¿CÓMO LLEGAR A LA LAGUNA GRANDE DE GREDOS?
La Plataforma de Gredos es el punto de partida de la excursión y se encuentra a 84 kilómetros de Ávila, desde donde se va por la carretera N-502 hasta la Venta Rasquilla y luego por la AV-941 hasta Hoyos del Espino. Justo antes de entrar en Hoyos, aparece señalizada la AV-931 hacia la Plataforma de Gredos. El acceso de vehículos al aparcamiento de la Plataforma (150 plazas) está regulado los días de mayor afluencia: hay que pagar 3 € por coche los fines de semana, festivos y puentes, así como todos los días de julio y agosto. Como el aparcamiento se llena rápido, lo mejor es madrugar, porque además es gratuito antes de las 8.00 en invierno y de las 9.00 en verano.
¿CUÁNDO IR?
Aunque la ruta puede hacerse durante todo el año –la mayoría de la gente la hace en otoño, primavera o durante el verano– nosotros os proponemos ahora la experiencia de hacerla en invierno. La ruta a pie son 12 kilómetros (incluida la vuelta por el mismo camino) y unas 5 horas, con un desnivel acumulado de 600 metros. En esa época, la nieve y el hielo hacen imprescindible usar raquetas o crampones. Cualquier persona, en mediana forma, puede hacerla. Si se va por libre, hay que consultar antes las condiciones meteorológicas y de la nieve en la web del Refugio Laguna Grande (refugiolagunagrandegredos.es). Lo mejor es hacer la ruta guiada contactando con Guías del Circo (tels. 920 20 75 76 y 646 33 76 00) o con Turismo Activa (turismoactiva.com).
EL CIRCO DE GREDOS
La corona más alta y bella, no solo de la sierra homónima abulense, sino de todo el Sistema Central. En medio de esta corona puntiaguda de granito refulge, engastada como una gema, la laguna Grande, una charca glacial del tamaño de 16 campos de fútbol. Es la joya de la corona. Quien se toma la molestia de visitar la laguna en invierno, la encuentra helada, sola y majestuosa. Aquí, el senderista invernal lleva raquetas (si hay mucha nieve reciente acumulada) y/o crampones (si la nieve está pisada, helada y resbaladiza, que es lo más habitual en este camino). No hace falta que sean supertécnicos. No se trata de escalar el Annapurna por la cara sur. Si elegimos la opción de contratar los servicios de un guía nos facilitarán el material, nos enseñarán a ponérnoslo y usarlo y nos llevarán con seguridad montaña arriba, montaña abajo y por encima de la laguna.
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EL INICIO DE LA RUTA
Del gran aparcamiento que hay en la Plataforma de Gredos, en Hoyos del Espino, se sale andando por una senda empedrada que sube zigzagueando hacia el puerto de Candeleda. A los diez minutos se presenta un desvío evidente (es el que sigue todo el mundo) a la derecha, que atraviesa el llano herboso del prado de las Pozas, cruza la garganta del mismo nombre por un puente de hormigón y se encarama culebreando al ingente mirador de los Barrerones. Dependiendo de la época y del estado de la nieve, habrá que parar antes o después a ponerse los crampones, o incluso salir del mismo aparcamiento con pinchos en los pies. O con raquetas.
UN PANORAMA ÚNICO
Como a una hora y media del inicio, nada más rebasar la divisoria de los Barrerones por la cota de los 2160 metros, se contempla un panorama grandioso de cimas y portachos: el Morezón (2365 m.), los Tres Hermanitos, la portilla de los Machos (cabríos, se entiende), el Casquerazo (2437 m.), el cuchillar de las Navajas, la portilla Bermeja, el Almanzor (2592 m.), el cuchillar de Ballesteros, la Galana (2568 m.)… Este es, en definitiva, el vertiginoso Circo de Gredos a cuyos pies yace la laguna Grande.
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LLEGADA A LA LAGUNA
'La laguna de Gredos —escribió Cela— es un inmenso riñón de agua nítida y bien filtrada, de agua tan bella y pura que casi dan ganas de bebérsela'. Emplazada a 1950 metros de altura (a una hora escasa bajando desde los Barrerones; dos y media, desde el inicio), la laguna tiene una longitud máxima de 630 metros, una profundidad de 65 y 6,3 hectáreas de extensión.
Si se atraviesa su superficie helada a finales de invierno, se ven, aquí y allá, enormes burbujas de agua líquida, a través de las cuales se aprecia el gran espesor de la capa de hielo (de tres metros, algunos años) y el color de la parte inferior, la que mira al fondo de la laguna, que no es blanca, como la que se pisa, sino azul, como el mar. Del mismo color son los bloques que se desprenden allá arriba de las cimas del Circo y se acercan deslizándose por la pendiente nevada como gigantescos trineos azules.
LA CHARCA ESMERALDA
Hay que avanzar cinco minutos más desde la laguna Grande, siguiendo corriente arriba el arroyo que la alimenta, para conocer la Charca Esmeralda, una límpida poza de 20 metros de anchura, con cascada y aguas de ese color, ideal para hacer fotos en invierno y para darse un chapuzón en verano (echándole valor, eso sí, porque el agua está helada también en esta época).
REFUGIO DE LA LAGUNA GRANDE
Inaugurado en 1972, el Refugio Elola, rebautizado en 2017 como Refugio de Alta Montaña Laguna Grande de Gredos, es lugar de paso obligado para comer y beber antes de emprender el regreso o para descansar si se va acometer al día siguiente la ascensión a las cimas del Circo. Ver desde su terraza la laguna helada y a los esquiadores de montaña probando sus difíciles habilidades en las pendientes del Circo es uno de los mayores espectáculos de España.
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GASTRONOMÍA PARA RECUPERAR LAS FUERZAS
Después de la experiencia vivida podemos recuperar fuerzas con la contundente y rica gastronomía de la zona. En Hoyos del Espino, a nuestro regreso, hay buenos restaurantes donde hacerlo. La Mira de Gredos (lamiradegredos.com) podemos degustar unas patatas revolconas, unas judías del Barco, la ternera de Ávila o el hojaldre artesano de manzana reineta en un comedor con chimenea y vistas a la sierra. También en La Galana (lagalanagredos.com), un restaurante slow food junto a la carretera que sube a la Plataforma de Gredos.