Hace años que el Airbus 380, el avión comercial más grande del mundo, llegó a España de la mano de Emirates, convirtiéndose en el buque insignia de la compañía, con más de 100 aviones de este modelo entre su flota. Aunque la pandemia hizo que algunas de sus rutas fueran suspendidas, desde finales del mes de octubre vuelve a operar entre Madrid y Dubái, uno de los destinos más deseados por los viajeros, con frecuencia diaria.
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Pero, ¿cómo es este Titanic del lujo aéreo?
Desde luego, muy grande. Imaginad un avión tan largo como 2 ballenas azules y tan alto como 5 jirafas. Tiene 4 millones de piezas. Pesa entre 510 y 575 toneladas. Más números: en sus dos pisos se reparten en tres clases más de 500 plazas: Firts class (14 asientos), Business class (76 asientos) y Economy class (417 asientos), con la incorporación el próximo año de una nueva opción: Turista premium. Y para rematar, su galardonado sistema de entretenimiento a bordo cuenta con más de 5000 canales y conexión wifi.
Con estos números ya intuíamos un viaje memorable, y así fue, una experiencia para vivir, al menos, una vez en la vida.
EL VIAJE COMIENZA ANTES DE PARTIR
Viajar en la lujosa business class tiene sus privilegios y ni siquiera es necesario esperar a que despeguemos para disfrutarlos. El mismo día del vuelo, un exclusivo servicio de transfer te recoge en casa para llevarte al aeropuerto a la hora que tú elijas. Esto ya nos conquistó, nada de pensar en cómo voy hasta el aeropuerto o a qué hora tengo que salir, solo hay que solicitar el servicio a través de su web y esperar a que el chófer, con una lujosa limusina, llegue para trasladarnos a la terminal mientras disfrutamos del trayecto.
¿UN CHAMPÁN EN LA SALA VIP?
Hemos llegado al aeropuerto, ¿y ahora qué? Pues seguimos con esos pequeños privilegios que, cuando los disfrutas, te alegran la vida (o al menos el día). Embarque prioritario y la espera hasta que salga el vuelo, en la sala VIP, que se llama como uno de los champanes más exclusivos del mundo: sala VIP Moet & Chandon. Con un diseño en elegantes tonos ocres y dorados, y cómodos asientos, en ella se sirven cuatro de los más emblemáticos de la marca, además de todo tipo de bebidas, canapés creados por chefs con estrella Michelin y una oferta gastronómica digna de los mejores restaurantes. Si apetece algo ligero, también vimos un health hub, una zona de comida saludable para tomar algo de fruta fresca, zumos, batidos, una ensalada o vegetales a la parrilla. Un consejo: probad el hummus, es delicioso.
EL VUELO
Tras el embarque, que se hace de forma directa desde la sala VIP, por fin entramos en «su majestad», el A380. La clase ejecutiva se encuentra en la segunda planta, junto con la first class. Sin duda, su éxito se basa en la comodidad y el espacio, con una configuración 1x2x1. Cada uno de los 76 asientos es una cabina individual que cuenta con tu propio minibar con botellas de agua con gas, sin gas y refrescos sin alcohol. Si deseas algún tipo de bebida alcohólica se solicita a través de la carta, en la que encontramos una amplia selección de vinos excelentes, cócteles, licores… ¿Apetece una copa de Veuve Cliquot?
A la hora de descansar, el asiento se reclina completamente, convirtiéndose en una cama en la que, para mayor confort, el equipo de a bordo coloca una sábana y te ofrecen una manta y almohada. Solo queda apagar la luz individual y, si se quiere mayor oscuridad, hacer uso del antifaz y dormir como lo harías en cualquier hotel, pero a 40.000 pies del suelo.
ENTRETENIMIENTO A BORDO
Imposible aburrirse en el A380, teniendo en cuenta que Ice, su sistema de entretenimiento a bordo ha ganado varios premios consecutivos como el mejor del mundo en los prestigiosos Skytrax World Airline, que valoran la excelencia aérea.
Su sistema Airshow va mostrando en un mapa el avance del vuelo, además de poder observarlo gracias a las imágenes de sus cámaras exteriores. Información meteorológica, noticias, música, radio, podcast… Aquí lo difícil es elegir entre ¡5000 canales! Hay películas, programas de televisión de todo tipo con documentales, series de HBO, canales gastronómicos o televisión en vivo.
Para quienes no quieren estar completamente desconectados, aunque nuestra recomendación es hacerlo y disfrutar plenamente de la experiencia, hay un sistema de wifi a bordo. Y aquí le ponemos una pega, pues es un servicio de pago, que, curiosamente, no está incluido entre los muchos que ofrece la clase business de Emirates.
LA GASTRONOMÍA
Si hasta ahora la experiencia ya nos había conquistado, la gastronomía no podía ser menos. Servida en una vajilla de porcelana fina Royal Doulton y acompañada de la cubertería Robert Welch diseñada en exclusiva para Emirates, esto ya marca la diferencia con cualquier otra aerolínea con la que hayamos volado.
El menú ofrece aperitivos, entre los que no podía faltar el tradicional mezze árabe -que incluye su delicioso hummus-, un plato principal a elegir entre tres de la carta -incluye tanto carne como pescado- y una selección de postres dulces o una pequeña cata de quesos.
UN BAR A 12.000 METROS DE ALTURA
El vuelo es largo y siempre hay un rato para socializar, además ¿cuántas veces has estado en un bar en el cielo? Para hacerlo no hay más que recorrer el pasillo y acercarse a la sala VIP a bordo, con una barra que permanece abierta durante todo el vuelo para los pasajeros de first y business class. Un punto de encuentro donde tomar un cóctel, algo de fruta o unos canapés y charlar con otros pasajeros antes de volver a nuestro pequeño paraíso particular.
Llegado el momento del aterrizaje y posado todo lo que hemos vivido, nos planteamos si puede haber una experiencia más exclusiva. A bordo de un avión, seguramente no. Nunca un vuelo se nos hizo tan corto, no nos hubiera importado que durase unas cuantas horas más. ¿Qué tal una vuelta al mundo?