país. Lo componen un puñado de callejuelas arracimadas en torno al pasaje Caminito, que, desde 1959 es museo y mercado de arte al aire libre. Su foto más conocida la ofrecen sus humildes casas de metal o conventillos de vivos colores, pintadas con los restos de pintura que sobraban de los cascos de los barcos que llegaban a puerto.

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ESTADIO DE FÚTBOL LA BOMBONERA

Si hay un lugar donde se vive la pasión por el fútbol es en La Boca, donde el azul y el amarillo del equipo del Boca Juniors lo invade. Por eso, entre los 25 imprescindibles de la ciudad es casi una visita obligada su estadio, la mítica Bombonera, decorada con murales entre los que destaca el de Maradona, quien lo definió como «el templo del fútbol mundial».

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ESTADIO DE FÚTBOL RIVER PLATE

Pero la selección argentina tiene como sede el estadio del River Plate –rival del Boca Juniors y uno de los clubes más laureados del continente americano–, el Mâs Monumental, que es así como se llama este otro imprescindible para los aficionados al fútbol. Situado en el barrio porteño de Belgrano, fue levantado en 1938 y, además de ser el de mayor capacidad de Argentina, cuenta con uno de los museos más grandes del mundo, que acoge un espectáculo audiovisual de 360º.

MERCADO DE SAN TELMO

Bohemio, antiguo, tradicional, el barrio de San Telmo tiene como centro la plaza Dorrego, que cada domingo acoge una especie de rastro madrileño, pero con todo el encanto de los mercados porteños, ideal para pasear y encontrar antigüedades al mejor precio. Si salir de él hay muchos lugares de interés para descubrir, desde el laberinto de túneles conocido como el Zanjón de Granados, a la curiosa Casa Mínima, que, como dice su nombre, es la más angosta de la ciudad, con solo 2,50 metros de ancho. 

LA QUERIDA MAFALDA

En un banco del barrio de San Telmo está sentada la niña más curiosa de Argentina, siempre reflexionando sobre las cuestiones sociales más polémicas. Nadie que pasa por delante se resiste a hacerse una foto. Su creador, Quino, también tiene una placa conmemorativa en el edificio donde dibujó las tiras entre 1964 y 1973.

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PUERTO MADERO

Buenos Aires se divide en 48 barrios, pero su ubicación cercana al centro de la ciudad, su extensión y su vista al río, Puerto Madero hacen de él uno de los más exclusivos de la capital. Los rascacielos más altos del país, como Alvear Tower, con 235 metros de altura, marcan su perfil. Y si hablamos de modernidad no podía faltar una obra de Santiago Calatrava: el vistoso Puente de la Mujer. Es un barrio ideal para acercarse por la noche a comer un asado en alguno de los restaurantes con terraza junto al canal.

CAFÉ TORTONI

Inaugurado en 1858 en el número 825 de la Avenida de Mayo, entrar en este lugar de espíritu acogedor y vintage es dar un paso atrás en el tiempo. Lugar habitual de intelectuales argentinos, es referencia del tango en Buenos Aires, donde en la década de los años veinte se reunían en él intérpretes y compositores. Hoy sigue ofreciendo actuaciones en directo. 

LIBRERÍA EL ATENEO

Atravesar sus puertas es abandonar el bullicio de las calles bonaerenses para adentrarse en un hermoso edificio que, pese a estar rebosante de libros, obliga a mirar hacia arriba para admirar su belleza. El Ateneo se sitúa en el antiguo Teatro Grand Splendid, fundado en 1919 y mantiene todo su esplendor, con la cúpula pintada, los palcos originales, la ornamentación y hasta el telón de terciopelo. La cúpula muestra una pintura al óleo de una representación alegórica de la paz. El Ateneo cuenta con más de 12.000 títulos en stock en una ciudad que respira cultura y amor por las librerías.

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EL LUJOSO BARRIO DE LA RECOLETA

Si hay un distrito en Buenos Aires que destila elegancia ese es La Recoleta. En él viven los porteños de mayor poder adquisitivo y en él se suceden cafés, boutiques de lujo –en la avenida Alvear– y edificios nobles con fachadas de herencia europea. Y se encuentra uno de los rincones más curiosos de la ciudad: el cementerio de La Recoleta. Visita obligada para quienes quieran encontrarse una sucesión de panteones y mausoleos grandiosos, algunos de los cuales han sido declarados, incluso, monumentos históricos. En ellos, descansan personajes ilustres, pero, por encima de cualquier otro, el rincón más visitado es la tumba donde yace Eva Duarte de Perón, la mítica Evita. Junto al cementerio, la Basílica del Pilar, de gran arraigo en la ciudad. 

VER BAILAR TANGO   

El tango es la creación porteña por excelencia y uno de los placeres que ofrece la capital es disfrutar de esta tradición con más de 120 años de historia. Una noche hay que reservarse para ver bailar tango en alguno de los locales clásicos, como El Querandí o el pionero El Viejo Almacén y si se quiere ir más allá apuntarse a una clase en La Viruta Tango Club o Mariposita de San Telmo.

BARRIO DE PALERMO

Otro un buen barrio para callejear y perderse por sus diferentes zonas: el Palermo Chico, con palaciegos y residencias de la alta sociedad bonaerense; el Palermo Soho, el más cool, donde hay casas antiguas, infinidad de pequeños restaurantes, cervecerías y tiendas con productos alternativos y de moda. Un barrio moderno y lleno de vida que tiene como centro la plaza Serrano (conocida también como plazoleta de Julio Cortázar).

BOSQUES DE PALERMO

También conocido como Parque Tres de Febrero, este jardín en el barrio de Palermo es un rincón ideal para disfrutar de la vida al aire libre, lejos del bullicioso centro. El pulmón verde más grande de la ciudad se extiende a largo de sus 370 hectáreas de extensión y lo forman pequeños bosques y paseos por los que se van descubriendo sus dos lagos artificiales, su anfiteatro, el Rosedal, con sus más de 8000 rosas, un patio andaluz o el Jardín de los Poetas, con los  bustos de distintos poetas y escritores célebres como Alfonsina Storni, Dante Alighieri o William Shakespeare, entre otros.

MUSEO DE ARTE LATINOAMERICANO (MALBA)

Un moderno edificio de piedra caliza, vidrio y acero en el barrio de Palermo aloja la colección de arte de la Fundación Constantini, con alrededor de 400 obras (pinturas, esculturas, grabados, fotografías y objetos) de grandes artistas latinoamericanos desde el siglo XX hasta la actualidad. Se trata de un dinámico espacio cultural y participativo en el que se pueden contemplar obras de Frida Kahlo, Roberto Matta, Diego Rivera, Antonio Berni...

EL ASADO ARGENTINO

Tiras de churrasco, vacío, entraña, matambre, pollo, chorizos, morcillas y diferentes tipos de vísceras como riñones, tortas, hígado o mollejas. Esa combinación de carnes asadas a la barbacoa es el plato más tradicional de la gastronomía local y su preparación un verdadero arte que sigue un orden y tiene sus orígenes en el siglo XVI. Como el fútbol o el tango, tomarse un asado es un imprescindible en Buenos Aires.

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ASISTIR A UN ESPECTÁCULO EN EL TEATRO COLÓN

Es uno de los grandes templos del bel canto, por sus dimensiones y, sobre todo, por su excelente acústica. Al mismo nivel que la Ópera de Viena, la Royal Oopera House de Londres o la Scala de Milán. Se inauguró en 1908 con la representación de la ópera Aida, de Verdi y sobre el patio de butacas de terciopelo rojo se eleva una bellísima cúpula art decó. Además de las producciones de sus espectáculos, tiene su sede el Instituto Superior de Arte, donde se forman los futuros cantantes líricos y bailarines.

BARRIO CHINO

Una porción del barrio de Belgrano invita a viajar a Asia sin salir de Buenos Aires. La llegada de una oleada de inmigrantes orientales en la década de los 80 es el origen de que se establecieron en este lugar muchas familias asiáticas, principalmente de Taiwan, que han cambiado la fisonomía del barrio con la apertura de numerosos restaurantes de cocina asiática, locales a la calle e incluso uno de los primeros templos budistas de la ciudad, el Templo Chong Kuan. Por supuesto, la entrada al barrio se hace bajo un arco tradicional decorado con dragones. 

EL MURAL MÁS LARGO DEL MUNDO

Se llama El regreso de Quinquela, tiene una longitud de 2 kilómetros, está en el barrio de Barracas y es el más grande del mundo hecho por un solo pintor, según el Libro Guinness. Obra del artista Alfredo Néstor Segatori está realizado con aerosol a mano alzada y retrata un paisaje que fusiona cuatro de sus obras más icónicas, al que se fueron añadiendo retratos, más de 70, de trabajadores y vecinos del lugar.